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Gana doctorante beca para París

La estudiante de Cicese Carmen Sanjuana Delgado busca agentes de biocontrol contra hongos, centrada en las enfermedades de la madera de la vid
viernes, 31 de diciembre de 2021 · 00:00

KARLA PADILLA/EL VIGÍA
kpadilla@elvigia.net | Ensenada, B. C.

Carmen Sanjuana Delgado Ramírez, estudiante del doctorado en Ciencias de la Vida en el Cicese, obtuvo una beca internacional para desarrollar parte de sus tesis en París, Francia; además obtuvo el primer lugar en la modalidad póster, categoría doctorado con el trabajo “Identificación de agentes de biocontrol para el control de la muerte regresiva por Botryosphaeria en vid” en el XIII Congreso Internacional y LVIII Congreso Nacional de la Sociedad Mexicana de Fitopatología.
Respecto a la beca, Delgado Ramírez explicó que se trata de una beca de investigación en la International Organisation of Vine and Wine (OIV) 2021, a la que se postuló mediante el desarrollo de un proyecto de investigación evaluado y revisado por investigadores.
Recordó que la OIV es una organización intergubernamental de carácter científico y técnico de reconocida competencia por sus trabajos relacionados con la vid, el vino, las bebidas con base de vino, las uvas de mesa, las pasas y otros productos de la vid.

MICROORGANISMOS DE BIOCONTROL
La estudiante mencionó que a finales de noviembre recibió la noticia del otorgamiento de la beca y envió a París, Francia, la carta de aceptación del apoyo financiero que le permitirá abordar parte de su tesis de doctorado, enfocada en el análisis de la diversidad microbiana en vides criollas de Baja California.
“El desarrollo del proyecto está contemplado a realizarse en 10 meses, comenzando a trabajar en enero de 2022; el compromiso es cumplir con la investigación y presentar los resultados obtenidos en un congreso que se llevará a cabo en 2023”, explicó.
En esta fase de su formación académica, la estudiante del Cicese ha enfocado su esfuerzo en la búsqueda de microorganismos de biocontrol para enfermedades de la madera de vid, problema serio en este cultivo. 
“Llevo un año en la investigación del doctorado; no ha sido sencillo trabajar por la pandemia de Covid que limitó por un tiempo el ingreso al laboratorio, sin embargo, he avanzado en mi trabajo experimental y he obtenido resultados prometedores”, comentó.
Delgado Ramírez indicó que México, Sonora y Baja California son los principales productores de uva de mesa y vino, respectivamente; no obstante, estos cultivos pueden ser afectados por las enfermedades de la madera de la vid (GTDs, por sus siglas en inglés) y, de ser el caso, mermar la productividad y provocar importantes pérdidas económicas.
Las GTDs son un complejo de afecciones que incluye la enfermedad de Petri, pie negro, yesca, muerte regresiva Eutypa (o brazo muerto) y muerte regresiva por Botryosphaeria.
Esta última es una de las más destructivas, para la que se han reportado 28 diferentes especies de hongos asociados pertenecientes a los géneros Botryosphaeria, Diplodia, Dothiorella, Lasiodiplodia, Neofusicoccum, Neoscytalidium, Sphaeropsis y Spencermartinsia, entre otros.

RUBO AL CONGRESO DE FITOPATOLOGÍA
En cuanto al XIII Congreso Internacional y LVIII Congreso Nacional de la Sociedad Mexicana de Fitopatología, Carmen Sanjuana participó en la modalidad póster, categoría doctorado, con el trabajo “Identificación de agentes de biocontrol para el control de la muerte regresiva por Botryosphaeria en vid”.
Dijo que se trata de un tema relevante porque se buscan microorganismos benéficos como alternativa para controlar la muerte regresiva por Botryosphaeria en el cultivo de vid, para lo que no hay un método de control efectivo. 
“Identificar este tipo de microorganismos podría disminuir el daño causado por los fitopatógenos y reducir el uso de fungicidas químicos”, comentó.
En el cultivo de vid el manejo de estas enfermedades es difícil, debido a la localización profunda de los hongos patógenos en el xilema y aunque existen fungicidas químicos, estos han mostrado una efectividad limitada. 
Como alternativa, mencionó, se propone el uso de agentes de biocontrol, que podrían colonizar los tejidos leñosos manteniendo una actividad antagónica de amplio espectro, disminuyendo el daño causado por fitopatógenos. 

 
 

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