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Aclaran ‘misterio’ de crítica literaria

El expositor argumentó que es fácil decir por qué un clásico es bueno, pero difícil explicar por qué es mala una novela comercial
viernes, 31 de agosto de 2018 · 00:00

BENJAMÍN PACHECO/EL VIGÍA
bpaheco@elvigia.net | Ensenada, B. C.

El crítico literario debe asumir su texto con la misma seriedad, temeridad e incluso desfachatez que los poetas, novelistas y cuentistas ante sus trabajos, aunque no está exento de equivocarse e incurrir en mala escritura, señaló Christopher Domínguez Michael.

El integrante de El Colegio Nacional desde el 2017 lo refirió el miércoles pasado durante su conferencia “¿Qué es un crítico literario?”, presentada en el marco de charlas del Festival del Conocimiento 2018, en el Centro Estatal de las Artes de Ensenada (Cearte).

De manera previa, Rael Salvador, escritor y presentador de la charla, resaltó que Domínguez Michael posee una visión que “abarca la literatura en su ensayística vital, recorrido que transita por el reseñista, el biógrafo, el novelista, el historiador de las letras nacionales y, demarcando, bien lo dice Juan Villoro, como el principal crítico literario de México”.

Agregó que a partir de la literatura y sus protagonistas, el también autor del “Diccionario crítico de la literatura mexicana” “extiende la contienda reactiva de una tradición estimada por Octavio Paz, vivir la rebelión en el presente, la cual se lee dentro de un clima y una posibilidad: el estado del tiempo y el tipo de cambio”.

¿CÓMO RECONOCER AL CRÍTICO?
Sobre cómo reconocer a un crítico literario, Domínguez Michael presentó argumentaciones positivas y negativas, en el sentido de “lo que no es” y “lo que es”.

“Asume la escritura de un texto crítico con la misma seriedad, temeridad, vergüenza o inverecundia (desfachatez) que un poeta haciendo poemas, un un novelista redactando el capítulo de una novela o un cuentista. Y está obligado, como el poeta, cuentista o novelista, a escribir lo mejor que pueda, e inclusive no se puede permitir criticar un libro que no le gustó con una mala escritura.

“Los críticos literarios escribimos mucho y nos equivocamos mucho, porque el juicio va variando según cómo nos va en el día, el año, que etapa de la vida estamos travesando, que periodo histórico está viviendo nuestro país, en que andan las tendencias universales del arte. El juicio es variable”, afirmó.

El crítico literario se asume como un lector profesional que se compromete a realizar lo que algunos llaman “crítica judicial”, explicó, en el sentido etimológico de la palabra: juzgar las obras y determinar, según el sistema de valores de cada crítico, algo tan difícil como si son buenas o malas.

¿NOVELA BUENA O MALA?
Recordó que es fácil decir porque es buena La Odisea, Shakespeare, Homero, Rulfo, Dostoyevski o Tolstoi, pero resulta muy difícil explicar porque es mala una novela comercial, sobre todo a una persona con pocas lecturas.

Todo crítico literario de importancia defiende obras, familias de obras y autores, que representan valores con los cuales él se identifica, puntualizó, y es “alguien que tiene ansiedad por compartir lo que ha leído”.

Domínguez Michael aclaró que dicha labor no es la misma que la de un funcionario de Gobierno destinado a la promoción de la lectura, pues los segundos corresponden a las actividades educativas, pero los primeros trabajan para quienes les gusta leer.

“La lectura no es una virtud en si misma, no todo el mundo tiene por qué leer, ni es cierto eso de que leer hace mejores a los hombres. Si contáramos los millones que han muerto en la historia de la civilización por haber leído, literalmente, la Biblia, el Corán y otros textos religiosos, veríamos que la lectura no es necesariamente una actividad benigna.

“Los críticos literarios trabajamos con lo que el poeta Juan Ramón Jiménez llamaba ‘la inmensa minoría’, es decir, aquellos que sí tienen tiempo para leer”, expresó.
 

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