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DE NIÑOS Y OTROS ENREDOS

jueves, 14 de noviembre de 2019 · 00:00

Nos estamos quedando sin niños

“Hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad y es no resignarse”.

Ernesto Sabato

Dr. Enrique Sicardi Aragón*
¿Quiénes de mis contemporáneos o anteriores, no recuerdan aquellas reuniones familiares con hartos chamacos, entre hermanos, primos y allegados o esas tardes postescolares o los fines de semana, jugando todos, libres, en la calle, donde no faltaban bromas, travesuras y disputas, las cuales, se resolvían in situ, sin la intromisión de los adultos, salvo situaciones especiales que requirieran la mediación de alguien mayor?, ahora, eso ha quedado en tan solo, gratos recuerdos o como archivos fílmicos.

La generación de mis padres, tuvo cuantos hijos quisieron tener, cuatro o cinco, eran pocos. En mi generación, decidimos tener solo dos o tres, los menos; uno o cuatro. La siguiente generación, uno o dos y cada vez fue más raro, tres o más. Más recientemente, solo uno y un alto porcentaje postergan su reproductividad y cuando lo deciden, o ya fue tarde y lo logran en edades no muy óptimas para ser padres, abiertamente dicen “no queremos tener hijos”, mencionan: nosotros sí queríamos, pero el tiempo se nos pasó. Mentira, ellos lo dejaron pasar por su renuencia a tener hijos.

¿Por qué está pasando esto?
Muchos se escudan en la ecología, aduciendo que cada vez hay menos recursos: el agua se agota, a mayores asentamientos humanos, menos áreas verdes y otra retahíla de esquivas con las cuales cubren las verdaderas razones. Otros se escudan en el futuro del mundo: el calentamiento global, los altos índices de contaminantes, las guerras, etcétera. Todas sus argucias, nada más que absurdos pretextos para ¡no querer tener hijos!

En aquellas religiones de extremistas y fanáticos, donde sus patriarcas o guías los impulsan a tener muchos hijos y no conforme con eso, muchas esposas para tener aún más hijos, sus preceptos religiosos hablan de que sus hijos son sus soldados, sus mártires y no se tientan el corazón para con una bomba acabar con un edificio o una guardería, entre más víctimas se lleven entre sus patas, su Dios, estará más complacido (recomiendo lean: El fin de la fe de Sam Harris), ellos, sí que pueden acabar con el mundo y esto por solo dar un ejemplo.

En cuanto a lo ecológico y falta de agua: cuando éramos niños y aun nuestros padres y abuelos, a muchos, no les tocó el agua entubada, otros, nadábamos en las charcas, lavábamos los carros con una cubeta, no cuidábamos el agua, realmente NO HABÍA, ahora, todos o casi todos tenemos agua con solo abrir una llave, nadamos en sendas albercas de miles o millones de litros (una alberca de 25 x 50m, mínimo, contiene 2.5 millones de litros) y tiramos agua a diestra y siniestra.

El no tener hijos, es la acción personal más conducente para la extinción. Los jóvenes de hoy no quieren tener hijos porque nosotros sus padres en nuestro afán de evitarles privaciones, frustraciones, sufrimiento, decidimos otorgarles los mejores cuidados, la mejor educación, lo mejor que estuviera a nuestro alcance y recurso, pero muchas veces nos olvidamos del tiempo, la presencia, cambiamos cosas materiales por la interacción con ellos y les mandamos equivocadamente el mensaje de que lo más importante es lo material, por lo que los convertimos en egoístas, consumistas, personalistas, merecedores de todo.

Eso, gestó personas que abiertamente dicen no querer hijos por que cuestan mucho, dan muchos problemas, los más sinceros dicen: prefiero viajar, tener una mejor casa, un mejor carro, un mejor de todo que les ostente más como triunfadores.

Dentro del reino animal se considera triunfador al que trasmite más sus genes, el líder de la manada, es el que más hijos engendra, muchos mueren sin descendencia, esos, son un fracaso biológico y evolutivo, pero para el homo sapiens actual, entre más cosas materiales posea, se consideran más exitosos aunque sin descendencia queden y cubren esa necesidad biológica con mascotas.

Como pediatra, hoy veo niños más berrinchudos, más difíciles de explorar y cada vez a padres más demandadores de soluciones medicamentosas a los mínimos problemas del menor. Los niños de todos los tiempos siempre han requerido, requieren y requerirán de sus padres, su tiempo y presencia íntegra sin distractores, no de cosas materiales que los vuelvan insensibles al afecto. Gánatelos con tu tiempo, no los compres con dinero.

*Coordinador de Relaciones Públicas del Consejo Nacional de Lactancia Materna A. C.

sicardi53@gmail.com

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