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Visita AMLO Tijuana

El mitin convocado por el presidente fue una celebración política llena de triunfalismo, derrota a medias, rechiflas, aplausos y reacciones extrañas
lunes, 10 de junio de 2019 · 00:00

GERARDO SÁNCHEZ/EL VIGÍA
gsanchez@elvigia.net | Ensenada, B. C.


El acto de Unidad en Defensa de la Dignidad de México y en favor de la Amistad con el pueblo de los Estados Unidos fue más que una celebración política, tras la eliminación de la amenaza de Donald Trump de imponer nuevos aranceles a México.

Conjugó discursos cargados de un triunfalismo-derrotismo moderado, pero alegre; la concepción de un nuevo nacionalismo 4T -amistosos, pero no dejados-, a la par de mensajes religiosos -evangélicos, católicos y chairos-, y los contrastes de héroes y villanos políticos: Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Erbrad Causabón, los más aplaudidos de la tarde, Francisco Vega de Lamadrid, el más constantemente abucheado.

Hubo ausencias notorias -Juan Manuel Gastélum, “El Patas”, alcalde de Tijuana y candidato derrotado para la reelección, cuya solitaria mención generó la rechifla más fuerte y generalizada de los miles de asistentes, aún por sobre las consignas contra Kiko.

Presencias que generaron reacciones extrañas y gritos espontáneos entre los asistentes: “¡Sheimbaun, te amamos!”...(¿?).

Predominó también el hartazgo y el aburrimiento por los numerosos y largos discursos de quienes antecedieron en la palabra al presidente Andrés Manuel López Obrador, particularmente contra los mensajes del sacerdote Juan Manuel Solalinde, Arturo Farela, presidente de la Confraternidad de Iglesias Cristianas Evangélicas, y del diputado federal Porfirio Muñoz Ledo.

Las alusiones religiosas de los dos primeros generaron rumores, bromas y voces de desaprobación entre los asistentes.

PERDIMOS POQUITO, PERO CON LA DIGNIDAD INTACTA
El Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Erbrad Causabon, fue sin lugar a dudas la estrella -rockstar- del acto realizado en la calle Segunda y Constitución del centro de Tijuana.

Todos los oradores reconocieron su capacidad para evitar que a partir de hoy lunes se impusieran nuevos aranceles a México por parte de Estados Unidos.

Sin embargo, el titular de la política internacional del país, fue modesto y mesurado en su discurso y reiteró su postura de que “no ganamos todo”, pero salimos con la dignidad intacta.

Erbrad nunca explicó que fue lo que no se ganó -o lo que sí se perdió-, pero habló de lo catastrófico que hubiera sido la aplicación de esos aranceles progresivos para la economía mexicana y del daño que además habría causado a los acuerdos internacionales de comercio la imposición unilateral de esas nuevas tributaciones.

Advirtió también que ésta no era una batalla final y definitiva, por lo que habrá que estar muy pendientes de continuar la defensa de México frente a los Estados Unidos.

MANO ABIERTA, NO PUÑO CERRADO
En el acto al que acudieron 28 gobernadores, numerosos senadores, diputados federales y locales, dirigentes empresariales, funcionarios federales y representantes de organizaciones civiles, el mensaje final -luego de una hora previa de discursos, bajo un sol intenso- estuvo a cargo de López Obrador.

Sólo habló 32 minutos, destacó el triunfo de las negociaciones de la delegación mexicana y reiteró que siempre se mantuvo la disposición del diálogo, nunca -dijo- se levantó un puño cerrado contra Trump, sino se le ofreció la mano abierta para la conciliación.

Hizo una semblanza de la relación entre México y los Estados Unidos, y puntualizó que se contemplaba la remota posibilidad de aplicar medidas arancelarias contra productos estadunidenses como las que pretendía imponer el vecino país.

Sin embargo, enfatizó el presidente de México, “soy un pacifista” y rechazo la aplicación de la Ley del Talión, “pero no permitiré que se atente contra la economía del país y se establezca una simetría injusta para nuestro Gobierno y humillante para nuestra nación”.

Tras su mensaje, López Obrador se retiró del lugar como llegó, saludando de mano, tomándose selfies, besando, recibiendo cartas y peticiones de algunos de los miles de simpatizantes ahí reunidos.

Jubilosa, una mujer tijuanense e integrante de los llamados Servidores de la Nación, le gritaba a compañeras: “Me saludó de mano, me saludó de mano”… Con envidia una de sus compañeras respondió: “pues no te laves la mano una semana”…

Políticos locales y de distintas partes del país, ciudadanos, periodistas nacionales y extranjeros se dispersaron en la zona centro de Tijuana.

La Patria, o por lo menos su actual estabilidad económica, estaba nuevamente a salvo y con su dignidad intacta… o casi.

El presidente enfatizó: “soy un pacifista”, y rechazo la aplicación de la Ley del Talión, “pero no permitiré que se atente contra la economía del país
 

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