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El baile “robado” a los vaqueros

El calabaceado, tradicional danza del noroeste de México, tiene su cuna en Ensenada; se discute si nació en la década de 1950 o antes, en el Carnaval de 1922
miércoles, 10 de marzo de 2021 · 00:06

Arnulfo Estrada/COLABORACIÓN*
Ensenada, B. C.

Se dice que el baile del calabaceado se desarrolló en el poblado de La Misión, en el Municipio de Ensenada, y que sus orígenes se remontan a la década de 1950, relacionados con las actividades ganaderas de la región.

Pero revisando el programa del último día del carnaval de Ensenada de 1922, encontré la cita más antigua en donde se menciona el baile “robado o calabaceado”. Cito textualmente una fracción del texto:

“Día 28… Para calmar los ánimos, el Gran Comité ordenará que las bandas de música toquen los Papaquis, y al escucharse este himno guerrero el pánico se transformará en alegría, y sin darse cuenta de la facha en que andan los súbditos, se entregarán a las delicias del baile en la vía pública, bailando puras piezas robadas o calabaceadas...”.

Lucido y bien organizado fue el carnaval de 1922. Fue encabezado por la experimentada y entusiasta María Antonieta Cota Fernández que ya había participado como candidata en 1919. Su Corte Real estuvo formada por Álvaro Rivero como Rey Feo y los pajecitos Refugio Ramírez y Rosalba Ibarra, entre otros.

BRINCOS, GIROS Y PATADAS
Concretamente, el calabaceado se trata de una mezcla de música norteña, baile vaquero, baile de cambio de pareja e imitaciones de algunas actividades o gracias del ganado, como los brincos, giros y patadas. Los vaqueros imitaron estas manifestaciones y se las fueron incorporando en sus bailes.

Durante el baile, el cambio de pareja es constante y no hay momentos de descanso para los danzantes, por estas razones, se considera una tradición que requiere de bastante resistencia y habilidad.

Existen varias teorías sobre el origen del nombre: en la región del norte, el término “calabaceado” es un sinónimo de engaño, como se dice popularmente, “hacer de chivo los tamales” o “poner los cuernos”, es decir, “dar calabazas”. También se dice que ese término lo utilizaban espectadores cuando al ver el baile decían que “brincaban como cabras” y que estaban “calabriando”, palabra que se fue transformando hasta llamarlo calabaceado.

El vestuario que usan los hombres es, en general, pantalón de mezclilla, camisa vaquera a cuadros, botas vaqueras, chaleco de piel, cinturón de cuero con hebilla grande y paliacate al cuello. Mientras que las mujeres repiten muchos de los elementos, pero visten falda, blusa y el paliacate se lleva en el cabello.

Algunos de los pasos más destacados son el taconeado, el golpe doble de planta; el paso punteado atrás, también llamado “de patada” y el paso de remolino, siendo este último uno de los favoritos de muchos espectadores y bailarines, quien dure más tiempo en el paso de remolino, que consiste en dar vueltas al pie hacia atrás en forma circular, girando a la derecha o a la izquierda, es quien recibe mayores ovaciones.

OTRAS POSIBLES VERSIONES
Hay también versiones, de que el baile calabaceado pudo haberse originado en la zona vaquera de la Sierra de Juárez y en el poblado de El Rosario, en donde ya se practicaba el manejo de ganado y la charrería desde hacía mucho tiempo, pero no se han encontrado citas que lo avalen.

De cualquier manera, sus orígenes se ubican en el extenso Municipio de Ensenada, en donde se desarrolla la actividad ganadera desde los tiempos en que llegaron los primeros misioneros.

*El colaborador es cronista oficial de Ensenada.

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