Prueba Cicese bioestimulantes de algas marinas

KARLA PADILLA/EL VIGÍA
kpadilla@elvigia.net | Ensenada, B. C.

En busca de mitigar la contaminación procedente de los fertilizantes en la agricultura y disminuir la expansión de zonas sin oxígeno, también llamadas zonas muertas, en los márgenes costeros del mundo, es que se prueban bioestimulantes desarrollados con base de algas marinas.

Jorge Olmos Soto, investigador del Departamento de Biotecnología Marina del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese) y líder del proyecto, explicó que desde hace dos meses se comenzó con los ensayos utilizando un brócoli y dos por la empresa española de biotecnología marina Ficosterra, como parte de un proyecto financiado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La intención de este proyecto es impulsar el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 15 de la ONU, en el que participan Ficosterra, el Cicese y la empresa bajacaliforniana GN Productores Agrícolas, mediante la utilización de menos ferlizantes.

Mencionó que los estudios comenzaron en un invernadero utilizando 50 macetas para cultivar brócoli en condiciones controladas, empleando dos bioestimulantes desarrollados por Ficosterra (ficosagro ® y cystium-k ®), cuya cantidad se mantiene fija y variando la concentración de fertilizante de 100 a 70 por ciento.

El objetivo es evaluar hasta qué concentración de fertilizante se puede disminuir sin afectar el rendimiento final del cultivo, es decir, la productividad, siempre y cuando se utilicen los productos que Ficosterra desarrolló a partir de algas marinas; es decir, probar cómo estos productos mejoran la nutrición y asimilación de fertilizantes en las plantas, pues entre más eficiente la nutrición de la planta, menos fertilizante necesita.

Olmos Soto mencionó que se eligió el brócoli porque es una planta que tiene muchas propiedades y resistente a diferentes variables; crece lo mismo con poca o mucha luz, con un amplio rango de temperatura, produce un solo fruto y tiene un amplio mercado en España, tanto de consumo interno como de exportación.

La inclusión del Cicese en este proyecto se debió a la gestoría de la Dirección de Impulso a la Innovación y el Desarrollo, señaló, en el que participan también un auxiliar de investigación en el invernadero y otro en el laboratorio; los resultados serán evaluados a finales de diciembre de este año, y si es necesaria una segunda evaluación, sería en febrero de 2022.

“Puede tener un gran impacto a nivel internacional porque en los cultivos intensivos, donde se produce a gran escala, los agricultores agregan fertilizante cada tres o cuatro días para que la planta te dé, y te dé y te dé, todo lo que se pueda; después de eso utilizan una buena cantidad de agua para lavar todo lo residual, y lo que queda vuelven a agregar agua y repiten el ciclo durante tres o cuatro meses; así es como se genera la lixiviación, que es lo que no se absorbió del fertilizante y que regularmente va a dar al mar”, detalló.

A pesar de que Baja California tiene dos valles agrícolas importantes, consideró que el problema podría no ser tan grande; más bien habría que averiguar si frente a las costas de Sinaloa se tienen zonas anóxicas o sin oxígeno, pues se considera el granero de México y sus escurrimientos llegan directo al mar, tanto al Pacífico mexicano como al Golfo de California, que es un sistema cerrado.