Llevan al cine a Castradoras

AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

De vivencias propias, de la violencia que experimentaron al ser chicas banda, de ser mujeres de pandillas que pelearon con uñas y dientes para sobrevivir en barrios peligrosos, Inés Morales y Susana Quiroz concibieron La Diosa del Asfalto, película que competirá esta semana en el Festival de Cine de Morelia.

Dirigida por Julián Hernández, la producción fue para las autoras toda una odisea por la recolección de anécdotas y el proceso de planificación y ejecución del largometraje.

“Rescatamos la historia de las Castradoras de Santa Fe. La neta queríamos ser visibles, y sobre todo porque siempre a la sombra de los güeyes, siempre haciendo lo que ellos dicen. “En el barrio es así, es por eso que hay feminicidios, violencia, porque la mujer nunca tiene voz, la violencia, si antes la veíamos tupida, hoy está más cabrona. Antes nos quemaban con ácido, te tenías que defender de un mundo de puro chavo”, contó Quiroz.

La más aguerrida, habladora, parlanchina, directa, franca, neta de las dos autoras, es la que llama la atención por platicar con pelos y señales lo que sucedía hace 30 o 40 años en las zonas marginales de Santa Fe y algunos barrios bravos, y que no dista mucho de la realidad actual.

Historia de solidaridad y amistad
“En el guión que propusimos había mucho caló, muchas palabras que no se entendían. Y nos sirvió para pensar en lo que vivimos hoy en día. Ya nos vimos ruquísimos, ya nos vimos cóncavas. Unos están todavía en el bote, otros ya afuera. Nosotros queríamos contar esta historia de viejas, no de bandas de chavos”, añadió Quiroz.

Y junto a ella, su compañera y amiga de banda, Morales, quien se acercó a diversas productoras que rechazaron el proyecto durante años, sostuvo que los productores no quieren hacer este tipo de historias.

“Dicen ‘esas pinchurrientas que no son heroínas’, ¿para qué? Cada uno cuenta la historia que le toca vivir y yo, que soy de Neza, también vi a mujeres chidas, con otra actitud, y celebro que Julián dirija el filme”.

Se trata de una historia de solidaridad y amistad entre mujeres en barrios desprotegidos y casi olvidados por las autoridades, donde la comunidad encuentra consuelo en amigas,casi hermanas, y en la música.

Catarsis musical
Max (Ximena Romo) regresa a su barrio convertida en un vocalista de cierto renombre dentro de un grupo de rock, y desde que se topa con rostros conocidos, los recuerdos y las anécdotas agridulces le vienen a la mente.

Ramira (Mabel Cadena), Carcacha (Nelly González) y Sonia (Samantha Orozco) son parte de la pandilla que la hará sentirse viva y con quienes tendrá que defenderse de los depredadores que las atacan.

En esta narrativa, la música resalta porque se vuelve una forma de catarsis tanto para las protagonistas como una especie de refugio entre tanto drama, y cuentan con las actuaciones de Baby Bátiz y piezas creadas por Jessy Bulbo específicamente para el filme, más la inclusión de “Sácalo”, uno de los clásicos de Cecilia Toussaint.