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Reflexiones sobre la Doctrina Social de La Iglesia Formación del carácter IIII.- Capacidad de entrega
Héctor Lecuanda*Comentamos en las entregas anteriores que la formación integral del carácter implica el desarrollo de unas capacidades relacionadas entre sí. Esto es, que existe la posibilidad de ir avanzando en la formación de manera simultánea. Recordemos que son
1. Capacidad de compromiso.
2. Capacidad de renuncia.
3. Capacidad de entrega.
Reflexionamos que la capacidad de renuncia se deriva de la capacidad de compromiso, porque por decisión se renuncia a todo aquello que se opone a aquello con lo que me comprometí.
En esta ocasión haremos alguna reflexión sobre la tercera… La capacidad de entrega. Lo podemos expresar como la capacidad del don de sí, que es la parte fundamental de la educación en la libertad. Es el acto educativo por excelencia.
En la escuela se pueden aprender múltiples cosas, pero estamos hablando que este preciso asunto, el desarrollo de formarte como persona humana con toda su dignidad, es casi exclusivo de formarse dentro de la familia.
Para desarrollar en los hijos la capacidad de entrega, tenemos primero que establecer una separación sobre los bienes a los que nos inclinamos como personas a obtener, para posteriormente aprender a entregarlos.
Por una parte, tenemos los bienes materiales, que se presentan en nuestra sociedad como necesidades y nos inclinamos a formar a los hijos a que sean capaces de obtenerlos.
Pensamos en que en algún momento puedan ganar dinero, puedan obtener posición social, fama, prestigio, poder, y en nuestros días hay gente que hace grandes cosas por obtener likes en sus redes sociales. Estos bienes son extremadamente difíciles de entregar o compartir, toda vez que en el momento que los compartes, se disminuyen, se dividen, y en un extremo desaparecen.
Por otra parte, aparecen los bienes no materiales que son precisamente –si logramos obtenerlos o desarrollarlos– los que nos ayudarán a formar en la capacidad de entrega de que estamos hablando.
La salud. La salud se favorece cuando vivimos en un ambiente social sano, esto es, se trata de un bien que se acrecienta en la medida en que cada vez más personas se esfuerzan por vivir una vida sana, y en este caso, me refiero no sólo a la salud física, sino especialmente la salud mental. ¡Que importante se convierte el generar en nuestra familia un ambiente de vida sana!!
Los conocimientos. Otro bien fundamental que podemos enseñar a compartir son los conocimientos. No se trata de los chismes o rumores que son de índole negativa, sino de los que vale la pena compartir: desde una advertencia de contagio, una calle en mal estado, un peligro de derrumbe inminente, hasta todo un juego de conocimientos acumulados.
Recientemente vivimos un hecho extraordinario en el cual varias comunidades de científicos por un momento compartieron entre sí, sus avances, y se logró poner a disposición unas vacunas para Covid, en un tiempo muy corto, en beneficio de muchísimas personas. A esos conocimientos me refiero.
La amistad. Quien logra obtener y conservar un grupo de amigos, tiene una riqueza invaluable. Podemos y debemos trasmitir a nuestros hijos, el tesoro que significa el contar con amigos, muchos amigos. La amistad proporciona todo un numero de oportunidades para desprendernos gustosamente, aún de bienes materiales… compartimos por el solo hecho de ser amigos. Creo que, en este tema, el ejemplo es un magnífico método, pero seguramente no el único… habrá otros que se pueden usar.
La alegría. Generar un clima y ambiente alegre en la familia, contribuye en forma importante a que los hijos aprendan a desprenderse al menos de su tiempo. ¡que atractivas son las familias en donde se vive una sincera alegría! ¿Y qué puedo aportar para el método de trasmitirla…? En realidad, muy poco…. Vuelvo al ejemplo como único que yo conozco.
Notemos que, a diferencia de los bienes materiales, estos bienes no se disminuyen o dividen a la medida que se comparten; aquí se presenta el efecto contrario: mientras más se comparten, más crecen y se multiplican. De ahí que las personas que, seguramente muchos de nosotros conocemos –que logran obtener estos bienes– les aseguro que son las más felices que conocemos.
La combinación de todos estos bienes, ¿a que llevan? Sencillamente a producir personas felices, capaces de influir positivamente en la comunidad. ¡Qué satisfacción para unos padres de familia, será escuchar que nuestros hijos sean felices!
Volveremos sobre los resultados que nos ofrece la historia sobre comunidades que han vivido y sabido formar personas con estas tres capacidades. De compromiso, de renuncia, y de entrega o don de sí. ¡Ánimo…vale la pena!!!
Miembro de Odeco.
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