Un ángel entre los viñedos

ANA LUISA OCHOA/EL VIGÍA
aochoa@elvigia.net | Ensenada, B. C.

El auditorio instalado entre los viñedos de Barón Balch’e abrió sus puertas el sábado a las 16:00 horas para recibir a cientos de personas, quienes llegaron poco a poco a las diferentes áreas y aguardar la aparición de Yuridia en el escenario.

Olimpia Flores, madre de Yuridia, preparó el ambiente de la noche con la interpretación de varios temas de música regional mexicana, además de interactuar con la asistencia y cautivarla con su natural simpatía.

El escenario, flanqueado de varias pantallas, y decorado con motivos de cactus y un letrero de neón con la leyenda “Hotel Desierto” puso el toque para la presentación del Desierto Tour, con el que la egresada de la cuarta generación de La Academia retoma las presentaciones en vivo.

La sonorense salió a escena entre bailarines, y con el tema “Él lo tiene todo” hizo aplaudir y levantarse de su asiento a varias personas, emocionadas por ver al fin a la artista que se presentó por primera ocasión en Ensenada.

Yuridia apareció ataviada con un vaporoso vestido negro y ruedo de estampado animal, así como un corbatín vaquero acorde al tema de la gira. El primer vestuario puso la pauta de tejidos suaves que flotaban alrededor de su figura.

“¡Buenas noches Ensenada!”, saludó la cantante. “Bienvenidos al Desierto Tour”, dijo emocionada por el recibimiento, y se arrancó a cantar al hilo “Desesperada”, “En su lugar”, “Irremediable”, y “Como yo nadie te ha amado”.

“ES QUE SON MALOS Y SE LO MERECEN”
Tras una breve salida del escenario, la artista regresó vestida por completo de negro con pantalones, blusa y botas estoperoladas, acompañada por dos bailarinas ataviadas con penachos y tres bailarines más en coreografía.

Tras la interpretación de “Polos opuestos” y “Que nadie se entere”, Yuridia realizó un pequeño medley con los temas “Habla el corazón”/“Otro día más sin verte”, los cuales le hicieron ganar fama durante su participación en el reality show.

Los ánimos que ya se caldeaban estallaron cuando la cantante dijo “venga Ensenada, quiero escuchar un grito bien fuerte”, mientras sus músicos se afanaron en solos de batería y guitarra.

Yuridia salió por unos momentos del escenario y volvió en un vestido negro largo con puntos dorados para interpretar “Ya es muy tarde”. Un joven en las primeras filas, embargado por el sentimiento, robó el último verso y gritó “¡¿para qué, maldito?!”. Yuridia de inmediato hizo contancto visual y correspondió con “para qué, maldito perro”.

“Es que son malos y se lo merecen”, afirmó la artista, mientras abrazaba a la distancia a cientos de fanáticos en las primeras mesas frente al escenario, ocupadas en su mayoría por hombres jóvenes que grababan, fotografiaban o transmitían el concierto con sus celulares.

Luego de esta interacción con el público, la cantante interpretó “Lo que son las cosas”, “La duda”, “Te equivocaste”, “No la beses” y “Si quieres verme llorar”, que fueron coreadas a gritos y con gran sentimiento por los asistentes.

Ya en pleno romance con el público, Yuridia pidió encender las linternas de los teléfonos, y convirtió el auditorio en un valle colmado de luciérnagas entre las que se distinguían letreros con nombres de ciudades: Monterrey, Puebla, Los Ángeles, Guadalajara y Long Beach, fueron algunos de los lugares desde donde acudieron para ver a la sonorense.

“Ángel”, coreada a gritos por el público, cerró el emotivo segmento que dejó en penumbra el auditorio y al público pidiendo más.

ORGULLO ENSENADA
Ya en total confianza con la asistencia, Yuridia regresó enfundada en un estilizado saco negro a la cadera y una falda suelta transparente para interpretar “Cuando es amor”, “Cobarde”, “No le llames amor” y “Él me dijo que era libre”.

Al grito de “¿Dónde está el orgullo, Ensenada?”, cientos de hombres se levantaron emocionados de sus asientos para ovacionar a la cantante, quien siguió su coreografía bajo una enorme y ondeante bandera con los colores del arcoíris, emblema de la comunidad GBT.

La cantante se despidió por primera vez con el tema “Ya te olvidé”, al unísono con el público que ya estaba por completo entregado al sentimiento de las baladas románticas.

PRIMAVERA EN OTOÑO
Pasados algunos minutos de pedir el regreso de Yuridia al escenario, las luces se encendieron y las bocinas soltaron “No rompas mi corazón” cuya coreografía tradicional siguió la cantante acompañada de sus bailarines, en jeans y una gabardina de gamuza.

“Payasito de rodeo” es el tema que de manera indiscutible sigue en cualquier fiesta, y con éste hombres y mujeres terminaron de animarse para bailar en grupo a los costados de sus mesas: algunos con maestría, otras ya oxidadas por el confinamiento.

Tras otros pocos más minutos de oscuridad y silencio en el escenario, la artista regresó con el encore y último cambio de vestuario, otro vestido negro floreado que flotaba a su paso.

“Como yo te amo”, “Maldita primavera” y “Amigos no por favor” vaciaron las gargantas de la asistencia: amigos abrazados cantando y llorando, o transmitiendo el concierto a sus personas queridas fueron escenas comunes.

Yurida se despidió por última ocasión de la noche entre lágrimas y aplausos del público, que empezó a salir lentamente del auditorio con el corazón colmado de romance y el pecho tibio por la interpretación de la sonorense.