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Una revolucionaria en Ensenada

María Brousse de Talavera, viuda de Ricardo Flores Magón, vivió los últimos años de su vida en la bella Cenicienta del Pacifico y aquí permanece sepultada
martes, 20 de noviembre de 2018 · 00:00

Arnulfo Estrada Ramírez/COLABORACIÓN*
Ensenada B. C.

Como una mujer decidida y de fuerte carácter. Así la recuerda Yolanda Sobarzo, cuando María Brousse de Talavera, viuda de Ricardo Flores Magón, llegó a su casa, donde vivió alrededor de seis meses. Yolanda, “Yoly” como le llamamos de cariño, era una niña en 1939 cuando conoció a María. Yoly nos cuenta que su mamá le tenía miedo, porque a la mínima queja por alguna mala decisión del gobierno, inmediatamente María reaccionaba y quería armar una revolución.

¿Quién era María Brousse de Talavera?
Mujer de ascendencia francesa, nació en 1867 en Zacatecas. Su familia emigró a los Estados Unidos a fines del siglo XIX. Permaneció en el país del norte hasta después de la muerte de Flores Magón, momento en el que emigró a México. María comienza a ser mencionada en marzo de 1906, cuando formaba parte del Club Liberal Reforma, Libertad y Justicia de Los Ángeles. Este grupo, en el que también participaba Modesto Díaz, editaba el periódico El Mosquito. La correspondencia entre María Brousse y Ricardo Flores Magón se inició aproximadamente en julio de 1906.

En mayo de 1907, Ricardo dio la dirección de María Brousse para recibir la correspondencia de Pío Araujo y Tomás Sarabia. A María Brousse se le menciona por primera vez en Regeneración en el artículo “La mujer acude a nuestras filas”, en el que destaca su participación en un mitin para denunciar el secuestro de Manuel Sarabia en julio 1907. “En esta ciudad, en la manifestación celebrada a principios del corriente para denunciar el plagio de Manuel Sarabia, la Señora B. de Talavera, que de antaño se ha distinguido por sus ideales levantados, pronunció un discurso que fue un himno vibrante y soberbio contra los tiranos…”.

María antes de hacer pareja con Ricardo Flores Magón, había tenido una hija llamada Lucila Norman Brousse. Esta hija fue producto de una relación extramatrimonial con Martín Epstein Norman, hombre casado con Isabel Salinas. Martín era Juez de Primera Instancia en el Gobierno de Porfirio Díaz. Él cambiaba frecuentemente de residencia cuando conoce a María. Martín, junto con otros porfiristas, fue fusilado por órdenes de Pascual Orozco (hijo) el 27 de diciembre de 1910 en un lugar conocido como Arroyo Hondo, cercano al pueblo de Basúchil, Chihuahua. Estas serían las primeras aprehensiones y ejecuciones en los inicios de la revolución al rendirse la plaza de Ciudad Guerreo.

No se sabe el por qué Martín haya suprimido el apellido paterno Epstein, dejando solo Norman con el que reconoce a su hija Lucía. Durante el movimiento anarquista liderado por los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, Lucila conoce al destacado militante llamado Raúl Palma e inicia una relación sentimental y tienen un hijo al que dan el nombre de Carlos.

María se afilió al Partido Liberal Mexicano, liderado por los hermanos Magón, y junto con sus compañeros comenzó una ardua labor anarquista en los Estados Unidos, donde ella y Ricardo fueron frecuentemente vigilados y encarcelados en Los Ángeles, y mientras estuvieron cautivos, Ricardo y María se escribieron varias veces. La correspondencia consta de 19 cartas que Ricardo le envió, y cuatro que recibió, entre el 15 de septiembre de 1908 y el 28 de febrero de 1909, momento en el cual su correspondencia cesó completamente como resultado de su reubicación en Arizona. Estas cartas, de amor y revolución, fueron sacadas de contrabando en secreto, escondidas en su ropa. Las cartas estaban escritas en inglés y fueron traducidas al español y posteriormente publicadas como “Epistolario

