Contaminación dificulta regularización de autos

Benjamín Pacheco/EL VIGÍA
bpacheco@elvigia.net | Ensenada, B.C.

Autoridades del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA) urgieron a consolidar un programa de verificación ambiental al sur de la frontera, pues es una situación que se agrava con la regularización de los llamados automóviles “chocolate”.

José Carmelo Zavala Álvarez, director general del centro, señaló que dichas unidades difícilmente cumplen con la Norma Oficial Mexicana 041, de máximos permisibles contaminantes.

“Se requiere vincular los ingresos del Programa de Verificación Vehicular a la mejora y medición de la calidad de aire en el lado mexicano. Es triste y doloroso ver que no se ha consolidado un programa de verificación ambiental al sur de la frontera”, dijo.

El gas sería mejor
Zavala Álvarez consideró que valdría la pena relanzar el uso de gas natural en el transporte público, con el fin de bajar la presión a las tarifas y generar menos contaminación.

Aclaró que los autos usados y el comercio de segunda mano en general son un “aspecto virtuoso” que ha caracterizado siempre a la frontera.

“Hay que facilitarlo con orden, pero promoverlo como una estrategia de economía circular, porque los llamados ‘segunderos’ prestan un valioso servicio ambiental”, comentó.

El director del CIGA mencionó que, en cuanto al tratamiento de lodos residuales, actualmente el manejo es “irregular”, por lo que también sería positivo elaborar composta o biodigestores que produzcan metano.

“El agua residual tratada en la planta internacional, más aún ahora que se ha ampliado, tiene posibilidades de reúso en Valle de Guadalupe, considerando su gigantesco volumen para reúso urbano y utilizando las obras paralelas construidas cuando no se podía descargar en el lado norte”, afirmó.

En forma general, Zavala Álvarez puntualizó que la región fronteriza conformada por Baja California y California, Estados Unidos, requiere una mayor cooperación ambiental, una colaboración franca y sincera entre las instancias de gobierno, con claridad en la responsabilidad de cada parte y la que tienen en común al compartir un mismo ecosistema.

Por último, señaló que el trabajo binacional debe apostarle a soluciones que estén basadas en la naturaleza, la ciencia y la comunidad, puesto que no hay que olvidar que esta franja fronteriza tiene un solo pueblo originario.