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Tiempo de adviento, a limpiar el camino

En su mensaje dominical, el obispo de Ensenada recordó que esta temporada es para reflexionar y hace firmes propósitos de cambio
lunes, 6 de diciembre de 2021 · 03:09

KARLA PADILLA/EL VIGÍA
kpadilla@elvigia.net | Ensenada, B. C.

El adviento es un tiempo de esperanza, pero también de conversión, en el que los cristianos deben analizar sus comportamientos y hacer propósitos firmes de cambio para prepararse para la llegada de Jesús, aseguró Rafael Valdez Torres, obispo de la Diócesis de Ensenada. 
Durante la homilía del segundo domingo de Adviento, Valdez Torres señaló que en un mundo de ruidos y distracciones, es necesario tener momentos de silencio para ser receptores de la palabra de Dios y contemplar la grandeza de su presencia. 
“Cuando no nos interesa algo, ni atención le ponemos... siempre seleccionamos lo que nos interesa o lo que nos gusta, Jesús viene, ¿pero nos interesa su venida? ¿Queremos darle un poco de tiempo a su presencia que interpela en el silencio, en la reflexión, mi comportamiento y mis acciones o prefiero seguir embotado en los ruidos actuales, en las ocupaciones y preocupaciones, en la multiplicidad de acciones y quehaceres o incluso en el activismo en todos los aspectos para impedir que haya ese desierto en mi vida, ese espacio de escucha, esa atención de mi parte a la presencia y a la venida de Jesús?”, expuso.
Para ello, añadió, es necesario preparar el camino para el encuentro con Dios, para lo que es este tiempo de adviento, de esperanza para los cristianos católicos durante su vida, que están en la espera de la salvación.

QUITAR LO QUE ESTORBA
Convertirse y dejar el camino que se lleva para retomar el que lleva a Jesús lo ejemplificó con el sendero por donde pasan varias personas y se va formando un camino, por el que se van cortando ramas y plantas que estorban; así como las carreteras o autopistas, donde la maquinaria empareja, rebaja y aplana para poder construir.
“Así como en una carretera es necesario rebajar, rellenar, emparejar, en ese camino entre Jesús y yo, es necesario rebajar mucho la soberbia, la montaña de soberbia que hay en mí, es necesario rellenar los hoyos de odio que existen en mí, es necesario arrancar esos arbustos de coraje, de ira que yo he ido cultivando y que son un impedimento en mi camino hacia el Señor”, expresó.
Finalmente, insistió en que al erradicar la injusticia a la que se está acostumbrado y rellenar los vacíos que hay en la caridad y el servicio se inicia el camino a la conversión, un camino que se ha retrasado, descuidado e incluso obstaculizado. 

 

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