Palabra

Iniciando otro viaje cósmico

sábado, 12 de enero de 2019 · 00:00

Por Marco Arturo Moreno Corral*

A pesar de lo mucho que hemos aprendido sobre el entorno que nos rodea, generalmente pensamos a la Tierra como un cuerpo que no está en movimiento, ya que nuestros sentidos nos indican que el piso sobre el que caminamos no tiene desplazamiento alguno y que los grandes accidentes del terreno: montañas y valles igualmente están fijos, sin embargo, no es así, la astronomía nos ha mostrado que nuestro planeta gira en torno a su eje, se bambolea muy lentamente en torno a él y también se desplaza alrededor del Sol.

Si nosotros no sentimos esos movimientos, es porque nos desplazamos como un todo con la Tierra misma, lo que sin proponérnoslo, desde que nacemos nos convierte en viajeros cósmicos, pues todo lo que hay sobre ella, está irremisiblemente atrapado por acción de la gravitación y obligado a moverse con nuestro planeta, que por la misma causa, viaja a través del firmamento bajo el influjo de la fuerza gravitacional solar.

Hemos convenido en contar el paso de los años por el tiempo que la Tierra tarda en dar una vuelta completa en torno al Sol, cada vez que iniciamos un nuevo periodo anual, comenzamos un gran viaje de circunvalación, que nos hace recorrer una enorme distancia alrededor de nuestra estrella.

En promedio la Tierra se encuentra a una distancia de 150 millones de kilómetros del Sol, la longitud de la circunferencia que describe para dar una vuelta completa a su alrededor, mide 942 millones 480 mil kilómetros.

Para recorrer esa distancia de proporciones astronómicas, la velocidad que la Tierra tiene que tener en esa órbita, también resulta enorme, pues es de 107 mil doscientos 27 kilómetros por hora, o bien de 29.8 kilómetros por segundo. En realidad la trayectoria descrita por nuestro planeta no es una circunferencia, sino una elipse; así que la velocidad orbital terrestre resulta variable.

Viajamos a través de las estrellas

En el punto más cercano de su órbita al Sol, llamado perihelio, que ocurrió el 3 de enero de este 2019, tiene una velocidad de 30.3 kilómetros por segundo, mientras que en el afelio que es cuando la Tierra está más alejada, lo que ocurrirá el 5 de julio, alcanza 29 kilómetros por segundo, valor que resulta muy superior al que tienen nuestros más modernos aviones e incluso es mayor a la de las naves espaciales lanzadas en la actualidad, así que como vemos, en realidad al encontrarnos parados sobre cualquier punto de la superficie terrestre, estamos viajando por el espacio a gran velocidad.

Pero eso no es todo, el Sol mismo se está desplazando, llevando consigo a todo el sistema planetario, por lo que la Tierra también participa de este nuevo movimiento. En efecto, el astro rey está moviéndose dentro de un conglomerado mucho más grande que nuestro sistema solar que es la Vía Láctea; galaxia formada por más de cien mil millones de estrellas, donde el Sol es una de ellas, que está girando alrededor de un distante punto que es el centro galáctico, el cual se encuentra a la enorme distancia de 26 mil años luz, lo que significa que la luz que nos llega desde ese remoto lugar, ha viajado durante 26 mil años a una velocidad de trescientos mil kilómetros por segundo.

El Sol está cautivo en este gigantesco conglomerado estelar por la acción gravitatoria que ejerce la galaxia con su enorme masa, que es lo que hace que nuestra estrella gire en torno al centro galáctico con una velocidad que alcanza los 240 kilómetros por segundo, pero a pesar de lo grande que ésta resulta, el espacio que el Sol tiene que recorrer es de dimensiones gigantescas, por lo que requiere de unos 220 millones de años para dar una vuelta completa dentro de la Vía Láctea, lo que significa que desde que la Tierra se formó hace unos 4 mil 500 millones de años, se ha desplazado por la galaxia dado unas 20 vueltas en torno a su centro, haciéndolo siempre en compañía del Sol, así que no solamente somos viajeros dentro del sistema planetario, sino que también viajamos a través de las estrellas.

“La Astronomía nos ha mostrado que nuestro planeta gira en torno a su eje, se bambolea muy lentamente en torno a él y también se desplaza alrededor del Sol”.

*Instituto de Astronomía, Campus Ensenada, Universidad Nacional Autónoma de México.

mam@astrosen.unam.mx

 

 

 

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