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Alertan por el ‘síndrome de caídas’

Tres de cada 10 adultos mayores sufren una caída al año, sobre todo en el baño, y algunas veces con consecuencias fatales
jueves, 14 de diciembre de 2017 · 00:00

AGENCIA REFORMA
Monterrey, N. L.

En tres segundos, la vida de un adulto mayor puede cambiar drásticamente.

El también llamado “síndrome de caídas” es un problema importante en la gerontología. Es más común de lo que se piensa y puede tener consecuencias catastróficas para el paciente y la familia.

Casi tres de cada 10 adultos mayores sufren una caída al año y conforme avanza la edad estos accidentes se vuelven cada vez más frecuentes.

1. Ellas más expuestas
Las causas de una caída son multifactoriales, advierte el geriatra José Antonio Solano.

“Las mujeres se caen más que los hombres porque son más longevas y por su estructura física ya que son más débiles muscularmente. A edades muy avanzadas se emparejan las estadísticas”, remarca el especialista.

2. La polifarmacia
Otro factor de riesgo a sufrir caídas es la polifarmacia, es decir, el tomar más de cuatro medicamentos diarios.

“Los pacientes deben tener cuidado con los psicofármacos, un grupo de medicamentos que incluye pastillas para dormir, antidepresivos, antipsicóticos, tranquilizantes mayores y ansiolíticos”, sostiene Solano.

Éstos ayudan mucho en problemas conductuales, pero pueden causar insomnio o somnolencia así como alteración de los reflejos.

“Si un antidepresivo le provoca insomnio implica que se va a parar en la noche al baño cuando está oscuro y solo y si hay un mueble se va a tropezar y caer”, describe.

“Hay que seleccionar los medicamentos con cuidado y siguiendo las líneas en geriatría: dosis pequeñas, escalarlas lentamente y tratar de llegar a la meta deseada con cuidado para evitar la polifarmacia”.

Con las medicinas para la alta presión, los pacientes pueden experimentar cambios bruscos en su presión arterial o efectos adversos por los medicamentos.

Existen causas cardiovasculares de caídas como las arritmias que causan pérdida de conciencia y las alteraciones en la presión arterial, sobre todo baja presión, al cambiar de posición.

Problemas visuales como glaucoma, degeneración macular y el usar lentes bifocales contribuyen a que los ancianos se caigan, también una mala audición y tener cierto tipo de arritmias que provocan pérdida de la conciencia.

“Las personas con alteraciones de la memoria y demencia están en riesgo también, así como los que sufren enfermedades neurológicas, sobre todo neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson”.

3. El peligro del baño
Aunque puede ser en cualquier lugar, el baño es el sitio más frecuente para caerse e ir en la noche aumenta el riesgo de caídas por una pobre iluminación, tapetes y muebles, esto aunado a uso de psicofármacos.

“Van de noche muy seguido, tienen sueño, toman antidepresivos o ansiolíticos, así que tienen menos reflejos, se relajan y como en los baños no hay cómo sujetarse, se caen.

“Pero vemos de todo: pueden caerse de la cama, en la cocina, en un estacionamiento, en un restaurante sin rampas o en superficies irregulares”, dice el geriatra José Antonio Solano.

Al caer, protegerse con las manos la cabeza es vital, porque un golpe puede producir fractura de cráneo y hemorragias a corto plazo, pero con consecuencias mayores en el futuro.

“Puede haber fracturas y contusiones craneales que pueden agravar los problemas de memoria. Se sabe que un gran porcentaje de pacientes con demencia tienen el antecedente de haberse golpeado la cabeza”, dice Solano.

Aunque la mayoría no tiene lesiones catastróficas, existen pacientes que sufren fracturas de todo tipo como de cadera, muñeca o sangrados cerebrales.

En Estados Unidos las cifras revelan que más de 250 mil ingresos a hospitales son por fractura de cadera y de ésos el 95 por ciento es por caídas.

“En México no tenemos cifras exactas, pero muchos de los ingresos de adultos mayores por accidentes, que en la mayoría son en su casa, son fracturas por caídas”, explica el traumatólogo Félix Vilchez.

Lo más común es que caigan sobre sus brazos y se fracturen las muñecas, también las caídas de lado, en las que se fracturan la cadera. Menos frecuentes son las de hombro, rodilla o tobillo.

La fractura de cadera obliga prácticamente a una cirugía y esto trae un porcentaje de mortalidad de entre un 10 y un 25 por ciento.

“No es tanto por la fractura, sino por las consecuencias de que esté hospitalizado, de que no se mueva rápidamente o la dificultad y el miedo a caminar”, señala.

Esa inmovilidad aumenta el riesgo de trombosis, osteoporosis y se pierde masa muscular, en suma, que la persona deje de valerse por sí misma.

“’La silla de ruedas te incapacita y la cama te mata’ es un dicho muy arraigado en la geriatría”, dice.

El experto recomienda una evaluación geriátrica para determinar el nivel de riesgo del adulto mayor de caerse e intervenirlo correctamente para disminuirlo.

4. Artrosis
El traumatólogo Félix Vilchez comenta que el desgaste en rodillas, conocido como artrosis, hace que la gente sea más propensa a sufrir caídas porque los movimientos son más dolorosos y lentos.

