RAÍCES
Misiones de las Californias XXIII: Santo Domingo de la Frontera
El historiador y escritor Carlos Lazcano explora el pasado y narra los inicios de este bello territorio en otro de sus enriquecedores textosCarlos Lazcano/Colaboración
carloslascano@hotmail.com | Ensenada, B. C.
Entre el 24 de marzo y el 14 de mayo de 1769 el capitán Fernando de Rivera y Moncada abrió la primera ruta terrestre entre San Fernando Velicatá (máximo avance misional hasta entonces) y la bahía de San Diego (actualmente San Diego, California). Rivera y Moncada penetró por una ruta difícil, que se pegó a las faldas de la Sierra de San Pedro Mártir hasta salir a San Telmo desde Valladares. Precisamente por ese rodeo en esa entrada no se descubrieron los valles de Santo Domingo, San Quintín y El Rosario. Gracias a esta expedición Fray Junípero Serra pudo fundar la misión de San Diego (hoy la ciudad de San Diego, California) en julio de 1769.
ACORTÓ RUTA E HIZO DESCUBRIMIENTO
Para principios de 1770 la recién fundada misión de San Diego vivía tiempos difíciles ya que no había recibido importantes aprovisionamientos, que llegarían por barco, para consolidar su establecimiento. Debido a esto el gobernador Don Gaspar de Portolá envió a Rivera y Moncada a Velicatá, junto con 22 soldados. Debían traer un ganado de reserva que habían dejado en dicha misión, así como otros víveres. Rivera y Moncada partió de San Diego el 11 de febrero y arribó a San Fernando de Velicatá el 25 del mismo mes; es decir hizo el recorrido en 14 días. Contrasta la duración de este segundo viaje entre dichas misiones con el tiempo realizado en el primer recorrido, que fue de 52 días. La razón es que Rivera y Moncada no tomó la ruta de la sierra, ya que sabía lo difícil que era, y en su lugar, a partir de San Telmo siguió hacia el sur directo, descubriendo los valles de Santo Domingo, San Quintín y del Rosario. Posteriormente otros soldados como José Velázquez y Francisco de Ortega afinaron esta ruta costera que se sigue utilizando hasta nuestros días. Por lo tanto, quien descubrió valle de Santo Domingo fue el capitán Fernando de Rivera y Moncada, uno de los personajes más notables de las Californias durante la segunda mitad del siglo XVIII.
ARROYO DE SANTO DOMINGO
Para cuando los dominicos decidieron establecer su segunda misión (la primera fue la del Rosario), la ruta costera que unía con San Diego ya estaba definida y era utilizada con regularidad, sobre todo para apoyar a las nacientes misiones de la Alta California (hoy California, Estados Unidos). Fue gracias a estos recorridos que tanto los misioneros como los soldados señalaron al arroyo de Santo Domingo como el apropiado para un nuevo establecimiento, tanto por la presencia de grupos kiliwa como de agua abundante y tierra para sembrar y tener ganado.
Fue hacia fines de marzo de 1775 que los misioneros dominicos Fray Manuel García y Fray Miguel Hidalgo registraron el arroyo y localizaron un paraje que les pareció adecuado para la nueva fundación, a la que le pusieron por nombre Santo Domingo. Ya con el visto bueno de los soldados, ambos frailes establecieron oficialmente la misión el 30 de agosto de 1775, aunque la orden de autorización para esta data del 20 de enero de 1776. Para octubre de 1775 los misioneros ya tenían levantada una capilla, casa para los misioneros y oficinas. También ya se tenía trigo sembrado.
REQUIERE ESTUDIO ARQUEOLÓGICO
El sitio donde originalmente se establece la misión de Santo Domingo, no es donde actualmente se encuentra. El sitio original se encuentra cuatro kilómetros corriente abajo, al pie de un cerro que destaca y se llama "Roca Colorada". Ahí funcionó alrededor de quince años. En nuestros días en dicho primer sitio no se aprecian vestigios a simple vista, sin embargo, nunca se ha realizado un estudio arqueológico que ayude a determinar su ubicación precisa, así como otros elementos cotidianos de esos primeros años.
A esta misión le fueron asignadas como sitios de visita siete rancherías indígenas. Tres se encontraban en la bahía de San Quintín; una más, llamada San Ramón, hacia el desemboque del arroyo de Santo Domingo; otra en el valle de Camalú y tenía este nombre de origen kiliwa; también estaba la ranchería de San Miguel, cercana al sitio actual de la misión; y la séptima era la de San Telmo.
