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Llama obispo a una conversión de conciencia

lunes, 17 de enero de 2022 · 01:19

KARLA PADILLA/EL VIGÍA
kpadilla@elvigia.net | Ensenada, B. C.

Convertir la actitud ritualista, de normas y mandatos de los cristianos a una actitud de fe, de amor y de caridad es lo que representa el relato de las Bodas de Caná de Galilea, señaló Rafael Valdés Torres, obispo de la Diócesis de Ensenada.

Explicó que el signo de la conversión del agua en vino en aquel pasaje bíblico se traduce en una conversión de conciencia, de pasar del mal al bien y dejar aquellas actitudes de pecado para convertirse en actitudes que agraden a Dios.

“Aquel vino viejo que se acaba representa al judaísmo, a las tradiciones judías, al ritualismo con que se vivía acostumbrado... ser una religión de ritos, de normas, de mandatos, ser una religión fría, en la que se cumplía, pero no se amaba; en la que se realizaban ritos, pero no se despertaba la fe”, detalló.

Valdez Torres señaló que al convertir el agua de las tinajas en vino cuando la bebida ha terminado en aquella boda, es un símbolo en el que Jesús termina con todo lo que se ha corrompido, ha hecho perder la voluntad de Dios y se ha apoderado la voluntad humana en el proceder de la sociedad y la vida religiosa.

En este nuevo proyecto que inicia Jesús, dijo el obispo, la Virgen María toma un papel importante, pues se convierte en la madre intercesora ante su hijo por las necesidades de sus demás hijos.

“Aunque la proclamamos nuestra madre, nos hace falta tener esos sentimientos de hijos, esa filiación que nos debe hacer voltear hacia ella y pedirle que interceda por nosotros ante su hijo quien no se puede negar”, señaló.

El jerarca de la Iglesia católica en Ensenada destacó que las palabras de María a sus hijos son “haz lo que él te dice”, pues esas preocupaciones, carencias, enfermedades o situaciones difíciles serán resultas una vez que las tinajas estén llenas de amor, inteligencia, misericordia y perdón.

“Qué bueno sería que nuestra oración hoy la dirigiéramos al Señor para decirle ‘lléname, soy esa tinaja vacía… esa tinaja que se ha llenado de muchas cosas que me estorban y que me hacen ofender a los demás… esa tinaja que cuenta con la desconfianza y con muchos problemas, Señor, ayúdame a vaciarla para llenarla de tu palabra, de tu amor, de tu actitud’”, expresó

La palabra de Dios debe llevar el vacío, la oscuridad y el silencio que las personas viven, para poder ser la fuente a la que acuden otras personas necesitadas de Jesús, para formar parte del proyecto y la apertura de Dios, concluyó.

 

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