“Además la osteoporosis agrava los daños después de una caída debido a que debilita a los huesos y hace más propensas las fracturas por la pérdida de densidad mineral ósea”, dice el especialista.

La parte emocional
Luego de un accidente lo más común es ir con el traumatólogo, pero los pacientes y sus familiares ignoran las heridas emocionales que deja una caída.

La psicogeriatra Rocío Eguía afirma que es normal que, aunque estén físicamente recuperados, las personas tengan miedo de caerse de nuevo.

“En un trauma la conciencia se fragmenta y surgen necesidades opuestas, en este caso inseguridad, miedo y deseos de recuperarse”, explica.

Como la caída los priva de su independencia en su mente se acentúa la necesidad de protegerse para que no vuelva a suceder.

“Al perder su autonomía sienten que ya no sirven, se desvalorizan y piensan que no tiene sentido tener una vida postrado”, remarca Eguía.

Es usual que síntomas de depresión aparezcan como irritabilidad, poca tolerancia a comentarios y sugerencias, así como volatilidad emocional.

Es necesario que una persona sensibilizada en temas emocionales hable con ellos.

“La mejor manera de quitarlo (el miedo) es enfrentarlo. Si la caída le quitó su autonomía porque antes manejaba, hay que manejar”, comenta Eguía.

Factores de riesgo

  • Ser adulto mayor.
  • La polifarmacia (tomar más de seis medicinas diarias).
  • Debilidad muscular.
  • Poca condición física.
  • Pobre visión y audición.
  • Tener alguna afección neurodegenerativa o cardiaca.
  • Padecer osteoporosis.
  • Vivir en un entorno inapropiado, con muebles estorbosos o mala iluminación.

¿Cómo evitarlas?

  • Usar calzado especial para salir, andar en casa y en el baño; debe tener suela antiderrapante.
  • Caminar por superficies bien iluminadas y evitar las resbaladizas: sacarle la vuelta a lugares oscuros o mojados.
  • Si se tiene mascota, cuidar que no pase entre las piernas y al sacar a pasear a un perro fuerte, no hacerlo con correa porque puede correr.
  • Tener un aporte necesario de proteínas, calcio y vitamina D para tener huesos duros.
  • No beber en exceso y mantenerse activo físicamente. Practicar tai chi previene las caídas.
  • Considerar terapia ocupacional, como manualidades, para mantenerse activo física y mentalmente.
  • Si se usa bastón o andador, ajustarlo del lado correcto o a la altura correcta.
  • Hacerse un examen anual de osteoporosis.
  • Practicarse un examen anual ocular.

Fuentes: Félix Vílchez, traumatólogo, y José Antonio Solano, geriatra.

TABLAS

RECOMENDACIONES EN CASA
La mayoría de las caídas suelen suceder en el hogar, específicamente en el baño, así que es necesario tomar las medidas necesarias.

BAÑO

  • Iluminar el camino de la cama al sanitario con sensores de luz automática, o bien, dejar la luz prendida del baño.
  • Usar una silla especial con agarraderas para incorporarse más fácil, tanto para el inodoro como para la regadera.
  • Poner barandales dentro de la regadera, así como tapetes o superficies antiderrapantes dentro y fuera de la misma.

RECÁMARA

  • Tener luces automáticas y remover sillas, alfombras, tapetes u otros objetos para evitar chocar con ellos; tampoco andar en calcetines.
  • Cuidar que la cama tenga una altura adecuada y evitar sábanas satinadas que puedan caer durante la noche; preferir de algodón o franela.
  • Tener cuidado con mascotas que duermen en el cuarto o la cama, porque pueden causar tropiezos.

COCINA

  • Tener siempre la vajilla, utensilios, electrodomésticos y despensa a la altura de las manos.
  • Evitar el área cuando se derramen aceites o cualquier otro tipo de alimentos porque pueden hacer que el piso se torne resbaladizo.

ESCALERAS

  • Tenerlas bien iluminadas, no dejar objetos atravesados y evitar colocar alfombras o tapetes.
  • Cuidar que los barandales sean fuertes, resistentes y a una altura adecuada.

ÁREAS COMUNES

  • Mantenerlas siempre bien iluminadas, no dejar objetos atravesados y considerar remover mesas de adorno que puedan ser un estorbo.

EXTERIORES

  • Cuidar la iluminación y colocar rampas, así como un portón automático para una mejor accesibilidad, especialmente por la noche o cuando llueve.

Si la caída es inevitable...

  • Tratar de cubrir la cabeza con las manos para evitar una fractura de cráneo.
  • Si se tiene suficiente tiempo antes de caer, tratar de hacerlo de lado o sobre los glúteos.

DESPUÉS DE LA CAÍDA

  • Primero tranquilizarse, respirar profundo y tomar conciencia de dónde se está y si se encuentra bien.
  • Dirigirse a un objeto firme que crea que lo puede soportar, como la cama, sillón o silla, y tratar de escalarlo para incorporarse.
  • Si lo intenta y el dolor es insoportable, lo mejor es permanecer en el suelo y pedir ayuda.
  • Tener a la mano un teléfono inalámbrico o celular con números de emergencia, de familiares o de amigos que puedan auxiliarlo.

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