Asociación Católica de la Juventud Mexicana

Primer centenario de la A.C.J.M.

El año de 1937 llegó a Mexicali el sacerdote Manuel Sánchez Ahumada, un hombre muy culto y con una gran experiencia en la vida pastoral
lunes, 12 de agosto de 2013 · 00:00

Ensenada, B.C. - En la primer década del siglo pasado, se iba acrecentando entre los católicos la preocupación por “La Cuestión Social” que la Encíclica “Rerum Novarum” del Papa León XIII, publicada en 1891, había ido despertando en ellos y les pedía un mayor acercamiento al pueblo para ver por los más necesitados.

El Papa había visto de cerca los efectos de la Revolución Industrial y le preocupaba que el salario fuera justo, que las jornadas fueran de 7, 8 o 9 horas, que hubiera higienización en las fábricas y viviendas de los trabajadores, armonía entre las clases, etcétera.

Dentro de éste contexto, cuyo diagnóstico se podría ampliar más, estando en México el Padre Jesuita Bernardo Bergöend, quien conocía a profundidad las organizaciones juveniles de Europa, y sobre todo las francesas, impulsa la fundación de la A.C.J.M. (Asociación Católica de la Juventud Mexicana), siendo su primer presidente René Capistrán Garza y cuyos objetivos serían entre otros: Formarlos en los principios cristianos para que vivieran de acuerdo a ellos y contribuyeran a un mejor orden social de su comunidad y se comprometieran a una mejor participación para la búsqueda del Bien Común; participaran en la política para aplicar la justicia y con la armonía alcanzar la paz.

Lamentablemente durante los gobiernos de los presidentes Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles las relaciones entre la Iglesia y el Estado se crisparon por el radicalismo al grado que durante el gobierno del segundo se llegó a las armas al no tener otra alternativa los católicos, aun cuando no todos estaban de acuerdo y en ello se vio envuelta la A.C.J.M. 

 

Mártires y héroes

De este conflicto -que lo deseable es que no se hubiera dado y que duro de 1926 a 1929-, surgieron, mártires y héroes como: Los beatos, Salvador, Manuel y David, acejotaemeros Anacleto González Flores, los hermanos Jorge y Ramón Vargas González, Luis Padilla, Miguel Gómez Loza, Luis Magaña Servín, Ezequiel Huerta y Salvador Huerta, y otros jóvenes más.

Después de los arreglos de 1929 entre el Gobierno y la Iglesia, en el que se entró a un “Modus Vivendi”, la A.C.J.M. se adecuó a los nuevos tiempos sin perder su esencia para dentro de un mejor clima social poder continuar con la formación de sus jóvenes para integrarlos al servicio de la patria y de su iglesia.

Desde luego que la historia de la A.C.J.M., es muy amplía pero el propósito de éste modesto trabajo es el que no pase desapercibido el primer centenario de ésta organización, que les guste o no a algunos, forma parte importante de la historiografía de nuestra Patria, y por otro lado en forma muy sucinta escribir algo de sus actividades en Baja California.

 

Antecedentes en BC

El año de 1937 llegó a Mexicali el sacerdote Manuel Sánchez Ahumada, un hombre muy culto y con una gran experiencia en la vida pastoral. Llegó a ser muy querido por la comunidad católica por su entrega, apostolado y fecunda actividad. 

Durante su estancia tuvo a bien fundar las cuatro organizaciones fundamentales de la Acción Católica Mexicana: A.C.J.M. (Asociación Católica de la Juventud Mexicana) la J.C.F.M. (Juventud Católica Femenina Mexicana) U.F.C.M. (Unión Femenina Católica Mexicana) y U.C.M. (Unión de Católicos Mexicanos)

Parece ser que el primer presidente de la A.C.J.M. en Mexicali fue el Sr. Fidel Lozano, allá por la década de los ´40 del siglo pasado; además, entre otros: Miguel Coria, Raúl Garayzar, Archivaldo Borboa, Fortunato Álvarez, José Huerta Acosta y Román Torres Ríos, y por instrucciones del doctor y sacerdote José Ibarrola Grande, M.Sp.S, el padre Máximo García Martínez las siguió con la organización e instrucción.

Del grupo parroquial dice en sus memorias el padre Máximo, refiriéndose el Grupo Parroquial de la A.C.J.M. de Nuestra Sra. De Guadalupe en Mexicali: “Con estos socios dan ganas de trabajar, de quemarse las pestañas a fin de satisfacer sus deseos de superación que siempre manifestaban. Para ellos la revista “LUMEN” fue el medio, en el que algunos de los jóvenes aprendieron a escribir artículos o reportajes de las actividades apostólicas, sociales y deportivas del grupo y también de la vida de la ciudad”.

En 1945 el equipo de futbol soccer fue el primer campeón de la liga y obtuvo la Copa Kelly.

Trasladan a Tijuana al Padre Máximo García por instrucciones de Mons. Felipe Torres Hurtado con el propósito de que se haga cargo de la juventud ya que en Mexicali había hecho un espléndido trabajo y porque el Padre Luis Manuel se iba de Tijuana. Lo nombran Sub-Asistente Diocesano de la A.C.J.M. y de la J.C.F.M.

