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Ya viene el agua

El caracter cíclico de los eventos naturales de gran impacto para Ensenada -Vientos de Santana, El Niño, y la Tormenta de Retorno- permite prevenir sus consecuencias
viernes, 15 de noviembre de 2019 · 00:00

Raúl Bernal, Arturo Meillón, Joaquín Moreno/COLABORACIÓN
Ensenada, B. C.

Existen tres grandes riesgos cíclicos del municipio de Ensenada: los vientos de Santana, el fenómeno del Niño y la Tormenta de Retorno. Como suceden en periodos definidos, es posible mitigar los desastres que ocasionan al prevenir antes que declarar zonas de emergencia.

VIENTOS DE SANTANA
Los llamados Vientos de Santana se presentan en la región cada año. Traen consigo enfermedades respiratorias, plagas de moscas, mosquitos y demás alimañas que invaden las viviendas, comercios y todos aquellos bichos que son atraídos por los desperdicios alimenticios mal manejados.

Lo que más daño causan estos vientos es la propagación de incendios que arrasan miles de hectáreas de bosques, pastizales, arbustos y siembras, amen del ganado y fauna endémica, algunos en riesgo de extinción.

TORMENTA DE RETORNO
Este fenómeno se presenta en Ensenada aproximadamente cada 4 décadas y el ultimo azotó en 1978, por lo que se espera regrese para la temporada de lluvias entre enero y marzo de 2020.

Esa tormenta no es huracanada, pero el daño no estriba en la cantidad de agua precipitada, sino en que llueve ininterrumpidamente por un par de semanas, día y noche, sin parar.

A esta situación se agrega el acumulamiento de basura, llantas, animales muertos, uso ilegal de los lechos de los arroyos, y los desechos arrojados por servicios irregulares de recoleccion de basura.

Esto resulta en “tapones” de desechos generados por el arrastre del agua de las lluvias, que al no resistir la presión terminan por reventar y caer sobre las construcciones , puentes, calles, y todo lo que encuentran a su paso.

La Gran Tormenta Cíclica ocurrida en 1978 arrasó con la colonia Munguía y llego hasta el centro histórico de Ensenada, inundando las calles Floresta y aledañas.

QUÉ HA CAMBIADO
Aún cuando la ciudad ha crecido de manera exponencial en 40 lustros, desde aquel suceso, no se han implementado medidas de amortiguamiento o desfogue de la masa de agua que se vaticina.

Estamos en inminente riesgo de una gran contingencia y no hacemos nada para protegernos. Cuando esto ocurra diremos que no tuvimos tiempo de prevenir. Cuarenta años es muy poco tiempo.

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