Hacia 1793 la misión de Santo Domingo es cambiada a su sitio actual. La razón de este cambio es debida a un mejor abastecimiento de agua. En este nuevo sitio pronto es levantado un templo, habitaciones, cocina, talleres de carpintería y albañilería, granero, fragua, así como el panteón y obras de irrigación. Se levantaron una serie de canales de riego, lo que permitió el cultivo de trigo, maíz, cebada, frijol, garbanzo, olivo, uva, granada, higo, pera y nopal. Así mismo se amplió la introducción de ganado, una de las fuentes importantes de abastecimiento.
FLORECIÓ MISIÓN SANTO DOMINGO
Durante sus primeros 25 años de vida, la misión de Santo Domingo tuvo su principal florecimiento, aunque su crecimiento poblacional fue lento debido a múltiples factores. En su mejor momento, en 1798, llegó a contar con 320 indígenas. La producción de trigo fue abundante, lográndose cosechas de hasta mil fanegas durante los años de 1795 y 1796. En esos mismos años se lograron 20 fanegas de frijol. En 1798 se alcanzó a cosechar 750 fanegas de maíz. Se sabe que igualmente se producía vino de buena calidad, de la uva misión. En 1795 se produjeron 20 barriles de este vino.
INICIOS DE ACTIVIDAD AGRÍCOLA
El establecimiento de la misión, significó el arribo de la ganadería a la región. Así sabemos que a un año de haberse establecido ya contaba con 233 cabezas de ganado mayor y menor. Para 1778 se tenían 176 vacas, 139 ovejas, 116 cabras, siete cerdos, 16 caballos, 54 mulas y siete burros. El ganado fue aumentando poco a poco y para 1798 se contaba con 450 cabezas de ganado vacuno, 600 de ovino, 100 de caprino, 60 de equino, 20 mular, y 15 porcino. Fue de estos primeros trabajos agrícola-ganaderos, que dio inicio la ganadería en la hoy región Santo Domingo-San Pedro Mártir, actividad que continúa hasta nuestros días. Y fue de esta actividad que surgió desde esos tiempos misionales la tradición del vaquero en dicha región, la que es una de las más fuertes y de mayor arraigo e identidad en los valles de Santo Domingo y San Quintín.
APROVECHABAN GANADO
En esos años en la misión llegaron a producirse higos, dátiles, tabaco, cebolla, chícharos y peras, productos que generaban algunos ingresos, así como la venta de carne. Del ganado no solo obtenían carne, sino también el cuero y la lana con los que elaboraban distintos productos. Además, los misioneros contaban con un grupo de indios pescadores que cubrían la necesidad de productos marinos, además de la captura de nutrias. También llegaron a explotarse las salinas cercanas a la bahía de San Quintín, lo que proporcionó un ingreso extra a la misión. En esos años abundaba la nutria en la bahía de San Quintín y su explotación generó algunos ingresos a la misión de Santo Domingo. Sin embargo embarcaciones extranjeras, principalmente británicas y rusas se dedicaron a cazar indiscriminadamente a estos animales, haciendo permanencias de hasta tres meses en dicha bahía, y así, al cabo de pocos años las nutrias fueron exterminadas totalmente de las costas bajacalifornianas.
INCREMENTÓ POBLACIÓN
Hasta el fin del siglo XVIII, la tendencia de la población de Santo Domingo fue creciente, hasta llegar a un máximo de 320 personas en 1798. A partir de tal año se inicia la declinación, la que casi llega a cero hacia 1848. Sólo hasta 1824 hubo un repunte poblacional importante debido a que los indios de la misión de San Pedro Mártir fueron trasladados a vivir a Santo Domingo. Aunque esta declinación de la población india se ha querido explicar como consecuencia de epidemias, recientes estudios sugieren que las epidemias no fueron la causa del abandono de la misión de Santo Domingo, ni de la mayoría de las misiones de La Frontera, sino las migraciones de los indígenas, siguiendo sus antiguas pautas culturales, o hacia territorios donde estuvieran fuera de la influencia misional. Santo Domingo si sufrió varias epidemias, las más importantes fueron las de los años de 1781, 1782, 1789, 1794, 1800, 1805, 1808 y 1818. Sin embargo, su impacto no fue lo suficientemente fuerte como para explicar la disminución casi total de la población indígena.
HOY ES SEXTO MUNICIPIO
Esta declinación en la gente fue lo que propició el abandono de la misión a partir del año de 1839, aunque muy esporádicamente fue visitada hasta 1850, en que deja de ser atendida por los misioneros dominicos.
Podemos considerar que la misión de Santo Domingo fue el inicio y fundación de lo que hoy son los pueblos de los valles de San Quintín y Santo Domingo, ya que a partir de dicha misión da principio el lento evolucionar de esta región que hoy se acaba de convertir en el sexto municipio del estado de Baja California.
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