Sigue diciendo el P. Máximo que gracias a la amistad que Mons. Felipe Torres Hurtado tenía con el Presidente de la República, Lic. Miguel Alemán Valdés, le devolvieron a la Iglesia del Vicariato Apostólico de B.C., los terrenos que ocupaba como imprenta un tal señor Medina Amor. Al mismo tiempo acompaño a Monseñor al Florido para una entrevista con el Presidente a fin de que se diera cuenta de la construcción del Campo Deportivo de la A.C.J.M., de Tijuana y de los 500 desayunos que esa institución daba a los niños pobres  de la Ave. “C” y Coahuila, de la Colonia y del Cañón Hidalgo y la Independencia. Proyectos que gustaron mucho al Presidente.

Fue la A.C.J.M. en Tijuana también muy dinámica y pujante y cuya revista “LUMEN” en latín y que quiere decir LUZ, la luz de Cristo.

Entre otros muchos en Tijuana formaron parte Raúl Mendiola, quien fue presidente Diocesano; Dr. René Andrade Peterson, Armando Herrera y Javier Peniche, Manuel González.

 

Sección Ensenada

En Ensenada, ciudad donde se fundó el Seminario de Nuestra Señora de la Paz en 1940 y del cual formaba parte también el P. Máximo García, fue sede de otra Sección de la A.C.J.M.

Hago un paréntesis para comentar que los jóvenes seminaristas que eran muy entusiastas formaron la primera liga de futbol soccer y jugaban con equipos del 14 batallón de infantería y con el equipo de Yun-Kuy que dirigía un joven chino.

Yo pertenecí a la A.C.J.M. y recuerdo que éramos jóvenes muy entusiastas y alegres. Teníamos al igual que los Acejotaemeros de Mexicali y Tijuana avidez por aprender. Se nos daban pláticas sobre historia, religión, apologética sobre la cuestión social y civismo, así como otras materias que nos fueran dando una formación más integral. Además, hacíamos obras de caridad y con ello socializábamos con la gente y ayudábamos al que menos puede y menos tiene. 

Junto con las muchachas de la J.C.F.M. organizábamos muchos eventos y con el tiempo de esas relaciones salieron varios matrimonios. Recuerdo en éste momento a Enrique Cárdenas con Acuco Roqueñi, José María Jáuregui y Amelia González, Enrique Romo y Lupita Labastida.

Durante la Presidencia Nacional del Lic. Abel Vicencio Tovar 1955-1957 se realizó una Asamblea o Congreso Nacional en la ciudad de Tijuana y acudimos algunos de Ensenada. Nos hospedaron en el Seminario que está en la calle Ocampo. Nos dio la bienvenida el Excelentísimo Sr. Obispo Galindo Mendoza, quien era un hombre extraordinario de muy fino trato. Recuerdo allí muy activos al Padre Javier Esparza, a quien quise mucho; al padre Miguel Valdez, creo que los dos de la primera generación de sacerdotes ordenados en B.C.

Hubo diversas conferencias magistrales y otros eventos, entre ellos un concurso de oratoria donde representó a Ensenada el compañero Melesio Villegas, a quien recuerdo que estando todos ya acostados para dormir el día anterior a la competencia él permanecía despierto repasando su discurso y ordenando sus ideas. El hecho es que al día siguiente y después de una reñida competencia Melesio obtuvo el campeonato nacional de oratoria y nosotros nos sentimos muy orgullosos de que nuestro culto y brillante acejotaemero pusiera en alto a Ensenada.

Mi memoria es flaca, recuerdo algunos nombres de acejotaemeros de Ensenada: Jorge Pérez, Enrique Cárdenas, Ernesto Pedrín, Pablo Rousseau, Víctor Sarmiento, Carlos Castañeda, Francisco Rochín, Octavio Durán, Ramón Durán, Arturo Zepeda, Feliciano Bañuelos, Antonio y Clemente Zavala, Mario Pérez, Enrique Hernández 

También recuerdo gratamente a Fray Felipe de Jesús López, entonces muy joven y dinámico, a Fray Hilario muy bondadoso.

En aquellos años de fines de los ‘40 y la década de los ‘50 del siglo pasado estábamos llenos de vitalidad, con una gran energía y entusiasmo para llevar a cabo trabajos de equipo siempre movidos, desde luego, por el amor a nuestros semejantes, por ese cristianismo que debíamos encarnar dando parte de nuestro tiempo, de nuestras personas con un verdadero sentido de servicio y entrega que nos supieron participar en la A.C.J.M.

Hoy la organización cumple 100 años y quienes militamos en sus filas ya sin aquella juventud y con el desgaste propio de los años guardamos en nuestra memoria personal e histórica, y en nuestros corazones, el grato recuerdo con el que nos alimentamos espiritualmente. Recordamos con cariños a nuestros compañeros que se nos adelantaron  

 

* Fuentes: Memorias Padre Máximo García.

Del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana: La Encíclica Rerum Novarum y los trabajadores en la ciudad de México (1891-1913) y Religiosos y Laicos en tiempos de Cristiandad (1919-1921)

Entrevistas orales.

 

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