Las facetas de Rodrigo Carrillo Tripp

El actor y director de teatro tiene claro que a través de las artes se puede construir una sociedad sin esclavitud, un tema que refiere, no sólo le concierne a los promotores oficiales de la cultura, sino a todos los mexicanos
domingo, 4 de febrero de 2018 · 00:00

Por Estefania Ibañez

Multifacético, apasionado de los momentos sencillos, disciplinado, pero sobre todo consciente de las problemáticas que se viven en México, el actor y director Rodrigo Carrillo Tripp vive una etapa importante en su vida profesional, la cual incluye la creación de guiones y obras de teatro.

Mediante este arte, él considera que se puede construir una sociedad sin esclavitud, pues el horizonte de temas influye en el conocimiento y análisis de los diferentes públicos.

Carrillo Tripp nació en CDMX y vivió durante más de diez años en Ensenada, ciudad donde inició su carrera artística; por ello, él se ve como un ensenadense que, a mi punto de vista, aporta su bagaje cultural en diferentes rincones de la nación.

Estudió la licenciatura en Teatro, en la Universidad de Xalapa. Tiempo después de culminar ese ciclo, decidió emprender la maestría en Literatura Mexicana.

Actualmente y desde hace seis años, participa con la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Su labor es crear y coordinar obras de teatro para los futuros egresados.

Cada obra que dirige es un universo nuevo, puesto que no le gusta etiquetarse ni etiquetar al público, ya que su propósito es enfrentar retos en cada pieza e implementar diferentes temáticas y técnicas.

Rodrigo tiene una filosofía personal, la cual dice: “el artista escénico debe entenderse como artista integral”. Lo que significa que cualquier actor puede dirigir, actuar, musicalizar o escribir una pieza teatral, debido a que “al estar en un escenario, el creador tiene que tener la capacidad de cumplir con todas esas facetas”.

Fueron muchos de sus maestros que, con su influencia, motivaron a Carrillo Tripp a construir esa teoría, pero ante todo obstáculo, no sólo a pensarla, sino a llevarla a cabo.

Diferentes sabores

Su repertorio es amplio. En una época Rodrigo montó una de las novelas de Marqués de Sade,  “Crónicas marcianas” de Bradbury, un montaje “La estrella de Sevilla”, uno de los textos más complicados de Lope de Vega.

En los escenarios fuera de la universidad, “Las ruinas circulares” del cuento de Jorge Luis Borges, para el teatro infantil hizo la obra de “Los monstruos de la lomita” y y su opera prima “La lección”, de Eugène Ionesco.

“Todos los disfruto mucho, pero quiero compartir que trabajé por diez años con el director Abraham Oceransky, quien hace teatro japonés.

“Aprender toda la tradición fue exquisito y fue uno de los retos más importantes, porque tiene limpieza en términos técnicos y preponderancia por el movimiento corporal. Se aprende mucho de una figura como él”, expuso Rodrigo.  

En este trabajo teatral, Carrillo también recuerda el excelente trabajo de su maestro en Ensenada, el director Fernando Rodríguez Rojero y Michelle Guerra, quien actualmente se enfoca en la creación de teatro para bebés.

Se requiere una sociedad sin esclavitud

Para Rodrigo uno de los objetivos más nobles de la comunidad artística es ayudar a que una sociedad crezca sana y espiritualmente positiva, pero con la participación de un público.

Sino tiene ese apoyo, dice Carrillo, de forma sencilla una sociedad puede depauperar su calidad moral e intelectual, así como los artistas pueden perder su oficio.

“A veces uno piensa que el público no va porque está caro o barato el boleto, pero a veces los creadores no sabemos acercarnos al público. Debemos saber que una sociedad que no tiene movimiento cultural y artístico, es una que está pobre de alma y es fácil de esclavizar”, comentó.

Al paso de su trayectoria, Carrillo Tripp ha formado parte de coloquios o conferencias de perfil internacional y en las cuales se enfrentan al tema de que las personas no disfrutan de las expresiones artísticas y culturales.

Este tipo de dinámica le ayuda a ver que en otras naciones la iniciativa privada, más que el Gobierno, es la que impulsa y sostiene la cultura artística.

“El Gobierno no nos responde y es verdad, tiene la obligación de incentivar la educación artística, hay presupuestos y centros, pero tenemos la responsabilidad de no encasillarnos y no decir que nadie nos entiende, tenemos que buscar nuestra técnica para que el público esté satisfecho con lo que ofrecemos”, compartió.

Subraya el actor y director, que es posible tener claro que el ciudadano común tiene la responsabilidad de ver los eventos culturales, sino se pierden.

Y mediante un ejemplo actual, dice Carrillo, que al exigir al Gobierno que baje los precios de la gasolina o brinde agua, los ciudadanos también pueden tener conciencia y responsabilidad de exigir un mejor arte y apoyo al mismo.

“Debemos estar al pendiente de toda cartelera cultural pública o privada. Así como vamos al cine y nos decepciona a veces una película, pero no dejamos de ir, creo que debemos generar la costumbre como una responsabilidad individual y heredarlo, no cansarnos de asistir porque es la mejor forma de exigir calidad”, puntualizó Carrillo Tripp.

2018 colmado de excelente arte

Este año Rodrigo y sus compañeros de Teatro de Ciertos Habitantes celebrarán el 20 aniversario de la compañía, con algunas puestas en escena.

Parte de su labor como director actual, es escribir con alumnos una obra que describe momentos históricos cruciales de México, los que contribuyeron para formar crisis que todos los mexicanos han vivido.

También retomó la adaptación de Crónicas Marcianas, para el público adolescente, la que desea compartir en escenarios de Tula de Allende, Tulancigo y Pachuca.

A través de esta pieza, anhela llevar el pensamiento de Bradbury, el cual implica el cuidado del medio ambiente; respetar a plantas y animales, asimismo estar conscientes de cómo cada persona se relaciona social, familiar y amistosamente.

Facebook: La Purisima Teatro y Teatro de Ciertos Habitantes

 

 

 

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