El Valor de la Vida
La mujer “empoderada”
Por: Juan RudametkinComo se sucede, el significado de las palabras sin las cuales no nos entenderíamos, para poco ayudan en esta generación de cristal e idiota, llena de sabiduría, claro. Qué nueva: ni con la RAE en la frente lo logramos. Por mi ignorante parte le doy valor a ésta y procedo a su esclarecimiento:
Empoderar: Hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido.
Y el ente que merece mayor derecho para ejercer ese atributo o poder es la mujer. Mas, ¿cuál es la forma realmente efectiva para utilizar esta herramienta de control? ¿Quién o en qué forma puede completar los requerimientos necesarios para darle el mejor uso a ésta formidable y muy justa condición en la mujer? Así es. El hombre, principalmente porque a través de la experiencia que por empirismo de principio ha desarrollado tiene esa experiencia. Y en este punto es donde opino que una mujer empoderada en los términos tan vacíos, sin real propósito y manipulada dentro de esta sociedad, terminará bajo el control, ahora sí, del mismo hombre a fin de cuentas como sucede en la política mexicana.
No generalizo, ya que como en todos los grupos colectivos, aunque persiguen la misma meta, aun entre ellos existen diferencias. Mujeres genuinas empujadas por verdaderos ideales de exigir su derecho como ejemplares seres humanos. Por otro lado, tenemos a aquellas mujeres que sin un real propósito, dándoseles la oportunidad de levantar sus voces para manifestar lo que deseen, principalmente incoherencias de principio para generar caos. Locuras dignas sólo de la mente brillante e incontrolable de Mary Shelley.
Una merecida rebelión femenina, no feminista, que debe fundar sus logros y políticas sobre bases genuinas de innegable derecho racial y humano, mas no sobre el ejemplo de oscuridad, obscenidad y, al menos, salvaje incoherencia que el hombre ha, vergonzosamente, desplegado sobre las sociedades que resulta con el tiempo en muerte y sangre inocente.
Aquí es donde todo el esfuerzo, en el caso de Estados Unidos por parte de Ellen Carol DuBois y Lynn Dumenil, coescritoras del libro Through women´s eyes, an american history, marca precedente y entre centenas de circunstancias, cita por ejemplo, en 1920, levantamientos en cuestiones políticas por valiosas y audaces mujeres contra la Ley de Linchamiento aplicable por el gobierno en aquellos duros tiempos, muchos por causas raciales. Hoy en día me ha impactado sobremanera ver este loable e invaluable esfuerzo casi echarse a perder por causas por demás grotescas en las que determinados grupos de mujeres y fuera de contexto, apelando al odio y la violencia, atacan a un sistema realmente injusto pero ya en el ocaso por su disfuncional trasfondo.
Si cuestionamos sus motivos reiríamos en primer lugar y en segundo diríamos: ¿Qué les pasó? Pero gracias a Dios no es la generalidad.
Deseo ahondar sobre dos casos excepcionales que atentan a todas luces contra el equilibrio de todo un estado: el nuestro, Baja California. Las dos polémicas personas del sexo femenino, si para éstas existe el concepto mujer, Monserrat Caballero Ramírez, y Marina del Pilar Ávila Olmeda, ambas altas funcionarias políticas.
Caballero, por Tijuana, convirtiéndola en una ciudad totalmente arrasada por dentro y por fuera, económica y físicamente; Cabildo semivacío a causa de desabrigo de regidores, incluso en Ensenada, que en bandada se postulan para el siguiente hueso, repartiéndose despojos como en los tiempos de guerra antiguos. Una carnicería social invencible, imparable.
Ávila, por otro lado, como máxima autoridad estatal, solapando toda clase de arbitrariedades a éste nivel, sólo fundamentando su presencia a través de todo un desmoralizador show social indigno de un funcionario de alto nivel. Menos de toda una mujer (en su caso).
(Bibliografía: todas las agencias noticiosas en BC.)
Este es mi punto: El sonado empoderamiento de la mujer actual, que es muy diferente en sus raíces del sucedido en Estados Unidos original, fundamentado en la dignidad en éste caso, en estos dos emplazamientos sumamente públicos, sólo refleja la guerra de egos insatisfechos en medio de una sociedad maestramente manipulada con fines políticos muy oscuros. Y el hecho de que éstas dos mujeres se presten para ser despojadas de su naturaleza, a fin de cuentas manipuladas por hombres, y sumamente codiciosos, exhibidas en formas ridiculizantes, utilizándolas como hábil escudo a través de una revolución social, artificio maestro para dar paso a la más absoluta tiranía, no sólo de nuestro estado sino a nivel mundial.
Ahora, un cambio de este nivel social, que aunque no es de mayoría y está dividido, no, no, no puede llevarse a cabo masacrando principios fundamentales del ser humano basados en grandes sacrificios y dolorosas experiencias en las mujeres de nuestro mundo. Un cambio que se fundamenta en la aniquilación de la personalidad de una sociedad para establecer otra, es como intentar iniciar una nueva vida a través del asesinato de otra, y no podemos aseverar que la historia señalará esto como algo que sucedió, sino que en este futuro de plástico ni ésta se tomará en cuenta.
Cuidado, mujeres, no se vendan al mejor postor, que les costará caro, mas aquellas que persiguen la verdadera libertad, la que por sus frutos especialmente en sus hijos, sus familias, se verá reflejada, serán las que traerán los verdaderos cambios en nuestro estado y en el mundo entero.
Cristine de Pizan, Lou Andreas–Salome, Harriet Taylor Mill, Sophie de Grouchy, María Zambrano, Ayn Rand, Phillipa Foot, Hanna Arendt, Simone de Beauvior, Simone Weil, Carol Guilligan, Juana de Asbaje.
Mujeres “empoderadas”: si sus principios y propósitos están fundados en alguna de estas grandes mujeres, las felicito, mas si ni siquiera sabían de su existencia, aléjense de todo lo que las rodea por un par de años; conozcan, aprendan y apliquen su valiosa obra por causa de la mujer de hoy. Cuando regresen, sus objetivos serán renovados y maravillosos, mas sufrirán al tratar de implementar el cambio, ¡pero serán verdaderas mujeres, dueñas de este mundo!
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