RAÍCES

CARLOS LAZCANO/COLABORACIÓN
carloslascano@hotmail.com | Ensenada, B. C.

Con sorpresa nos enteramos de la propuesta del diputado Hirepan Maya Martínez sobre el cambio de nombre del Mar de Cortés por el de “Mar del Yaqui”, propuesta a todas luces absurda que parte de un desconocimiento de la historia y las tradiciones de los habitantes de la península de Baja California.

En sus consideraciones, el diputado afirma que el Mar de Cortés es parte del Golfo de California, lo que es falso. El nombre oficial del cuerpo marino es “Golfo de California” y el nombre “Mar de Cortés”, que no es oficial, suele ser utilizado como sinónimo por los sectores turísticos de una manera informal. Igualmente es falso que los kiliwa y los seri le dieran un nombre específico al golfo, ya que desconocían su realidad geográfica. El golfo recibió el nombre de California por la península de California, hoy Baja California, ya que sin ella no sería golfo, por lo cual el nombre de “Golfo de California” se justifica.

El diputado Hirepan Maya desconoce la historia y para su planteamiento no toma en cuenta fuentes históricas serias, por lo cual contiene numerosos errores. La península de Baja California fue descubierta gracias a las navegaciones enviadas por Hernán Cortés. Se trató de todo un proceso, desarrollado entre 1521 y 1540 en que todo el Pacífico mexicano fue descubierto, cartografiado y a partir de entonces empezó a ser parte de México, que en ese tiempo se llamaba Nueva España.

Historia y toponimia
Fue la navegación de Diego Becerra-Fortún Ximenez, la segunda de las navegaciones de Cortés enviadas al Pacífico norte, la primera en encontrar la península, sin embargo casi todos los navegantes murieron a manos de los indios guaicuras de la bahía de La Paz. En 1535 Cortés personalmente dirigió una importante expedición, fundando el poblado de Santa Cruz, el antecedente más antiguo de la hoy ciudad de La Paz, Baja California Sur. Fue durante esta expedición, la que duró hasta 1536, que los soldados de Hernán Cortés bautizaron la península con el nombre “California”.

En 1539 Cortés envió la última de sus navegaciones, la de Francisco de Ulloa, la que fue la primera en recorrer todo el perímetro del Golfo de California, tanto en su vertiente oriental (Sinaloa y Sonora), como la occidental (Baja California y Baja California Sur). Fue en esta navegación que el golfo recibió su primer nombre: “Mar Bermejo”, debido al color rojizo de los depósitos que el río Colorado dejaba en la parte norte del golfo. Igualmente en esta navegación se encontró que la California era una península y por vez primera se le cartografió como parte de México, y así empezó a aparecer en la cartografía mundial. Fue gracias a esta navegación que por vez primera apareció un mapa, en 1541, donde ya se perfila todo el Pacífico mexicano, incluyendo el Golfo de California.

Es a partir de 1562 que el nombre “Golfo de California” empieza a aparecer en los mapas y compitió con el nombre de “Mar Bermejo” durante muchos años. El nombre de “Mar de Cortés” empezó a aparecer en la cartografía hasta fines del siglo XVII y solo de manera esporádica. Es a partir de la segunda mitad del siglo XX que el nombre “Mar de Cortés” empezó a ser utilizado para promover el turismo, sin embargo nunca ha sido un nombre oficial.

Contrario a lo que afirma el diputado Hirepan Maya, Hernán Cortés nunca utilizó su nombre para designar el Golfo de California. Como lo mencionamos el nombre surgió porque a la península se le nombró California a partir de 1535, y el nombre lo pusieron los soldados, no Cortés. Además, cuando Cortés efectuó todas estas navegaciones y exploraciones que descubrieron la península ya no era gobernador de la Nueva España.

Fueron numerosos los grupos indígenas que poblaron la costa del Golfo de California, con la mayoría de ellos no fue un proceso de colonización el que se dio, sino de evangelización y fueron los mismos grupos indígenas, aliados con los españoles, quienes ayudaron en la expansión de Nueva España. Gracias a este proceso hoy contamos con todo el noroeste de nuestro país. Parte de estos grupos indígenas fueron afectados, algunos hasta desaparecer, por las enfermedades epidémicas, las que era imposible evitar.

El diputado Hirepan Maya omite decir que la Guerra del Yaqui, una guerra genocida, la libró el gobierno mexicano en contra de la etnia y la resistencia de los yaquis continúa hasta nuestros días, siendo el actual gobierno federal uno de sus principales agresores. A los yaquis, al igual que a muchos otros grupos indígenas, les fue mejor en el tiempo en que éramos Nueva España, que a partir de la independencia, cuando el estado mexicano hizo todo lo posible por desaparecerlos.

¿Por qué habría de quitarse nuestra histórica toponimia, parte de nuestras identidades y raíces a costa de reconocer a los pueblos indígenas de nuestro país? No es cambiando los nombres geográficos de tanta tradición e historia como se va a reconocer a los pueblos indígenas de nuestro país, tantos agravios cometidos por nuestros gobiernos contra todas la etnias no se resuelven de esta manera absurda.

Los puntos de acuerdo
El diputado Hirepan Maya propone a la Cámara de diputados dos puntos de acuerdo:

“Primero. La Cámara de Diputados exhorta a las autoridades competentes nacionales e internacionales, al cambio de nomenclatura geográfica de Mar de Cortés, para que se denomine Mar del Yaqui; que, en todos los mapas y cartas, portulanos, que se generan por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía y las que produce o utiliza la Secretaría de Marina, y la Comisión Nacional para la Biodiversidad, se adopte la nomenclatura de esta proposición de punto de acuerdo, Mar del Yaqui en lugar de Mar de Cortés.”

“Segundo. Que se comunique oficialmente por la Cámara de Diputados el acuerdo de este exhorto, al Instituto Nacional de Estadística y Geografía, a la Secretaría de Marina, a la Comisión Nacional de Biodiversidad, al Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México, y a la presidencia del Grupo de Expertos de las Naciones Unidas en Nombres Geográficos.”

Se le olvida al diputado que en esta península vivimos varios millones de bajacaliforniamos, a quienes primeramente debió consultar sobre su propuesta. Pareciera que el diputado Hirepan Maya se siente dueño de nuestra toponimia geográfica y de la interpretación de la historia. En un país que se ostenta democrático, como el nuestro, propuestas y situaciones como las que plantea este diputado no se deben permitir, ya que atentan contra nuestras identidades, tradiciones, raíces e historia. Denostar nuestra raíz hispana está de moda y no es en base a modas como vamos sacar adelante este país.