Protestan contra Ley de Ciencia

Benjamín Pacheco/EL VIGÍA
bpacheco@elvigia.net Ensenada, B. C.

Alrededor de 250 integrantes de las comunidades científicas y académicas de Ensenada, protestaron este domingo en contra de la nueva Ley de Ciencia impulsada por el Ejecutivo federal, donde los puntos más graves señala la centralización, limitación en recursos a las universidades privadas y una exclusión en la toma de decisiones.

Las y los manifestantes mostraron alrededor de 50 pancartas, lonas y cartulinas frente al Centro Social, Cívico y Cultural Riviera y el puente del Arroyo Ensenada, con mensajes como: “El dogmatismo destruye a la ciencia. Tenemos un gobierno dogmático”, “La nueva Ley del Conahcyt limita la autonomía de los investigadores” y “El Conahcyt da voz y voto a Sedena, pero no a la academia”.

La protesta fue pacífica y, en el caso de Ensenada, acudieron del Cicese, UNAM, UABC y Cetys, quienes estuvieron en el lugar de las 12:00 a las 14:00 horas; casi al final, se acercaron agentes de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), para conocer el motivo, y posteriormente se retiraron.

Sobre el impacto de este proyecto, Edgardo Sepúlveda, investigador del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese), puntualizó que uno de los mayores problemas es la centralización de la ciencia, además de recordar que en el puerto hay muchas instituciones que trabajan para resolver problemas regionales y de todo el noroeste.

“El asunto es que ahora, con la nueva ley, las decisiones se van a tomar en el centro por grupos de políticos que únicamente se encuentran en el centro sin escuchar a los científicos, sin escuchar a los gobiernos estatales. Y eso puede afectar las capacidades que nosotros vamos a tener para trabajar por nuestras regiones”, explicó.

Refirió que a nivel nacional hay 27 centros de investigación, además de las universidades, por lo que se prevé afectaciones a todas las comunidades académicas del país.

Edgardo Sepúlveda agregó que también a las universidades privadas resultarán limitadas para acceder a recursos públicos, situación que podría ser “discriminatoria”, pues hay ciudadanos mexicanos interesados en estudiar en las mismas y no contarían con el apoyo del Estado.

También advirtió que, al estar centralizadas las decisiones, serán limitados los recursos para investigación, pues solamente serán para aquellas que considere importante el nuevo Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), creado en lugar del Conacyt.

“Porque hay muchas áreas del conocimiento que vale la pena apoyar y no nada más las que un grupo muy reducido de personas consideran que son importantes”, mencionó.

CIENTÍFICOS SIN VOTO
El doctor Alejandro Huerta Saquero, del Centro de Nanociencias y Nanotecnología de la UNAM, apuntó que fue excluida la comunidad académica, pues la nueva ley incluye a otras dependencias federales.

“¿Cómo alguien ajeno a nuestra comunidad va a tomar las decisiones para la política académica y de investigación en el país? Solamente se contemplan como posibles asesores a los científicos, pero sin voto”, señaló, pues se contempla la integración de la Sedena o la Semar, entre otras, que no están relacionadas con el quehacer científico.

“Las decisiones se toman de manera muy vertical: seguramente van a acatar lo que disponga el señor presidente, o de sus cercanos colaboradores que están tomando las decisiones para las políticas en ciencia y tecnología del país”, previó.

También se mostró sorprendido de la “ideologización de la ciencia”, pues esta debe ser libre, sobre todo a la cuestión política, como estaba antes.

“Y que ahora, con la 4T, que genuinamente creíamos que íbamos a tener mucho mejores condiciones y un florecimiento de la ciencia, parece que esto lejos de ser posible, va en decrementó”, concluyó el investigador.