Deben los cristianos celebrar el nacimiento de Jesucristo

KARLA PADILLA/EL VIGÍA
Kpadilla@elvigia.net | Ensenada, B. C.

En la actualidad, los seres humanos viven la Navidad con mucha indiferencia y con celebraciones comerciales, sin recordar lo que verdaderamente significa, que es el nacimiento de Jesús, quien viene a traer la salvación, expresó Rafael Valdez Torres, obispo de la Diócesis de Ensenada.
Durante la homilía del primer domingo de Adviento, el obispo recordó que estos días es un tiempo de preparación, conversión y vigilancia del propio comportamiento para estar listos ante la llegada de Jesús. 
“Vivir indiferentemente ante el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo es una falta de fe, pero se nos hace normal y vinculamos la Navidad, ese misterio tan grande, en celebraciones comerciales, ni siquiera muchas veces en celebraciones familiares, desaprovechamos ese momento de gracia, de amor, de bendición, de la presencia de nuestro Señor Jesucristo entre nosotros y lo aprovechamos en un día de descanso, en un tiempo vacacional”, lamentó. 
Valdez Torres comentó que la esperanza de la salvación y la vigilancia son dos aspectos importantes en la vida cristiana, pues esperar la llegada de Jesús exige estar preparados y dejar “sacudirse” de la inferencia en la caridad, el amor, el servicio, el perdón y entender la necesidad que cada persona tiene de la misericordia de Dios. 
Mencionó que es necesario caer en cuenta de las necesidades que cada individuo tiene respecto a su relación con Dios para hacer una conversión verdadera que le permita estar preparado y tener una actitud vigilante de las propias acciones, pensamientos y comportamiento.
“Vigilarnos es difícil porque es más fácil vigilar a los demás y hasta les señalamos, les criticamos, les decimos, pero muchas veces nosotros estamos peor y ni cuenta nos damos de esa actitud errónea que tenemos”, señaló. 

Vigilar conducta
El jerarca de la Iglesia católica en Ensenada reiteró que la vigilancia no es estar pendiente de la puerta o ventana de la casa, sino de estar atento a las acciones que como personas se realizan y afectan al prójimo, reconocer y corregir los errores que se cometen y pedir perdón a quien se ofende o perdonar a quien ofendió. 
“Preguntémonos a quién debo pedirle perdón yo por el comportamiento que he tenido durante este año, durante este mes, durante muchos años; a quién he ofendido; a quién necesito pedirle perdón y a quién debo perdonar”, concluyó.