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Crónica de un abandono: a 4 años del 19S y nada

El 19 de septiembre de 2017, cuando los mexicanos no terminaban de sacudirse el polvo del sismo del 7 de septiembre, otro temblor causó 369 muertos, 228 en la Ciudad de México; hoy las cicatrices se asoman en los edificios dañados, y sus habitantes no tienen certidumbre
lunes, 20 de septiembre de 2021 · 00:00

Agencia Reforma
Ciudad de México

Como si saliera de las grietas o el polvo, debajo de la puerta se oye una música y una tonada tristes. Demasiado triste dado el panorama del edificio. Dos torres, 10 niveles, 70 departamentos color beige y rojo olvidados desde hace cuatro años: todas las paredes están fracturadas, algunas caídas, el piso, las columnas. Abajo, en el estacionamiento, donde las columnas fueron reforzadas desde el temblor de 2003, el piso también está fracturado, la losa desfasada 25 centímetros, y arriba ya no hay muebles, no hay cortinas, no hay ventanas. Da la impresión de que no viviera nadie. Que en cualquier momento el edificio fuera a desplomarse por el aleteo de una paloma en la azotea.

“Mire, ahí, en el 503, ahí donde se ven las persianas, donde se ve como una planta seca, ahí vive alguien”. María de los Ángeles Moreno, de 64 años, vocera de 61 familias que vivían ahí, señala la Torre A, que da a Aguascalientes 12, Colonia Roma Sur, iluminada en la punta por el sol de la tarde. Igual que el resto, parece olvidado. “Y arriba, donde se ven las cortinas ahí está viviendo otra persona”.

Lleva un casco rojo y una carpeta de folders en el brazo. Tres dictámenes oficiales de que el edificio es inhabitable desde el sismo de 7.1 grados del 19 de septiembre de 2017, ese día en que sintió desplomarse su vida. Oficios, solicitudes, promesas de Gobierno, el acta de la asamblea condominal donde 61 propietarios estuvieron de acuerdo en la demolición y hasta uno de los amparos en contra, el 909/2019, solicitado por los vecinos del 304-B y 603-A, que les fue negado. El edificio fue construido antes del sismo de 1985.

“Los daños que resentiría (si no se derriba) son de una graduación menor al compararlo con los que generaría a la colectividad el probable colapso de dicho inmueble”, determinó el Juez Primero de Distrito en Materia administrativa el 26 de noviembre de 2020 sobre los 9 mil metros cuadrados de construcción. Unos días antes, el vecino de 81 años del departamento 202-A, Juda Negrete López, defendió su derecho a vivir cercado por grietas diagonales que corren hacia su puerta: “Nos han dicho varias personas que el edificio está al punto del colapso, pero yo estoy en contra de esa posición, yo digo que no, porque está vertical”, dijo.

7 MIL VIVIENDAS DAÑADAS
A las 13 horas 14 minutos y 40 segundos del 19 de septiembre de 2017, cuando los mexicanos no terminaban de sacudirse el polvo del sismo del 7 de septiembre en Oaxaca y Chiapas, otro temblor causó 369 muertos, 228 en la Ciudad de México. Los números de la muerte son exactos, después viene un alud de cifras.

Miguel Ángel Mancera, ex Jefe de Gobierno, reportó 7 mil viviendas dañadas. En su censo durante la transición, el nuevo Gobierno localizó 25 mil 42 viviendas y 141 edificios en la Ciudad de México, según lo reportó el 16 de diciembre. Una cifra que para el 18 de agosto de 2020 cambió a 141 edificios y 7 mil 294 viviendas dañadas, según un comunicado publicado en su página oficial. El 27 de agosto pasado, en Oaxaca, Sheinbuam, ya en campaña de nuevo, ahora hacia 2024, presumió que de las 25 mil 581 viviendas dañadas se habían entregado ya 4 mil 921 y estaban en obra mil 749. Es decir, 6 mil 670 apenas en cuatro años. Aún así, el encargado del Programa Nacional de Reconstrucción, David Ricardo Cervantes, habló de un avance en vivienda del 80 por ciento a nivel nacional. Esas son las cifras, pero las alarmas sísmicas nunca se callan para quien no ha podido regresar a su casa.