revolucionario e íntimo”.
María y Ricardo nunca se casaron, ya que, según la filosofía anarquista, el matrimonio implicaría ser propietario y requeriría la aprobación oficial de las instituciones reguladoras de la iglesia y el estado. Más bien, los dos se vieron a sí mismos como compañeros, cuyo amor y devoción el uno por el otro trascendieron los muros de la prisión y los mecanismos opresivos de la sociedad que los creó intensa y poderosamente poética. La correspondencia de Ricardo Flores Magón muestra el lado empático, sensible y apasionado del revolucionario poeta-intelectual.

Ricardo Flores Magón, murió el 21 de noviembre de 1922 en la prisión de Leanvenworth, Kansas, y poco tiempo después murió Lucía Norman.

Las cartas de María cuando llega a Baja California
Después de haber muerto Ricardo y Lucía, María que radicaba en Los Ángeles, se fue a vivir a Colima, luego se cambió a Michoacán, donde la ayudó Lázaro Cárdenas, incluso tenía una pequeña pensión que quincenalmente se le entregaba. En 1938, María solicitó apoyo al Presidente Cárdenas para trasladarse a Baja California y luego pasar a Los Ángeles, California, para reunirse con su nieto, único familiar cercano que le quedaba. Nunca logró pasar, pero su nieto se trasladó algunas veces a Tijuana para ver por breves momentos a su abuela.

María traía una carta dirigida a Jesús Sobarzo Cortéz y firmada por Agustín Carrillo, quien solicitaba a Sobarzo que asistiera a María mientras ella estuviera en Baja California, especialmente en Ensenada, donde se había ido a radicar Sobarzo y su familia. Agustín y Jesús eran muy apreciados en Mexicali, debido a que habían ayudado a los campesinos en el movimiento conocido como “Asalto a las Tierras”, que concluyó con la toma de Álamo Mocho el 27 de enero de 1937.

A principios de diciembre de 1938, María deja Michoacán y se dirige a Baja California, donde intentaría pasar a los Estados Unidos. Después de un difícil viaje, llega a Mexicali el 18 de diciembre, y desde ahí comienza a escribir la primera de doce cartas que dirige a su amigo y compañero de lucha Agustín Carrillo, que tenía un cargo en el gobierno de Michoacán. En esta colección de cartas, cuyas originales posee la familia Carrillo, escritas entre el 31 de diciembre de 1938 y el 28 de enero de 1940, María se dedica a describir desde las dificultades de su viaje, hasta los pormenores de su actividad que como luchadora social desarrolló en Mexicali y Ensenada durante sus primeros catorce meses en Baja California. De las doce cartas, cuatro fueron escritas en Mexicali y ocho en Ensenada. En todas ellas firma como María Brousse Viuda de Flores Magón. La información de éste y el siguiente capítulo, procede de las cartas.

Durante el viaje de Morelia a Mexicali, María se acercó a la oficina de inmigración en Nogales, Sonora para solicitar los requisitos para pasar a los Estados Unidos y de acuerdo a sus palabras se puede deducir que este fue el primer y último intento para pasar la frontera, pues “en la oficina de inmigración americana no dejan pasar a gente vieja como yo y tiene el que pase después de hacer una confesión general de todas sus culpas presentar suficiente oro”. Más adelante, cuando alguna persona la quiere desanimar para que no cruce el desierto entre Nogales y Mexicali, María le responde: “no le hace, les dije que prefiero morir en el desierto que sufrir humillaciones de los gringos déspotas”.

