Un caso de parapsicología en el misterio de la oficina

domingo, 23 de julio de 2017 · 00:00

 

Por Heberto Peterson Legrand* 

Aún en éste siglo XXI caminan a veces paralelamente los impresionantes avances de las ciencias tecnológicas y humanas y la superstición que incluso es también patrimonio de algunas personas cultas.

Recuerdo que leí en la revista del Centro Latinoamericano de Parapsicología (CLAP), ubicado en Sao Pablo Brasil, el artículo "El Misterio de la Oficina”, el cual defino como muy interesante y que vale la pena traerlo nuevamente a la luz pública.

En noviembre de 1967, acontecimientos inexplicables en Rosenheim, pueblo alemán de la Baviera en el despacho de un abogado alemán comenzaron a presentarse hechos, inéditos, extraños que provocaron una gran preocupación en el personal que ahí laboraba.

Ruidos ensordecedores, bombillas que estallaban antes de encenderse, enormes fluctuaciones en la energía eléctrica, perturbaciones telefónicas, ficheros de 174 kilogramos desplazándose más de un metro sin que nadie las hubiese empujado, cuadros y calendarios moviéndose en las paredes.

En el lugar acudieron a investigar técnicos en electricidad para revisar las irregularidades y sus aparatos, no encontraron fallas en la instalación.

Después un equipo de fontaneros examinó el sistema de aguas y alcantarillado por si los extraños ruidos se debiesen a un mal funcionamiento de los mismos.

Todas las cañerías estaban en perfecto estado, los ruidos intermitentes no se debían a un defecto en las instalaciones.

Una importante intervención
Hizo tal ruido el caso que la televisión alemana lanzó al aire dos programas especiales sobre éste singular caso de Rosenheim.

Alertados por la difusión que se había desatado, el equipo de parapsicólogos del Instituto de Parapsicología de la Universidad de Friburgo, comandado por el famoso doctor Hans Bender, se instaló en Rosenheim para investigar.

El doctor Hans Bender un investigador muy serio y de gran prestigio consultó con los técnicos que habían investigado el caso desde sus especialidades, electricistas y fontaneros.

Surgió la hipótesis perniciosa contra la propiedad del abogado.

La policía investigó la posibilidad interrogando a todos los testigos y finalmente se excluyó la posibilidad de sabotaje en contra del despacho del jurista.

Al intervenir los parapsicólogos, constataron rápidamente, que los ruidos extraños, las alteraciones y movimientos de objetos aumentaban la intensidad con la presencia de dos muchachas, Ana María de 19 años y Gustel de 17.

Por exclusión llegaron a identificar a Ana María como la causante de los fenómenos, ya que en presencia de la joven, las bombillas empezaban a balancearse, estallaban, los pedazos de vidrio volaban hasta muy cerca de donde ella se encontraba. En fin, los fenómenos sólo sucedían con la presencia de la muchacha.

La acción parapsicológica
A pesar de todos los indicios de que fuese Ana María la causante de los hechos, aún cabría la posibilidad de que éstos se debiesen a fuerzas físicas diferentes de la electricidad y de naturaleza conocida.

Para verificar esa hipótesis, el doctor Bender pidió la colaboración de especialistas en física, los doctores Karger y Zicha del Instituto de Plasmapsíquica Max-Plank de Munich. Ellos llegaron a una conclusión, los fenómenos, eliminadas las restantes hipótesis, se debían a una energía desconocida que dependía de la joven Ana María.

Los físicos opinaron que los fenómenos desafían toda explicación por los medios que posee la física teórica a pesar de haber sido registrados con la mayor facilidad.

Los movimientos de cuadros, objetos parecen ser causados por fuerzas inteligentemente controladas con tendencia a escapar a la investigación.

La explicación parapsicológica de los fenómenos fue la siguiente: "Acción parapsicológica provocada por la señorita Ana María en estado de crisis y tensión nerviosa propia de la adolescencia, producidos no conscientemente”.

Fue una investigación realizada con el mayor rigor científico, siendo un magnífico trabajo conjunto de físicos, peritos en electricidad y sonido, psicoanalistas y parapsicólogos.

Se trata del fenómeno de telecinesia y no de sicocinesia y es manifestación de una energía mental llamada Telergia.

Desde luego no faltarían quienes habían interpretado los hechos como si fueran fantasmas. Se trata de un fenómeno del "más acá” y no del "más allá”, producidos por un ser humano.

*Escritor ensenadense.


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