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Las profundidades de México

Las barrancas nacionales están aún por explorarse, pues la mayoría son muy poco conocidas; entre las más notanles se encuentra la de Candameña, en Chihuahua
miércoles, 17 de febrero de 2021 · 00:00

Carlos Lazcano/COLABORACIÓN
carloslascano@hotmail.com | Ensenada, B. C.

No hace mucho tiempo estuve en la parte norte de la Sierra Tarahumara, en el estado de Chihuahua. Visité la Barranca de Candameña, una de las más profundas. A continuación transcribo partes de mi diario donde reflexiono sobre esta barranca, así como sobre las barrancas más hondas de Chihuahua, México y el mundo.

Diario de viaje
En las mesetas del noroeste de la Sierra Tarahumara se encuentra la profunda grieta geológica que dio origen a la Barranca de Candameña, su rumbo general es suroeste, más cercano al sur que al oeste. En el extremo norte de la barranca, el importante arroyo del Durazno forma la bellísima Cascada de Basaseachi, una caída de agua de 246 metros, donde inicia formalmente la barranca.

Unos 700 metros antes de llegar a esta cascada, al arroyo del Durazno se le une el arroyo de Basaseachi, y este último es el que da nombre a la caída de agua debido a su cercanía con la comunidad del mismo nombre. Basaseachi es un término de origen tarahumar y hay quienes dicen que significa lugar de coyotes otros afirman que quiere decir cascada. A partir de la cascada al cauce de agua que sigue se le llama Río de Candameña y corre ya dentro de la barranca.

Con un lápiz fui siguiendo en el mapa topográfico el curso del río y su abrupto entorno. El Cerro Basaseachi se elevaba hasta los 2 mil 160 metros sobre el nivel del mar (msnm), mientras abajo, casi en la base de la cascada el río desciende rápidamente a mil 600 msnm. Sin embargo, a medida que el río baja internándose en la barranca, la altura de la meseta aumenta de tal manera que, justo al final de la parte más quebrada, 18 kilómetros barranca abajo, ésta adquiere mayor profundidad, al correr el río a 850 msnm y alcanzar la meseta 2 mil 600 msnm. Justo en la cumbre del Cerro de los Jarros son mil 750 metros de desnivel, lo cual coloca a Candameña entre las más profundas de la Sierra Tarahumara. Sin embargo, esta no es la parte más profunda de esta barranca ya que aguas abajo, ésta adquiere su máxima profundidad de mil 850 metros.

En casi toda la zona abrupta el ancho de esta barranca se mantiene entre los 500 metros y el kilómetro, y muy poco a poco se abre a medida que el río desciende, de tal forma que en su parte más profunda hay una distancia lineal de 5 kilómetros entre el punto más bajo y el más alto. Esto hace que Candameña sea una de las barrancas más imponentes por su relación profundidad-ancho, es decir mucha profundidad y poca anchura. Prácticamente toda la zona abrupta de la barranca pertenece al Parque Nacional Cascada Basaseachi, por lo cual se encuentra protegida por la ley como área natural.

La barranca más honda de la Tarahumara es la del Mohinora, la que se encuentra en la frontera entre Chihuahua y Sinaloa. Alcanza los 2500 metros de desnivel. Le sigue la barranca de Sinforosa, también conocida como “la reina de las barrancas”, la que cubre un desnivel máximo de 2 mil 100 metros. Luego está la barranca de Urique, que en su parte más profunda cuenta con 2 mil metros de desnivel. Del mismo calibre es la barranca de Batopilas, igualmente con 2 kilómetros de hondura; enseguida la de Candameña con sus ya mencionados mil 850 metros; la de Tonoriba, igualmente con mil 850 metros; inmediatamente está la del río Mayo con mil 680 metros; la de Huápoca con mil 620 metros; la de Chínipas con mil 600 metros; la del Septentrión, también con mil 600 metros y la de Oteros con mil 520 metros. La barranca del Cobre, que es la más famosa de la sierra, apenas alcanza los mil 300 metros de profundidad. Cabe recordar que el mundialmente famoso Cañón del Colorado tiene mil 425 metros de profundidad en su punto más hondo.

Las grandes barrancas del mundo y de México
“Újule! el cañón del Colorado está chico comparado con nuestras barrancas”, me decía un funcionario de la Secretaria de Turismo (Sectur). “Es, como decía doña Silvia”, refiriéndose a Silvia Hernández, antigua titular de Sectur, “que las barrancas del Cobre, nombrando así a todo el conjunto de barrancas de la Tarahumara, son lo que el cañón del Colorado quisiera ser cuando sea grande. Sin lugar a dudas nuestras barrancas son de las más grandes y profundas del mundo”, remató.

