La percepción de Huxley

Por Lesli Mejía* 

“Las puertas de la percepción” por Aldous Huxley es un ensayo sobre su experimentación con la mescalina, el activo principal del peyote y una potente droga psicodélica. 

La mescalina ha sido usada para experimentos científicos y filosóficos, ya que altera profundamente el modo ordinario de conciencia. Huxley creía que la mescalina le permitiría entender las experiencias de los místicos y visionarios desde el interior. En este ensayo, más que describir sus alucinaciones, presenta una reflexión sobre los efectos de esta droga en términos filosóficos, científicos, sociales y artísticos. 

La percepción de Huxley se transformó con la mescalina: reparó en sus alrededores no según espacio y tiempo, sino “en términos de intensidad de existencia y profundidad de significado”; además, apreció la existencia misma de los objetos, libre de juicios subjetivos. 

Concluyó que quien prueba esta droga se vuelve “más sabio pero menos arrogante; más feliz pero menos satisfecho; más humilde en aceptar su ignorancia, pero mejor equipado para entender la relación entre palabras y cosas, entre el razonamiento sistemático y el insondable Misterio que intenta vanamente comprender”. 

Huxley argumenta también que drogas como la mescalina son una forma común de lograr “trascender la individualidad auto-consciente”, lo cual es “un principal apetito del alma”. Agrega que una persona bajo los efectos de la mescalina es más funcional y beneficiada que aquella bajo la influencia de drogas como el alcohol. No obstante, el autor menciona, esa trascendencia se alcanza idealmente a través de la religión. Aún así, determinó su experiencia con la mescalina como “lo que los teólogos Católicos llaman ‘una gracia gratuita’: innecesaria para la salvación, pero potencialmente útil y para ser recibida agradecidamente”. 

Arte y psicodélicos
Para mí, “Las puertas de la percepción” levantó una cuestión en particular: ¿existe una relación entre el consumo de psicodélicos y la creatividad artística? Huxley era fanático de los psicodélicos, y su genio literario es considerado uno de los más grandes. Además, describe que, gracias a la mescalina, logró interpretar obras de Botticelli, Vermeer y Mozart de una manera  nueva y fascinante. Entonces, ¿es posible que estas drogas mejoren a un artista?

En “Self Unbound: Ego Dissolution in Psychedelic Experience”, Letheby y Gerrans afirman que los psicodélicos hacen que la mente se conecte más directa e intensamente con el mundo, hasta que el “yo” desaparece y se revela como un modelo que puede ser cambiado. Esto promueve una mayor auto-conciencia, la cual transforma la identidad y la percepción de la realidad. 

La realidad es un constructo social relativo. El arte es una reproducción de ella. Drogas como la mescalina inducen una cambio profundo en cómo vemos la realidad y, por ende, en cómo la reproducimos. Debido a esto, la creación artística a partir de la experimentación con psicodélicos puede resultar, aunque no necesariamente superior, insólita. Por lo tanto, más que mejorar, estas drogas posiblemente auxilien a un artista. Son, como opinó Huxley, una “gracia gratuita”.

“En este ensayo, más que describir sus alucinaciones, presenta una reflexión sobre los efectos de esta droga en términos filosóficos, científicos, sociales y artísticos”. 

*Escritora y estudiante de Literatura Inglesa en la UNAM.