Nacional

Entre el festejo y los reclamos

viernes, 17 de septiembre de 2021 · 00:00

Agencia Reforma
Ciudad de México

Ken Salazar, el nuevo Embajador de Estados Unidos en México, fue ubicado en la última fila de la grada para invitados especiales durante el desfile militar en el Zócalo capitalino.

Desde lejos se reconocía por su sombrero, el mismo que usó para recorrer varios puntos de la capital del País, como la Basílica, al llegar apenas el 12 de septiembre.

“¡Llegué a México justo a tiempo para celebrar las fiestas patrias! Qué hermoso ver las calles adornarse de banderas verde, blanco y rojo”, tuiteó apenas ayer.

“Estoy orgulloso de la conexión de mi familia con México, que data de siglos. ¡Viva México!”, agregó el ex secretario del Interior de Estados Unidos.

El diplomático también llegó a tiempo para escuchar una histórica petición del presidente Andrés Manuel López Obrador durante la ceremonia del 16 de Septiembre.

Ante cientos de militares reunidos en la Plaza de la Constitución, previo al tradicional desfile, el Mandatario pidió a Estados Unidos levantar el bloqueo a Cuba.

Aunque ya lo había planteado hace semanas en el marco de las también históricas protestas en Cuba, ahora lo hizo acompañado del presidente cubano Miguel Díaz Canel.

“El Gobierno que represento llama respetuosamente al Gobierno de Estados Unidos a levantar el bloqueo contra Cuba”, exhortó.

“Porque ningún Estado tiene derecho a someter a otro pueblo, a otro país”, agregó el anfitrión, a lo que siguieron aplausos de la presentes.

LEVANTAN LA CEJA ANTE DECLARACIONES
Más de uno levantó la ceja, como la ex secretaria de Gobernación y actual presidenta del Senado, Olga Sánchez Cordero.

López Obrador fue más allá y calificó a los 62 años de “resistencia” de Cuba -tras su Revolución- como una indiscutible hazaña histórica.

“En consecuencia, creo que por su lucha en defensa de la soberanía de su país, el pueblo de Cuba merece el premio de la dignidad”, abundó López Obrador.

“Y que la Isla sea considerada como la nueva Numancia, por su ejemplo de resistencia y pienso que por esa misma razón debiera ser declarada patrimonio de la humanidad”.

Salazar escuchó desde lo alto de la grada ubicada debajo del balcón presidencial, a unos 20 metros de los Mandatarios de México y Cuba.

Minutos después del discurso de López Obrador, quien habló después de Díaz Canel, el Embajador Salazar se quitó el sombrero, aunque se dejó el cubrebocas.

Observó así el inicio y desarrollo de un desfile fuera de protocolos, marcado por el tono político y el señalamiento al vecino del norte, muy lejos de aquel “comes y te vas”.

 

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