Miradas

Tango sobre el mar

Mi libertad es tango que baila en diez mil puertosy es rock, malambo y salmo y es ópera y flamenco.Mi libertango es libre, poeta y callejero, tan viejo como el mundo, tan simple como un credo. (Horacio Ferrer)
martes, 23 de mayo de 2023 · 00:00

JAZMIN CATO/COLABORACIÓN*
tashacato@hotmail.com | Ensenada, B. C.

Desde su humilde origen a orillas del Rio de la Plata, el tango -esa virtuosa fusión de ritmos nativos, europeos, africanos y caribeños que nació a finales de 1800- ha viajado por el mundo a través del tiempo y el espíritu de diversas culturas. 
En el crepúsculo del pasado viernes 19 de mayo llegó a bailar a nuestro puerto con el concierto que ofreció la Ghukasyan String Orchestra, en ese moderno y apacible espacio frente al mar que es el Jardín Ayra.
Bajo un cielo de necios grises, se escuchó la segunda llamada y justo antes de iniciar, fuimos sorprendidos por una parvada de gaviotas en formación “V” que a muy baja altura atravesó el escenario -aún silencioso- donde un violoncello reposaba entre atriles y arreglos de flores. Una imagen memorable para reunir en un instante fugaz a dos directoras artísticas: la gaviota, que dirige a las aves en su vuelo, y la violinista Nonna Alakhverdova, quien conduce desde hace varios meses a los músicos de este ensamble de cuerdas.

LAS CUATRO ESTACIONES
El público que acudió desde Los Ángeles, San Diego, Tijuana, Mexicali, Valle de Guadalupe y Ensenada tuvo la oportunidad de escuchar en la primera parte las Cuatro Estaciones, un atrevido dialogo musical entre los conciertos “Otoño” y “Verano” de Antonio Vivaldi, y los tangos porteños de “Invierno” y “Primavera” de Astor Piazzolla. 
El primero nacido en la entonces República de Venecia del Siglo XVII y el segundo en la Argentina de la primera mitad del Siglo XX. Este arreglo temático fue interpretado con el virtuosismo del solista Erik Ghukasyan, quien hizo cantar y llorar a su violín, magistralmente acompañado por violines, cellos, violas y contrabajos de la orquesta, y por el acordeón de Mario Lamadrid y el piano de Esteban Lagarde, músicos invitados. 
Mientras tanto el murmullo de las olas al romper y al deslizarse en su retorno entre las piedras fue “in crescendo” hasta convertirse en el protagonista de los breves silencios entre cada uno de los movimientos.

SOBRE LA “PRIMAVERA INVERNAL”
La “primavera invernal” que estamos viviendo en Ensenada, nos privó de la despedida del sol con su abanico de colores al atardecer, pero no del negro y rojo del escenario delicadamente iluminado bajo el osado azul que cubrió la noche. Después del intermedio aparecieron los bailarines invitados de la Academia Artística Pulso Urbano, con la maestra Angélica Mansé. Haciendo gala de su arrebato, nos mostraron con gran elegancia la sensualidad del tango -ese abrazo que danza sin descanso- y una interesante ruptura de estereotipos con magníficos bailarines de diferentes generaciones formando parejas.
La segunda parte dio inicio con el tango “Por una cabeza”, muy popular en su versión instrumental, y cuya letra habla de un jugador compulsivo que compara su adicción a los caballos con su atracción por las mujeres. A continuación se interpretaron: “Adios Nonino”, obra escrita por Piazzolla en 1959 en homenaje a su padre, ante la noticia de su muerte repentina en un accidente de bicicleta en su ciudad natal; “Jalousie” (1925), tango que el violinista danés Jacob Gade compuso para la película muda titulada El hijo del zorro, y que se volvió famoso en todo el mundo; “La Cumparsita”, conocida como “El tango de los tangos”, compuesta en 1917 por Gerardo Matos Rodríguez, un estudiante de arquitectura uruguayo de 20 años que se encontraba enfermo en cama, para recaudar fondos estudiantiles en los cafés montevideanos; “Oblivion” (1982), obra descrita como cautivante y atmosférica que debe su nombre a la palabra anglosajona que significa “olvido” y que fue lo que Piazzolla trató de evocar al componerla; “Libertango” (1984), pieza en la que Piazzolla expresaba claramente su voluntad de expandir los horizontes del tango tradicional, como una defensa de la libertad y la creatividad musical .
La última pieza del programa fue un arreglo original de la Ghukasyan String Orchestra- inspiración de la maestra Nonna Alakhverdova- a partir de la versión de José Feliciano para la película Moulin Rouge (2001) del tango escrito por Sting en 1977 mientras paseaba en el barrio rojo de París, y que dedicó a una prostituta imaginaria: “El tango de Roxanne”. Para finalizar y en respuesta a los entusiastas aplausos de los asistentes, escuchamos de nuevo -como encore- “Por una cabeza”.

A LA MEMORIA DE ARA
Sin duda fue un privilegio presenciar “esos tangos sobre ese mar”. Un encuentro íntimo con las emociones que provocó la orquesta, con el gozo de los sentidos inmersos en la nostalgia de las melodías, los exquisitos sabores del vino y del ambigú, y en el deleite visual del paisaje: “Al bajar el sol, el color del cielo aún nublado se confunde con la inmensidad del mar y del horizonte... es el infinito”, escribió Claudia Calderón, una de las asistentes.
Este concierto fue especialmente dedicado a la memoria del enorme músico y ser humano Ara Ghukasyan (4 septiembre 1967- 22 mayo 2022) en el primer aniversario de su partida, para seguir celebrando su vida y su credo: el amor por el arte musical. Recordando siempre su sonrisa, recordando la alegría que desbordaba al compartir el escenario con su familia -entre alumnos y amigos- cuando tocaba su viola, cuando agitaba los brazos con su batuta y en cada momento de su existencia.

*La colaboradora es médica internista de profesión y escritora de corazón.

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