Senderos culturales

Hacia una comunidad artística en Ensenada

sábado, 23 de febrero de 2019 · 00:00

Por Iván Gutiérrez*

Entre espectáculos de música, danza, poesía, arte plástico y teatro fue que el pasado sábado 2 de febrero ensenadenses disfrutaron una velada cultural en las instalaciones del Centro de Guitarras de Ensenada, en un evento organizado por gestores culturales jóvenes de la ciudad.

La tarde-noche de esta segunda edición del ¡Grítalo! transcurrió de forma expresiva entre la calidez de focos dorados, presentaciones artísticas y tazas de café gratuitas.

Entre los actores culturales puedo citar a algunos camaradas que están participando, con sus actos y creaciones, en la escritura de la historia cultural de la ciudad: Anelvira Wolburg, Damián Garibay, Timna “Transente”, Kevin Contreras, Careli Zavala, Edith Ochoa, Eduardo Palacios, Ilse McCarthy, Sonia, y muchos más.

Aún no sé si llovió más agua o sentimientos ese día. Más que temblar de frío, la gente vibró por tanta pasión a flor de piel en medio de un diluvio que, como los sueños, no parecía tener fin. Las gotas y el arte sumergieron las penas y las ilusiones de cantos que partieron, cicatrizaron y recrearon el corazón.

El acto parecía un duelo entre el grito pasional del alma y la danza tempestuosa orquestada por la lluvia. ¿Quiénes eran esos extraños que en un día tan tembloroso decidieron salir de casa para compartir y conectar sus pensamientos, pasiones, emociones y realidades? Gente que no sobrevive sino escribe, actúa, canta, baila: ¡grita!

 

No es imposible hacer eventos

Previo a la fiesta en el escenario se dio el espacio para la convergencia. Surgieron propuestas, opiniones diversas, puntos de vista pares y dispares. El lugar no fue el idóneo pero las ideas se cruzaron; nos reconocimos como individuos que pueden trabajar juntos. A continuación, comparto algunos comentarios propios surgidos entorno a aquella reflexión moderada por “Lalo” Palacios.

Sobre la existencia de una comunidad de artistas en Ensenada, pienso que hay agrupaciones artísticas, para poder nombrarla comunidad hace falta unidad, cooperación, coordinación, organización, voluntad y liderazgo. Los artistas siguen permaneciendo segregados, en sus respectivos nichos.

Muchas veces el ego, la envidia, la falta de responsabilidad y madurez, o la equivocada canalización de las pasiones propias de los artistas, no permite que realicen esfuerzos comunitarios. Esa es su debilidad. Hay nuevos artistas, nuevos espacios y nuevas generaciones. Pero falta integrarlos, ahí está el área de oportunidad. Y precisamente este espacio de diálogo y expresión es un primer paso para ello.

Ahora bien ser artista en Ensenada puede significar varias cosas: ser pretencioso; ser narcisista y egoísta; ser abierto, colaborativo y expresivo; ser pasional; ser pobre.

A pesar de las múltiples combinaciones que pueden surgir de este “ser artista”, pareciera que uno de sus roles principales hubiera sido olvidado: el de representar una vanguardia cultural, de la que emane un pensamiento analítico, contemplativo, reflexivo y crítico que se transmute en una transformación cultural y social. ¿Qué pasaría si hubiera más unidad en el gremio? Quizás habría más espacios donde exponer y vender su obra, quizás el mercado del arte crecería, quizás la comunidad los apoyaría más, quizás sería más fácil conseguir recursos para llevar arte a todas partes.

Los esfuerzos culturales son amplios. Por mencionar algunos están el Slam de Poesía, el Bizzar Bazar, los eventos de Navajo Records, Festival Imaginaria, Festival de Cine de Ensenada, LibroFest, Zine Talento, Cosmic Shit, Alcoholes Académicos, Paralelícuaro y muchos otros que se me escapan.

Lo que reconozco en común en la mayoría de ellos es que, en efecto, son sólidos, permanentes, y quizás lo más curioso es la gran mayoría son organizados por jóvenes de entre 20 y 35 años. ¿Se imaginan que todos estos gestores se agruparan y comenzarán a compartir ideas, metodologías, propuestas, formas organizativas?

Creo que es precisamente eso lo que debemos hacer: vincular a los creadores de Ensenada. Opciones hay muchas.

Se puede crear una plataforma organizativa, como lo que “los veteranos” intentaron el año pasado, pero no lograron concretar. Siempre es un reto ponerse de acuerdo, pero no es imposible; prueba de ello es que nos hemos reunido. Lo único que se requiere es liderazgo, voluntad y compromiso.

Todo eso ya lo tenemos, lo hemos puesto en práctica y arte. Ahora sólo hace falta conectarlo.

 

“El acto parecía un duelo entre el grito pasional del alma y la danza tempestuosa orquestada por la lluvia. ¿Quiénes eran esos extraños que en un día tan tembloroso decidieron salir de casa para compartir y conectar sus pensamientos, pasiones, emociones y realidades? Gente que no sobrevive sino escribe, actúa, canta, baila: ¡grita!”.

“Se puede crear una plataforma organizativa, como lo que “los veteranos” intentaron el año pasado, pero no lograron concretar. Siempre es un reto ponerse de acuerdo, pero no es imposible; prueba de ello es que nos hemos reunido. Lo único que se requiere es liderazgo, voluntad y compromiso”.

 

*Reportero.

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