Miradas

Una joven orgullosamente extraña

Jenna Ortega llega a la pantalla de Netflix como la intrépida, políglota y súper inteligente Merlina Addams, para investigar misteriosos asesinatos y desentrañar sus poderes paranormales
jueves, 24 de noviembre de 2022 · 00:00

AGENCIA REFORMA
Ciudad de México

Castigada por su conducta rebelde y catastrófica, además de por ser intolerante con los niños “normales”, Merlina Addams va a dar a la Academia Nunca Jamás para que pueda integrarse a los “desadaptados” y fraternizar con niñas de su estilo. Pero esta decisión enfurece a la joven, quien intentará escapar a toda costa.
Encarnada por Jenna Ortega, la más lista y habilidosa de los Addams llega a la pantalla chica en Merlina, programa disponible desde este miércoles en Netflix. La serie tiene episodios dirigidos por Tim Burton, quien además participó en el desarrollo del proyecto junto con Miles Millar (Smallville) y Alfred Gough (Los Ángeles de Charlie).
Las aventuras de la intrépida, políglota y súper inteligente Merlina girarán en torno a misteriosos asesinatos y a los poderes paranormales que la sorprenden, ya que tiene visiones hacia el pasado de extraños sucesos.
“Me metí en la piel de una niña con un coeficiente intelectual súper alto, que tiene una seguridad propia que relampaguea y que a simple vista no tiene debilidades.
“Amé su forma de ver la vida, tan acorde a sus propios estándares y sin pensar en lo que diga la sociedad. Ella tiene su propia idea de la vida y de lo que es ser una ‘extranjera’ en la sociedad por el hecho de ser diferente”, explicó Ortega en entrevista.

UNA FAMILIA  COMO NINGUNA OTRA
Pero para entender su historia hay que comprender por qué la brillante alumna fue expulsada de su colegio anterior y por qué sus padres, Homero (Luis Guzmán) y Morticia (Catherine Zeta-Jones), decidieron internarla en un nuevo lugar.
También hay que adentrarse en su exótica personalidad, de niña pulcra y autosuficiente con look de funeral, para saborear el panorama donde se desarrolla. Odia las redes sociales porque dicen que fomentan el vacío humano. Considera a sus padres como unos “titiriteros a distancia” y ama a su hermano Pericles (Isaac Ordonez), aunque se lo dice poco.
“La apoyo totalmente en su manera de ver la vida: no vive acorde a nadie más. Entiendo ese repudio que le tiene a las redes sociales, a veces pueden ser muy peligrosas y creo que debe haber un equilibrio para manejarlas. Creo que Merlina, como una ‘excluida’, es el ejemplo de que se puede ser muy audaz sin ser complaciente”, afirmó la actriz de 20 años, con ascendencia mexicana y puertorriqueña.
Al llegar a la escuela, situada a 20 minutos del pueblo de Jericó, la protagonista de esta historia es pasada casi por rayos X por todos los “desadaptados” que ahí estudian: Tyler Galpin (interpretado por Hunter Doohan), Enid Sinclair (Emma Myers), Xavier Thorpe (Percy Hynes White) y Bianca Barclay (Joy Sunday).
“Es muy simbólico hablar de una escuela para ‘excluidos’ por la simple razón de que en algún momento, todos hemos pasado por ahí. Si es por el físico, por la forma de ser, por ideología, hay grupos en la escuela que nos han excluido y buscamos donde encajar”, apuntó Hunter Doohan, cuyo personaje se convertirá en aliado y pretendiente de Merlina.
“Tenemos que ver esta serie con los ojos muy abiertos y de forma receptiva porque cada uno de los chicos en la escuela tiene sus habilidades, pero son el ejemplo de que si no las encaminas hacia algo positivo, te descarrilas, como sucede con mi rol”, añadió Joy Sunday. Su personaje, Bianca, será la rival de Merlina en amores, ya que Xavier caerá flechado con su personalidad.
Y sí, hay que seguir conociendo a Merlina y entendiéndola para disfrutar de su conducta y reír con sus maldades. Po ejemplo, obliga a Dedos (Victor Dorobantu) a traicionar a sus padres y a convertirse en su cómplice. Demuestra ser una hábil esgrimista, mecanógrafa e investigadora. Es empática con los débiles y justiciera e implacable con los abusivos. Y si tiene alguna debilidad, se descubrirá hasta que cuente por qué Nerón, su escorpión, la hizo llorar. Sí, lloró algún día, conscientemente.

 
 

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