En Mexicali, María permaneció cuatro meses durante los cuales se puso en contacto con los campesinos que le dieron cobijo en el Ejido Islas Agrarias. Aquí se dedica a observar como estaban organizadas las diferentes agrupaciones agrarias y encuentra que los líderes de la Liga de Comunidades Agrarias, en contubernio con los capitalistas, explotan con salarios miserables a campesinos y campesinas; además el Banco Agrícola y La Jabonera se quedan con la mayor parte de la riqueza. Los chinos tienen controlado el comercio y dan muy caros los artículos de primera necesidad. Sugiere que “la unificación internacional es el único medio para salvar a los trabajadores de la voracidad yanqui”, ya que “Indo América está ya en sus garras, es una realidad”.

María llega a quedarse a vivir en Ensenada
María llega a Ensenada a principios de abril de 1939. Su primera morada será la casa de Jesús Sobarzo, ubicada en la Calle Tercera y Obregón, donde permanecerá durante los primeros seis meses. Desde aquí le escribe cinco cartas a Agustín Carrillo, en las que se queja de la falta de interés por parte de los maestros por impartir cultura en las escuelas, pues “la enseñanza tiene que estar a la altura del siglo XX”. “No hay juegos infantiles en las escuelas; ni tienen fiestas teatrales, nada que ilustre”. “Ahora que están de vacaciones, se van por las calles los hombres del futuro, con resorteras matando pájaros y tirando a los animales, bien si tuvieran en que divertirse no harían cosas repugnantes que perjudican, matan las hembras y tienen que morir los pollitos y se pervierten los sentimientos con esos principios de educación y no debemos permitir eso”.

La educación en Ensenada, era un tema prioritario para María. En sus cartas enviadas a Agustín, le recalcaba que recuperara parte de la biblioteca que poseía Raúl Palma, porque deseaba “formar una biblioteca aunque sea chica (ya que), no ha entrado la revolución en Baja California”.

Durante seis meses, estuvo reclamando el equipaje que se supone llegaría a Tijuana por tren, pero se lo hicieron perdedizo en Mazatlán, de donde le decían que la bodega donde estaba su equipaje se había quemado. A María le pudo mucho esta supuesta pérdida, debido a que era todo lo que poseía. El equipaje constaba de dos petacas con la mejor ropa que tenía María, y un cajón con libros y las fotografías ampliadas de su hija Lucía y su nieto; así como el libro “Tierra y Libertad”, de Ricardo Flores Magón, quien se lo había dedicado a María; además contenía la firma de varios de sus compañeros de lucha. También incluía una colección origina del periódico Regeneración y abundante documentación histórica del movimiento revolucionario anarquista. Con el tiempo, María pudo comprobar que lo del incendio había sido una mentira. ¿ Quién se quedó con todo esto?. Sin duda, es un tesoro para la historia de México.

Otro gran misterio es sobre las cartas íntimas que le mandó Ricardo a María cuando estuvo preso en Los Ángeles, que son conocidas como “El Epistolario”. Esas cartas ya se publicaron, pero no se menciona como es que llegaron a manos del impresor. En varias de las cartas, que maría escribió en Ensenada, está la clave. Resulta que Raúl Palma, ex yerno de María y destacado anarquista, se dedicó por mucho tiempo a traducir las cartas íntimas que María le había proporcionado, y que se suponía él era el encargado para publicarlas, pero justo en el tiempo que había terminado la traducción, a Raúl lo sorprendió la muerte el 16 de noviembre de 1939, en el trabajo en Morelia, lugar donde vivía en compañía de Gila su esposa. María nunca supo que destino tuvo su “Epistolario”, y el abundante archivo histórico que Raúl poseía; este es otro misterio por aclarar. Como escribió María; ¿en manos de quién quedarán ?.

Mientras tanto, María seguía apoyando a los ensenadenses para tener una vida digna. Ella misma, se encargaba de reunir a un grupo de personas para solicitar las tierras correspondientes a El Ciprés y El Naranjo, para salir de la pobreza en que se encontraba en la ciudad, debido a que su raquítica pensión no le alcanzaba; además todo era muy caro en Ensenada. Estos trámites no tuvieron éxito.

