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¿Vino en lata o bolsa? A romper paradigmas

El enólogo Sergio Heras compartió el uso de diferentes envases para almacenar y presentar esta bebida, desde novedades hasta procesos antiguos
lunes, 6 de diciembre de 2021 · 03:15

BENJAMÍN PACHECO/EL VIGÍA
bpacheco@elvigia.net | Ensenada, B.C.

El uso de latas para almacenar y presentar el vino al consumidor, el envasado en bolsas de plástico, y hasta procesos antiguos traídos de vuelta a las bodegas, formaron parte de las temáticas abordadas en la charla “Innovaciones Enológicas”.

El enólogo Sergio Heras lo compartió durante su participación en el ciclo de conferencias con motivo del primer aniversario del Club Provino, donde abordó algunas novedades y tendencias en la vitivinicultura.

PARA JÓVENES
Recordó que las latas suelen usarse para jugos, refrescos o cerveza, pero empiezan a usarse para el vino, lo que rompe el paradigma de que la bebida debe pasar años en una barrica o botella.

“Se ha adaptado muy bien. Es un mercado que ha crecido muchísimo: el vino en lata. Hay países que han crecido exponencialmente y otros van lento. Esto se basa en la cultura y aceptación de tomarlo en lata”, comentó.

De la parte técnica, Sergio Heras refirió que la lata cuenta con beneficios y desventajas, pero es hermética y puede utilizarse a la perfección para vinos tintos jóvenes, rosados jóvenes y los blancos, mismos que suelen consumirse al año y medio.

“Al ser un envase totalmente hermético, a diferencia de la botella, no permite esa microoxigenación o evolución del vino, por eso es importante que se animen tomarse un permiso, pues pueden encontrar cosas muy interesantes”, sugirió el enólogo.

Agregó que otro paradigma sería el de encontrarse con el gusto metálico, a diferencia de tomarse en un vaso de vidrio o plástico.

La industria de las latas está preparada para eso y hacen ciertos revestimientos con cerámica, prosiguió, lo que justamente logra aislar un poco el sabor característico.

MÉTODOS AMIGABLES
Durante la conferencia, Sergio Heras citó otro caso que ya tiene un par de años en la industria: el “bag in box”, mismo que permite un envasado al vacío e impide la entrada de oxígeno y luz, en contraste con la tradición de usar una botella.

“Es un envase muy amigable, que tiene ventajas y desventajas, pero sirve para la industria restaurantera y el consumo doméstico. Tiene una bolsa de plástico de una cierta permeabilidad al oxígeno. No se pueden poner vinos de larga duración, pero los conserva muy bien durante cierto tiempo. Aparte, al tener un grifo, puedo sacar vino, y la bolsa se retrae, no permite la entrada del oxígeno”, abundó.

Con esto, el vino puede consumirse durante más tiempo y, en los restaurantes, usarse para los sistemas por copeo, lo que representa una buena alternativa, pero no para vinos que duren cuatro años, según ejemplificó el experto.

El enólogo compartió otras innovaciones en la bodega, como la vuelta de los recipientes de hormigón, que llegaron a usarse hace unos 100 años en Argentina, Francia o España, pues permiten una microoxigenación igual al de la barrica, además de que son más duraderos y manejables, al igual que las vasijas de cerámica (de hasta 15 mil dólares), como las usadas por los egipcios.

 

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