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Carece el Estado de cultura sísmica

Por encontrarse en una zona de riesgo, Baja California debe incrementar la seguridad ante el fenómeno para evitar daños materiales y pérdida de vidas humanas
lunes, 21 de junio de 2021 · 01:53

KARLA PADILLA/EL VIGÍA
kpadilla@elvigia.net | Ensenada, B. C.

Baja California es una zona sísmica, por lo que se debe entrar en una dinámica de vida para incrementar la seguridad ante el fenómeno, pues no todos los daños son causados por edificios derrumbados, un gran número de personas heridas y daños materiales son ocasionados por objetos que integran el mobiliario y las comodidades en casas, oficinas o escuelas.

Luis Humberto Mendoza Garcilazo, investigador del Departamento de Sismología del Cicese, explicó que el riesgo sísmico es la probabilidad de daño a bienes materiales y al número de personas lesionados o muertas durante un sismo; involucra, por un lado, el peligro o amenaza, y por otro la vulnerabilidad.

Señaló que la amenaza o peligro se refiere a cuando una concentración de personas, en ciudades o comunidades, se encuentran habitando cerca de fallas activas, situación que está presente en todo el norte de Baja California.

El segundo elemento para calcular el índice del riesgo sísmico, detalló, es la vulnerabilidad, es decir, si la población, las construcciones y las ciudades están preparadas para el fenómeno; mientras que el último elemento es la exposición al fenómeno, que consiste en valorar los costos materiales y de pérdidas humanas.

Amenaza y vulnerabilidad
Mendoza Garcilazo indicó que el riesgo sísmico varía dependiendo de la región, en el Valle de Mexicali, por ejemplo, la amenaza es mayor por la cercanía a fallas, pero la vulnerabilidad es menor debido a las experiencias previas de sismos que les ha llevado a tener una mayor conciencia sísmica.

“En Tijuana y Ensenada la amenaza es menor, pero la vulnerabilidad es mayor, lo cual incrementa el riesgo sísmico; no sabemos cómo están construidas nuestras casas y se nos olvida que vivimos en una zona sísmica; en Tijuana hay deslizamiento en los cerros sin movimientos telúricos, esto deja sin casa a muchos habitantes; crecemos para arriba y no estudiamos el suelo, estamos débiles y el riesgo en la costa se incrementa” expuso.

Otro factor que se toma en cuenta para calcular el índice de riesgo sísmico es el tipo de suelo sobre el que están edificados escuelas, hospitales, casas habitaciones, mencionó.

Mexicali es un valle plano y tiene aproximadamente 3 kilómetros de sedimentos en profundidad; Tecate está rodeado y construido casi en roca; Tijuana tiene un suelo de un millón de años, a pesar de ello se le considera un suelo joven ya que en ese tiempo no logró compactarse, por ende, sus suelos son suaves; Rosarito cuenta con suelos más o menos planos, pero antiguos y afectados por erosión, explicó. 

“En Ensenada tenemos asentamientos en una buena parte de roca y otra parte de sedimentos que es por ejemplo el arroyo El Gallo y zonas costeras; a diferencia de Mexicali, que tiene 3 kilómetros de sedimento, nosotros tenemos solo 8 metros; por todas estas diferencias cada zona urbana tiene un riesgo sísmico distinto”, reiteró.

Cultura sísmica
El investigador destacó que existen diversos esfuerzos para lograr que Baja California sea un estado con cultura sísmica, pues apropiarse del conocimiento puede llevar a tomar mejores decisiones al momento en que ocurra un sismo; uno de ellos, dijo, es participar en los simulacros como el que se llevará a cabo hoy. 

Protección Civil de los cinco municipios y del Estado de Baja California recomienda realizar un plan familiar para saber cómo actuar y proteger a los seres queridos, a la comunidad y bienes materiales.

Finalmente, invitó a la población a estar informada y preparada, recordar que todos podemos actuar de una manera informada y responsable desde los propios espacios; en casa contar con un plan, en los lugares de trabajo conocer los protocolos de acción, y sobre todo tener presente que la prevención es tarea de todos.
 

 

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