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Prueban científicos tecnología para medir flujo de calor marino

lunes, 17 de marzo de 2025 · 00:00

Luis Miguel Ramírez / EL VIGÍA
lramirez@elvigia.net
Ensenada, B. C.

En el Pacífico norte, frente a las costas de Oregon y Washington, Estados Unidos, una comitiva binacional de científicos realizó pruebas con un sistema de flujo de calor marino, como una variable clave para comprender los procesos térmicos en el fondo marino.
Información proporcionada por el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese) indicó que el grupo estuvo integrado por especialistas mexicanos y estadounidenses.
Explicó que el flujo de calor marino es la transferencia de energía térmica desde el interior de la Tierra hacia el fondo marino y, en menor medida, hacia la columna de agua. Su estudio es fundamental para entender procesos geodinámicos.
Adicionalmente ayuda a conocer su influencia en la actividad microbiana y la liberación de gases o nutrientes, que a su vez afectan el ecosistema marino y el clima global, resaltó la institución. 
El crucero oceanográfico, llevado a cabo en septiembre del año 2024, a bordo de la embarcación científica Sally Ride, permitió evaluar el desempeño de una nueva sonda de flujo de calor. 
Como parte del proyecto participó Raquel Negrete Aranda, investigadora por México adscrita al Cicese y líder de la Comisión Internacional de Flujo de Calor (IHFC, por sus siglas en inglés).

La doctora destacó que el nuevo equipo fue desarrollado por ingenieros de la Universidad Estatal de Oregón, y fue probado en la zona de subducción de Cascadia, un área de interés científico por su actividad tectónica y sísmica.
Comparándolo con la tecnología alemana disponible comercialmente, el nuevo sistema tiene mejoras como comunicación en tiempo real más eficiente, baterías para más de 12 horas de uso y una reducción de su tamaño, de 7 a 4 metros, lo que facilita su operación.
En el crucero también participó Isabela Macías Iñiguez, egresada de la maestría en Ciencias de la Tierra –del Cicese– y estudiante de doctorado de la UABC, en codirección con Negrete-Aranda y Ronald Spelz, investigador de la UABC.

ESTUDIO EN GUERRERO
El Instituto Tecnológico de Nuevo México, la Universidad Estatal de Oregon y el Cicese entablaron una colaboración; la visita a la zona de subducción de Cascadia es un preámbulo para la exploración de la zona de subducción frente a las costas del Estado de Guerrero.
Negrete explicó que dicha zona ha sido ampliamente estudiada por científicos mexicanos e internacionales. Ahí está la Placa de Cocos, una de las responsables de la actividad sísmica en la región, porque se hunde debajo de la Placa de Norteamérica y la Placa del Caribe.
“Se trata de un proceso tectónico activo y fundamental, ya que controla la formación de los principales volcanes en México, particularmente aquellos de la Faja Volcánica Transmexicana, que se extiende desde la costa de Guerrero hasta Michoacán…”, expuso.

A pesar de su importancia, existen lagunas de conocimiento en torno al flujo de calor en la zona de subducción, un factor clave para comprender cómo el estado térmico de la placa en subducción influye en procesos geológicos esenciales, como el volcanismo y la sismicidad.
Para lo anterior, especialistas de las tres instituciones desarrollan un proyecto financiado por la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NSF, por sus siglas en inglés), para explorar las condiciones térmicas y estructurales de la subducción en Guerrero.

IMPACTO Y OPORTUNIDADES
Negrete Aranda detalló que el proyecto también incluye estudios de sísmica de reflexión, una técnica que permite cartografiar la estructura de la corteza terrestre e identificar fallas y otras formaciones geológicas.
“Uno de los principales aportes de este proyecto es que no solo generará información científica de alto valor, también tendrá un impacto social significativo, al contribuir a un mejor entendimiento de la zona de subducción y del riesgo sísmico asociado a ella”, dijo. 
Además, seis estudiantes mexicanos podrán participar en el crucero oceanográfico (Guerrero, 2025), con gastos por la NSF; esto es una oportunidad para adquirir experiencia en investigación de campo y contribuir al avance del conocimiento geológico, concluyó.

 

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