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Denuncian tala de palmilla

Indígenas de la comunidad kiliwa aseguraron que una empresa del Valle de la Trinidad, corta de manera ilegal la planta endémica de la región, dejando daño al medio ambiente
viernes, 10 de diciembre de 2021 · 02:25

KARLA PADILLA/EL VIGÍA
kpadilla@elvigia.net | Ensenada, B. C.

Ejidatarios de la comunidad indígena Tribu Kiliwa denunciaron la tala ilegal y robo de palmilla, lo que también está causando graves daños al ecosistema que rodean la zona, ubicada en el Valle de la Trinidad.

Gustavo Adolfo Carrillo Aguirre, comisariado presidente del Ejido Tribu Kiliwa, explicó que anteriormente, la comunidad participó, de manera organizada, en un proyecto para el uso, aprovechamiento e industrialización de la palmilla y a pesar de que desde hace varios años se retiraron, aún aparecen como responsables.

“Nos preocupa mucho, porque hay un robo muy fuerte de esta planta en el ejido, a pesar de contar con vigilancia que realizan compañeros ejidatarios que cuidan y patrullan todo el lugar, no nos damos abasto; en esta empresa hay un almacenamiento de palmilla, pero desconocemos su procedencia y queremos saber, ya que es un fuerte daño el que se hace al medio ambiente”, señaló.

En ese sentido, Teresa Aros Farlow, una de las ejidatarias nativas de la comunidad, mencionó que se le ha solicitado a la empresa que les brinde información, pues el proyecto se ha regido por comunidades indígenas, pero el robo es exagerado y se desconoce cómo entra, sale y se procesa la planta, pues incluso han tenido atentados en las comunidades.

Planta nativa
Recordó que desde hace aproximadamente tres años es cuando se ha registrado el robo de palmilla de manera más intensa y explicó que la planta nativa se trabaja desde hace más de 50 años en la comunidad, donde se utiliza para lavar ropa, mientras que de manera industrial se extrae el jugo y se procesa para exportarlo a Estados Unidos, donde se utiliza para la elaboración de refrescos y jabón.

Por su parte, José Jorge Armenta, expresidente comisariado ejidal, indicó que el proyecto se bajó en el año 2000 Unión de Productores Nativos del Desierto (Upronade), en el que la fábrica funcionó por tres años y medio bajo su dirección, pero por desacuerdos la administración cambió.

Añadió que durante su administración como comisariado del ejido, acudió a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) donde se hicieron denuncias que no procedieron, a pesar de que se les notificó que a la fábrica estaba llegando producto robado.

 

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