Poco se sabe de sus últimos años de vida, Yoly que la conoció cuando era niña nos platica que María tenía depositada su fe en los más jóvenes, y platicaba frecuentemente con niños y adolescentes. Decía que ellos eran la esperanza. De los viejos no hay que ocuparse, porque ya estaban muy amañados y no cambian.

Sola, enferma y muy pobre, María pasó sus últimos siete años en una casita de adobe que a principios de los 40’s el entonces Delegado de Gobierno, Julio Dunn Legaspy le mandó construir a finales de la Calle Ruiz. De su nieto Carlos que vivía en los Ángeles, ya no se volvió a saber nada. Fue encontrada muerta el 11 de septiembre de 1947. En el Acta de Defunción se asienta que falleció a consecuencia de una hemorragia cerebral.

Sin honores especiales y con escaso acompañamiento, fue sepultada en el Panteón Municipal en una fosa de segunda clase. Así estuvo durante 20 años en el completo olvido, hasta que un grupo de ciudadanos que formaban el Patrimonio Cultural de Ensenada, hizo las gestiones necesarias ante el entonces Presidente Municipal de Ensenada, el Profesor Jorge Olguín Hermida para que se le hiciera una lápida, aunque fuera sencilla. Olguín Hermida aceptó y cuando se instaló la lápida, se hizo una ceremonia con la asistencia de autoridades y los integrantes del patrimonio. Después volvió al olvido y durante 40 años nadie se acordó de María, hasta que recientemente en junio de 2017, un grupo de ciudadanos localizó la tumba y le hizo un breve homenaje a la revolucionaria.



¿El Panteón Municipal o el Panteón Modelo?
El 10 de noviembre de 1986, la Secretaría de Salubridad y Asistencia, a través del Centro de Salud Ensenada, gira una solicitud al Registro Civil; Sección Panteones “Para el traslado de restos áridos del Panteón Municipal. Para que los restos de el cuerpo que en vida llevó el nombre de María de Luz viuda de Flores Magón sean exhumados del Panteón Municipal No. 2 y trasladados al Panteón Modelo, para su reinhumación en la Fosa No. 21, Sección “A”. Lado izquierdo”.

El Registro Civil, Sección Panteones, solicita a la vez mediante un Memorándum al Panteón Modelo lo siguiente:

En virtud del Oficio fecha 15 del presente mes y año, girado por el Centro de Salud de esta ciudad, puede procederse a la exhumación de los restos de quien en vida llevó el nombre de María de la Luz, viuda de Flores Magón, que se encuentra sepultada en la Fosa 7 manzana 20 Bis. Secc. 2ª. De 2ª. Clase del Panteón Municipal, para ser reinhumada en el Panteón Particular Modelo.

Lo firma el Oficial del Registro Civil, el Profesor Julio César Herrera Díaz.

Lo recibió El Panteón Modelo el 19 de noviembre de 1986 y “ordena a los encargados del Panteón Modelo: favor de inhumar restos de María Brus de Flores Magón”.

Se anexan copias de ambos documentos, así como la copia del Acta de Defunción.

Surgen algunas interrogantes: ¿por qué no se hizo el cambio que ya se había autorizado?. ¿Quiénes son los responsables?. ¿le apostaron a que nadie les reclamaría?. Ya se cumplieron 32 años y aún no hay respuesta.

María Boursse de Talavera es un personaje relevante en la historia de México. Fue una mujer que hasta su muerte se mantuvo firme en sus convicciones, tal como lo hizo Ricardo Flores Magón, su pareja sentimental.

Agradecimientos: a Yolanda (Yoly) Sobarzo, por su información relacionada con los primeros meses que María vivió en su casa; a Benjamín Pablo Norman, sobrino bisnieto de María, quien me proporcionó valiosa información de Martín Epstein Norman, padre de lucía hija de María; a mi hermano José, por haberme proporcionado las 12 copias de las cartas que María escribió en Mexicali y Ensenada, todas inéditas y base de este artículo.

*Cronista de Ensenada
arnulfoestrada54@gmail.com

 

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