Pescado bien cocido para evitar malestar

KARLA PADILLA/EL VIGÍA
kpadilla@elvigia.net | Ensenada, B. C.

Ante el inicio de la cuaresma, se estima que las enfermedades gastrointestinales ocasionadas por el consumo de pescados y mariscos aumenten durante esta temporada, sin embargo, la incidencia en los centros de salud no es tan alta, debido a que se confunden con reacciones alérgicas o los síntomas pasan pronto.

Ángel Iván Alvarado López, jefe de la Jurisdicción de Servicios de Salud en Ensenada, señaló que el padecimiento más común a causa de la ingesta de productos marinos en mal estado es la escombroidosis, especialmente por consumir atún, bonita, salmón o sardinas.

Explicó que se trata de la descomposición de bacterias y un aumento de histamina, exceso que causa dolor abdominal, diarrea y malestar en general.

Los síntomas se reconocen aproximadamente después de una hora del consumo del producto y pueden comenzar con vómito, diarrea, dolor abdominal, dolor de cabeza, palpitaciones, en algunos casos incluso taquicardia y enrojecimiento de la piel, detalló.

Alvarado López mencionó que el tratamiento es mediante medicamento antihistamínico e hidratación oral; mientras que en los casos severos, se deja en ayuno al paciente y a las 24 horas se resuelve el problema, si fue tratado adecuadamente.

Recomendaciones para comprar productos frescos
Recordó que en esta temporada aumenta el consumo de pescados y mariscos, por lo que es esencial reconocer cuando un producto es fresco o ya tiene tiempo, para evitar el consumo de productos en mal estado.

En el caso de los pescados, dijo, es recomendable observar que presente olor a mar, ojos brillantes y no hundidos, agallas rojas, pigmentación de color vivo y brillante, así como la sangre roja; en tanto que si está en mal estado, el producto presentará olor a amoniaco, los ojos hundidos y la sangre de color marrón o pardo.

En cuanto a crustáceos menores, como camarones y langostinos, señaló que se debe tener especial cuidado en conservar y que no presenten manchas negras, por ejemplo, olor desagradable o que haya desprendimiento entre la cabeza y el tronco.

“Una vez que se adquieren todos estos productos, ya sea pescados o mariscos, se debe transportar directamente al domicilio y refrigerarlos para evitar el corte de la cadena de frío; al momento de la conservación del pescado recomendable mantenerlo no más de uno o dos días en la parte más fría del refrigerador”, reiteró.

Asimismo, lo ideal es que los pescados se consuman bien cocidos, especialmente en el caso de los grupos vulnerables de la población, como mujeres embarazadas, niños, adultos mayores o personas con problemas de inmunosupresión, finalizó.