“No estés tan seguro”, le dije. “¿Sabes tú cual es la barranca más profunda del mundo?”.

“Creo que es una que está en Perú o en Bolivia, si mal no recuerdo, aunque ignoro su profundidad”, respomdió el funcionario.

“Pues para que lo sepas, nuestras barrancas nada tienen que hacer con los cañones más hondos del mundo. Según los geógrafos la barranca con mayor desnivel del planeta es la de Yarlung Tsangpo en la región de los Himalayas en el Tibet con más de 5 kilómetros de profundidad, 5 mil 76 metros para ser exactos, para que te des una mejor idea de su dimensión la barranca del Mohinora, la más honda de nuestras barrancas, cabría verticalmente dos veces dentro de Yarlung. Otras grandes barrancas del mundo son Kali Gandaki, tambien en los Himalaya pero está en Nepal, con 4 mil 401 metros, destaca en los Andes la barranca de Colcá en Perú con 3 mil 691 metros, en China estan el Salto del Tigre, barranca de 3 mil 661 metros y Salween con 3 mil 65 metros y en la zona andina de Bolivia esta la barranca de Pilaya con 3 mil 49 metros, otra gran barranca es la del río Mekong, en China, con 2 mil 514 metros. Como ves nuestras barrancas, con ser muy hondas, están lejos de las primeras del planeta”, detallé.

“¡Oye!”, me reclamó el funcionario. “No menciones estos datos, para nosotros nuestras barrancas son las más hondas y ya”.

“No se trata de eso”, repliqué. “Hay que ser objetivos, además, el que haya otras barrancas mucho más profundas, no les quita su belleza y espectacularidad, porque has de saber que Yarlung, con ser la más honda, su ancho llega a ser de más de 40 kilómetros. Es decir varias de estas barrancas no las ves como tajos profundos, como las nuestras, si no más parecidas a valles rodeados de montañas altas. Nuestras barrancas si están entre las más espectaculares del mundo por ser la profundidad mucha en relación al ancho. Lo cierto es que los criterios para definir a las grandes barrancas del mundo aún están siendo discutidos por los geógrafos.”

Ciertamente a veces los nacionalismos y regionalismos suelen pesar más que la objetividad. Creo que no es posible comparar los sistemas de barrancas del mundo, cada uno tiene sus particularidades que los hacen únicos y distintos a los demás y eso es lo que enriquece al mundo, porque todos son nuestros, es decir de nuestro planeta.

Pero además, las barrancas de Chihuahua tampoco son las más profundas de México.

“¿Cómo?”, se sorprendió el funcionario. “La barranca más profunda de México es la de Coatán, en Chiapas, parte de los escarpes del gran volcán Tacaná, que se encuentra en la frontera entre México y Guatemala. Esta barranca, en sus partes más hondas alcanza 3 mil 360 metros de profundidad, es decir, 860 metros más profunda que la barranca del Mohinora, la más honda de Chihuahua. En segundo lugar se encuentra la barranca de Petlapa, en la Sierra Madre del Sur, en los límites entre Puebla y Oaxaca, esta tiene 3 mil 100 metros de hondura. Luego está la barranca de Coyolapa, con 2 mil 950 metros, también en la Sierra Madre del Sur, pero ésta en los límites entre Puebla y Veracruz. Le sigue la barranca del Mezquital, entre Nayarit y Durango, con 2 mil 700 metros, la barranca de Mazatlán-Quiotepec, en Oaxaca, también con 2 mil 700, y enseguida la barranca de las Delicias, en Guerrero, con 2 mil 650 metros de hondura. Luego está ya la barranca del Mohinora, como ya de dijimos, con 2 mil 500 metros, es decir, es la sexta más profunda de nuestro país. Después de esta siguen 17 barrancas más, localizadas principalmente en la Sierra Madre del Sur y la parte sur de la Sierra Madre Occidental, hasta que llegamos al sitio número 24 que lo ocupa la barranca de Sinforosa con sus 2 mil 100 metros de hondura.

Ciertamente nuestras barrancas mexicanas aún está por explorarse, ya que la mayoría son muy poco conocidas. Su exploración ya lo puse entre mis propósitos de año nuevo, aunque creo que necesitaré de varios años nuevos para cumplirlo.

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