#Palabra

Buen viaje, pajarito crepuscular

Por Paul Marrón*
sábado, 3 de noviembre de 2018 · 00:00

Manrico Montero Calzadíaz (1973-2018) fue mi amigo y uno de los artistas contemporáneos más importantes del país. Inicialmente destacó en la década del 90 al ser pionero y promotor del drum ‘n bass nacional junto a su colectivo “Parador Análogo”, bajo el nombre de “Linga”, para luego formar colectivos y sellos discográficos de paisajismo sonoro, ambiente y digi-acoustic (Igloo, Khora, Filtro Netlabel, Mandorla Label) utilizando tanto el pseudónimo de “Karras” como su nombre propio.

Manrico fue parte de la comitiva que me dio la bienvenida cuando llegué a la Ciudad de México para estudiar en el 2004. A escasos meses, invitó a Childs (el grupo que lidero) a hacer una reinterpretación de una de sus canciones para su compilado “Noches de Verano + Remixes”:(https://filtronetlabel.bandcamp.com/…/noches-de-verano-remi…).

Al año siguiente me invitó a colaborar en un proyecto que estaba desarrollando que terminó siendo “Estructuras de la Tarde”: (https://myspace.com/estructurasdelatarde), un ensamble de 6 guitarristas de piezas ambiente y electroacústicas.

En el 2006 fui reclutado para ser parte de otra de sus nuevas andanzas musicales cuya meta era la improvisación, espontaneidad y experimentación sonora, “La Orquesta Silenciosa”, se llamó.

Durante estos años floreció nuestra camaradería. Tuvimos tantas anécdotas, composiciones, conciertos, giras, y me apoyó y ofreció consejos de vida como otro hermano mayor, muchos de los cuales sigo llevando conmigo.

Siempre estuve agradecido por toda su sabiduría compartida y ayudarlo en todo lo que me fue posible hasta mi partida por trabajo en el 2009 hacia Guadalajara.

Su amor por la naturaleza y sus estudios de lingüística, semiótica y arte sonoro lo llevaron a desarrollar su próxima aventura de vida: la bioacústica.

 

El legado de un gran humano

Mi experiencia con esta área de investigación se había limitado solamente a grabaciones de campo donde se podían escuchar aves de diferentes ciudades en las que he habitado, pero nunca fueron parte de un trabajo de documentación serio con fines científicos como los que ya realizaba él.

Así que cuando en mayo de este año fui invitado a ser embajador de las aves playeras por parte de la organización Terra Peninsular, uno de mis primeros pensamientos se concentró en Manrico.

Estaba enterado del trabajo sonoro de entomología y ornitología que había realizado desde hace tiempo, pensé que esta podría ser una buena oportunidad para contactarlo y dar a conocer su labor tan noble. Tres días después de mi designación, Manrico Montero falleció.

Como muchos a los que afectó en vida de una manera positiva, quedé increíblemente afligido por la noticia. Fue inesperado para todos los que tuvimos la dicha de conocerlo y convivir con él.

Cuando se piensa en gente que se va muy pronto, se piensa en personas valiosas que son insustituibles, líderes espirituales, opinólogos de paz, fuentes de inspiración y sapiencia. Manrico era todo esto y más, el era compositor, productor musical, artista sonoro, fonografista, documentalista, filósofo, investigador de biosemiótica y ecologista de paisajes sonoros.

El legado que dejó es de alguien que promovió la multidisciplinariedad con el fin de ver más allá de lo evidente e integrarnos así a los diferentes aspectos de nuestra realidad.

Murió fiel a sus principios de creer que si algo nos va a salvar de la extinción, es la comunicación, la empatía, la colaboración y el amor y la paz entre los entes que compartimos no solamente este planeta, sino este universo.

Su misión de vida siempre estuvo involucrada en comunicar y ayudar a que otros se comunicaran mejor. Sus últimas obras son un ejemplo heróico entre investigación científica y la creación artística.

 

Nunca había hecho una ofrenda del Día de los Muertos porque creo que nunca había sentido esa necesidad. Mi esposa me ayudó a hacerla para recordar lo que hizo por todos aquellos que fuimos conmovidos por él, para que la gente que no lo conoció pueda imaginarse que existió en este mundo una persona tan mágica como Manrico.

Comparto también por primera vez el remix que hizo a Childs de la canción “Oliver”, y este par de canciones de descarga gratuita del EP titulado “Godspeed twilight bird” (https://chiilds.bandcamp.com/track/eleg-a-crepuscular), entre ellas “Elegía Crepuscular”, que son mi tributo a él y su activismo cósmico que nunca olvidaré.

Buen viaje pajarito crepuscular, nos vemos en otro escenario lejos de aquí. Te extrañamos tanto. Espero estés en paz y con mucho amor.

 

Enlace sugerido:

https://www.facebook.com/events/458775791217995/

*Músico y compositor de Childs.

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