Poemas
Por Liz Durand Goytia*
Flor abierta
¿Me pides tregua, cuando no puedo más?
Si recupero la calma será cuando te tenga:
te has metido en mi pulso, en mi cabeza,
ya no saben andar solos mis pasos
ni mis manos se entibian en tu ausencia.
Tenme piedad porque vivir no puedo
si no bebo del agua de tus ojos,
si dejara tu pecho de ser ala
para el latido venturoso de mi vuelo.
No sé si fue una vida lo que tuve
antes de que llegaran tus palabras,
antes de que me convirtieras
en gacela, en agua, en poema.
Dame un poco de paz, que así no vivo.
Deja que te respire hasta la médula.
Pon algo de sosiego en este espíritu
de cierva temblorosa y flor abierta.
Yo te digo del beso
para mi hechicero
Yo te digo del beso
que te vuelve hechicero,
que tu mágica lengua
me ha dejado sin aire, sin espacio,
sin voluntad ni aliento
y me tiene rendida
como gacela que come de tu boca.
Toda la miel y el tiempo
se dilatan en tu beso,
se entretiene despacio entre mis comisuras,
me afruta los sentidos,
me dispara las ganas
y yo me sigo dando con tu magia,
dejo salir mi pez hacia tu océano
dejo que cruce tus olas y tus islas,
que repose en tu orilla,
que alborote en las cimas...
Yo te digo del beso
que su cadencia vuelve ríos a mis venas,
me despeña en cascadas,
me columpia en las nubes.
Su secreto calor me dice cosas
que sólo yo comprendo.
Y te digo del beso
que no hay más grande hechizo
que no me importa saber que has embrujado
a una mujer que estaba rota
porque me diste aliento,
el más dulce,
más fuerte,
más eterno.
*Poeta y promotora cultural.
...