SE DESLINDAN
“El temblor nos afectó, pero más nos ha afectado la actitud de unos pocos que están en contra de que se pueda construir nuevamente nuestro edificio”, dice Luis Javier Ramírez Foullioux, 45 años, 35 de ellos viviendo en el departamento 701 de la Torre A de Aguascalientes, cuatro años fuera de él. El 19 de septiembre de 2017, cuando también él sintió que se desvanecía, Ramírez Foullioux miró por la ventana del séptimo piso y alcanzó a ver el polvo de los edificios colapsados en la Roma, la Condesa y Paseo de la Reforma. 38 en total colapsados en toda la Ciudad. Ayudó a salir a su padre y luego subió por su abuela de 79 años, que vivía tres pisos abajo, en el 402.

Seis vecinos contrataron su propio dictamen y luego se ampararon contra el desalojo pretextando que el edificio no está tan dañado. Y que la administración y el comité de vigilancia “mediante actos de corrupción” -según una lona pegada en la ventana- obtuvo una reclasificación de daños para demolerlo y construir tres torres de 15 pisos y hacer negocio inmobiliario.

La autoridad de la Ciudad, que ha emitido tres diagnósticos de demolición y ha pegado sellos de peligro mortal, también se ha deslindado. Ni siquiera ha acordonado la zona.

¿Qué es lo que hace a una persona vivir y dormir al filo de la muerte? Tal vez la respuesta esté en otros dos casos de edificios a punto del desplome. El de Xochicalco 38, en Piedad Narvarte, un edificio de cuatro plantas que desde 2017 quedó con 31 centímetros de inclinación. La norma máxima permitida es de 8. El dictamen tras el sismo fue de hundimiento, grietas, cuarteaduras, demolición, pero ahí siguen ocho familias mirando el agua que se escurre hacia las grietas.

La empresa Eggypsa había acordado demoler y reconstruir, aunque supuestamente en una reunión, el ex comisionado de Reconstrucción, César Cravioto, les dijo que se podía rehabilitar sin desalojo. “La gente está empecinada, con la necedad de que sí se puede, porque Cravioto, se los dijo, aunque Cravioto ya no está ahorita en el puesto, ya se fue al Senado”, dice Lucrecia Contreras, de 51 años. En julio, cuando Martí Batres se fue la secretaría de Gobierno, Cravioto, dejó botada la reconstrucción y se fue al Senado.

CRECEN GRIETAS
A los damnificados sin casa, el Gobierno apoya con 4 mil pesos para renta, pero no es seguro que se den, no es seguro que alcancen, ni es seguro que el edificio vaya a reconstruirse.

A cuatro años de los sismos, los edificios que no han sido demolidos amenazan a otros edificios. Las grietas en las viviendas afectadas se han hecho más grandes. En Xocongo 225, Colonia Tránsito, el edificio de siete pisos que fue de la Secretaría de Salud fue desalojado pero sigue en pie y amenaza al edificio de atrás. A unas calles, en Izazaga 29, en el Sistema Penitenciario han salido grietas en las escaleras por el nuevo sismo del 7 de septiembre pasado, aunque los empleados aseguran que ya estaba tocado. A una calle, la vecindad en el Callejón La Igualdad 32 fue finalmente desalojada, pero nadie ha ido a demolerla. De tanto esperar, Antonio Martínez, un vendedor de huaraches ambulante sobre Izazaga, ya volvió a meterse. “Si estuviera dañado ya lo hubieran venido a tirar”, dice Martínez en su puesto sobre Izazaga, un hombre que muestra mal humor y tiene en el celular un video de 2018 cuando la Jefa de Gobierno fue a hacer campaña y prometió que en dos años estaría.

Pero han pasado cuatro años y siguen viviendo en la incertidumbre.


A cuatro años de los sismos, los edificios que no han sido demolidos amenazan a otros edificios. Las grietas en las viviendas afectadas se han hecho más grandes.

La autoridad de la Ciudad, que ha emitido tres diagnósticos de demolición y ha pegado sellos de peligro mortal, también se ha deslindado. Ni siquiera ha acordonado la zona.




 

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