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Misiones de las Californias XLVI: Misión de San Luis Rey de Francia

Llegó a ser una de las más grandes, prósperas y pobladas de las Californias. Sin embargo, con los cambios que originó la Independencia de México, la misión entró en un periodo de decadencia, el cual se acentuó con la secularización. A mediados del siglo XIX fue devuelta a la Iglesia y, actualmente, funciona como una parroquia de la Diócesis de San Diego
domingo, 4 de febrero de 2018 · 00:00

CARLOS LAZCANO/COLABORACIÓN
carloslascano@hotmail.com | Ensenada, B. C.

La misión de San Luis Rey de Francia fue la novena y última de las misiones fundadas por el padre presidente de las misiones de Alta California, fray Fermín Francisco de Lasuén. Fue la misión número 46 de las Californias y la número 18 de la Alta California. Además fue la última misión de las Californias fundada en el siglo XVIII. Establecida el 13 de junio de 1798, con ella se cierra el fecundo ciclo misional entre 1797 y 1798 en que el padre Lasuen establece cinco misiones altacalifornianas. Actualmente, se encuentra dentro del condado de San Diego, California, dentro de la ciudad de Oceanside, California, y a unos 200 kilómetros al norte de Ensenada.

El paraje donde fue establecida esta misión fue reconocido inicialmente por el padre Juan Crespí, uno de los mas destacados misioneros franciscanos de las Californias. Fue durante la expedición de don Gaspar de Portolá, el gobernador de las Californias, que el padre Crespí registró el paraje.

Fue iniciada para evangelizar a los indios luiseños, colindantes con los kumiai de la bahía de San Diego, quienes dieron una excelente acogida a los padres catalanes Antonio Peyrí y José Faura iniciadores de este proyecto. Y precisamente, gracias a esa acogida la misión pronto prosperó, llegando a tener una gran cantidad de neófitos y desarrollar la ganadería y agricultura a muy buen nivel.

A fines del año de su fundación se completó su primer capilla, así como el cuartel de la guardia y la residencia de los misioneros, todas construcciones sencillas de adobe y tejado de paja. Para 1801 la misión ya tenía sus propios hornos y elaboraron tejas de adobe, cambiando el techo original de los edificios. En 1802 se inició la construcción de un nuevo templo que tendría capacidad para mil personas; pero como siguió creciendo la población indígena, en 1811 se inició la construcción de un templo aún más grande, el que fue consagrado en 1815. Esta misión llegó a ser una de las más grandes y pobladas de las Californias. Para 1826 contaba con casi tres mil neófitos. Además, llegó a tener más de 50 mil cabezas de ganado, lo que reflejaba su gran prosperidad.

Esta gran prosperidad se debió en buena parte al padre Antonio Peyrí, uno de los iniciadores, quien permaneció en ella durante 34 años y llegó a ser muy apreciado por los indios, al grado de que cuando, debido a su edad, tuvo que retirarse de la misión, en 1832, tuvo que hacerlo a escondidas, ya que se temía causara inquietud y rebelión entre los neófitos.

Con los cambios que se dieron con la Independencia de México, la misión entró en un periodo de decadencia, el cual se acentuó con la secularización, la que se dio en esta misión en1835. En dicho año fue cedida a los administradores Pio Pico y Pablo de la Portilla; sin embargo, el gobernador Manuel Micheltorena devolvió la misión a los franciscanos. Tres años después fue comprada, pero en 1865 fue devuelta a la Iglesia Católica. El padre José Jeremías O’Keefe se encargó de restaurar la misión y finalmente esta fue reabierta al culto en 1893. Actualmente funciona como una parroquia de la Diócesis de San Diego.

Durante la invasión de los Estados Unidos a México, 1846-1848, la misión fue ocupada por el ejército estadounidense, quien la utilizó como cuartel.

En 1970 se incluyó a esta misión en el Registro Nacional de Lugares Históricos de los Estados Unidos.

¿QUIÉN FUE EL FUNDADOR DE ESTA MISIÓN?
Fue fray Fermín Francisco de Lasuén el fundador de esta misión, como ya lo mencionamos. Este gran misionero, quien sucedió a fray Junípero Serra en la presidencia de las misiones de la Alta California, nació en Vitoria, España, en 1736. Ingresó a la orden franciscana y a partir de 1751 se le consideró fraile.

A los 23 años fue enviado a la Nueva España, asignándosele a las misiones de Sierra Gorda, actualmente en el Estado de Querétaro. Ahí nació su relación con fray Junípero Serra.

Estuvo en Sierra Gorda hasta 1767, cuando formó parte del grupo de misioneros franciscanos que fueron enviados a las misiones de la Antigua California.

Posteriormente pasó a las misiones de la Alta California, de las cuales llegó a ser presidente a partir de 1784, año en que muere fray Junípero.

Permaneció como presidente hasta su muerte, ocurrida en la misión de San Carlos Borromeo el 26 de junio de 1803. Durante ese lapso fundó nueve misiones que son: Santa Bárbara, Purísima Concepción, Santa Cruz, Nuestra Señora de la Soledad, San José, San Juan Bautista, San Miguel Arcángel, San Fernando Rey, San Luis Rey.

ANTONIO PEYRÍ, EL GRAN IMPULSOR DE ESTA MISIÓN
Fue el padre Peyrí quien convirtió a la misión de San Luis Rey de Francia en la mas prospera y grande de las Californias. Permaneció en ella 34 años, de 1798 a 1832 y fue muy querido por sus indígenas. Nació en España en 1769 y murió en 1834, sin saberse el lugar.

Llegó a México en 1795 y fue enviado a las misiones de California. En 1796 se le encomendó la misión de San Luis Obispo, y para 1798 el padre presidente Lasuén lo comisionó para la nueva fundación de San Luis Rey de Francia.

Cuando el padre Peyrí llegó a su nueva misión, la inició con 160 cabezas de ganado vacuno y 600 ovejas. Cuando se retiró éstas se habían convertido en 26 mil cabezas de ganado vacuno y más de 25 ovejas. Al momento de su retiro había bautizado más de 5 mil indígenas y vivían en su misión casi 3 mil.

Peyrí fue de los misioneros franciscanos que apoyó la independencia de México. Debido a su edad dejó las misiones y volvió a la ciudad de México y de ahí a España, a donde llegó en 1834. A ver todo el desorden que en ese tiempo había en España, quiso volver a California, pero su salud ya no se lo peritió.

SAN LUIS REY DE FRANCIA, EL PATRONO DE ESTA MISIÓN
Se trata de Luis IX de Francia, llamado “el Santo”, quien nació en Poissy, Francia, en 1215 y murió en Túnez en 1270. Sus padres fueron el rey Luis VIII de Francia y la infanta Blanca de Castilla. Inició su reinado en 1226, cuando murió su padre.

Fue un rey católico ejemplar, que destacó por su ascetismo. Fue parte de la orden franciscana. Emprendió y perdió las dos últimas cruzadas contra los musulmanes en Egipto y Túnez y fue hecho prisionero, por lo que tuvo que pagar un fuerte rescate para ser liberado. Murió en Túnez, de disentería, durante el sitio a que sometió a dicha ciudad.

Fue canonizado en 1297 por el Papa Bonifacio VIII.

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