Piden regular solventes de carrocería y pintura

BENJAMÍN PACHECO/EL VIGÍA
bpacheco@elvigia.net | Ensenada, B.C.

Debido al riesgo para la salud que implican los compuestos orgánicos volátiles de la pintura y otros solventes comunes en negocios como talleres de carrocería y pintura, es necesaria una norma técnica ambiental estatal para regular el uso de los mismos, urgió el Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA).

José Carmelo Zavala Álvarez, fundador del CIGA, señaló mediante un comunicado que esto pone en riesgo la salud de dueños, trabajadores y la comunidad alrededor de estos establecimientos.

Recordó que los talleres de carrocería y pintura suelen estar en muchos lugares dentro de una ciudad, por lo que es común que los vecinos se quejen de malos olores o dolor de cabeza, pero el riesgo es mucho mayor, debido al nivel de toxicidad.

“Esto se refiere a la actividad comercial de talleres mecánicos, que deslavan piezas con gasolina, con thinner; a talleres de carrocería y pintura; a herrerías que pintan; carpinterías que pintan. Los compuestos que vienen con la pintura y que son volátiles, que se evaporan, lo sufren todos los vecinos de este tipo de talleres”, afirmó el fundador del CIGA.

El también ingeniero bioquímico recordó que, a finales de la década de 1990 o inicios de 2000, fueron regulados estrictamente los compuestos orgánicos volátiles en California, Estados Unidos.

Debido a esto, algunas de las grandes carpinterías o fábricas de muebles se movieron de California a Arizona, e incluso Baja California.

Zavala Álvarez aclaró que las grandes industrias sí tienen filtros de carbón activado o colectores de polvos para retener sus emisiones, y aunque en la actualidad existe la pintura electrostática en polvo para evitar solventes, no se ha dejado de utilizar la pintura con volátiles orgánicos.

“Lo vemos en talleres de carrocería y pintura. Su autorización, uso de suelo y operación, no están realmente regulados por el Ayuntamiento, están en zona gris, pero tienen emisiones a la atmósfera, deberían registrarse, la regulación mexicana marca como obligatorio a las fuentes fijas conducir y controlar sus emisiones”, mencionó.

Aunque más o menos lo hace la industria, prosiguió, el comercio y servicios se encuentran en una “zona gris”, debido a los cañones de humo, de polvos o de hollín de las taquerías y pollerías.

Agregó que los residuos peligrosos de estos talleres no deben mezclarse con la basura común, por lo que recolectores municipales deberían ser más estrictos y no llevárselos.

“Así, los dueños, al pedir sus autorizaciones, los que la tienen, tendrían que informar el destino de esos residuos y probar que los manejan adecuadamente”, remarcó.

Por último, indicó que los volátiles orgánicos a su vez están presentes en estéticas, por el uso de acetona, pinturas de uñas y tintes de pelo, además de que las limpiadurías en seco también emplean solventes con estos compuestos, por lo que en este tipo de giros debe tenerse más precaución.