LO QUE TE CUENTA LA DAMA

Día del Padre Vol. 2

Por: Johana Ochoa jochoa@elvigia.net
miércoles, 29 de junio de 2022 · 00:00

Y seguimos con esta segunda parte del Día del Padre. Hablemos de los papás de mi entorno, con quienes tengo contacto frecuente (agradecida por lo que me toca). Creo que todavía las mujeres de mi generación nacemos un poco con el chip que se nos impone desde niñas: tener una familia, estar casada con el papá de los hijos, y tener la ilusión de una familia feliz (un estereotipo aceptado). 
En mi caso fue muy difícil pedir el divorcio con un bebé que no cumplía ni un año; me detenía ver lo buen papá que era, y estaba el temor de pensar que una vez que no fuéramos pareja eso podía cambiar, no pensaba en mí solo en mi hijo. 
Pero tuve el valor de cambiar de vida, renunciar a mis comodidades, y emprender la aventura de ser soltera, independiente... y claro que le sufrí.
Me di cuenta que no me había equivocado con la persona que había escogido para ser mi esposo, pues tiene un corazón tan noble y puro que cuando supo que estaba embarazada me decía que regresara a casa, y que él querría al bebé como suyo. Yo le dije que no, que era mi problema, y ¿saben qué? Siempre estuvo ahí, un tiempo enojado, otro irónico; pero cuando tenía siete meses de embarazo, cuando me llevaba a mi hijo de paso me dejaba nachos, nieve, e incluso me invitó a desayunar. Caundo estuvo ausente el papá de mi Luis, él estaba ahí dándome raite, incluso lo autoricé para que llevara al bebé a la guardería. Sin duda le dijo primero “papá” a él, y desde entonces hay una estrecha relación porque ese hombre lo considera como hijo suyo, y mi niño lo ama. Ya sabe que no es su papá de sangre pero sí de corazón. 
Del otro papá, para no meterme en broncas, desde que supo del embarazo hubo negatividad. Literal no le cayó el 20. Fue muy difícil esa etapa para mí, lejos del sentimiento por él, darme cuenta que ser papá no estaba en sus planes, o al menos no conmigo. 
Nació el bebé, y era papá de visita. Tenía que perseguirlo para lograr más tiempo de convivencia, e incluso para registrarlo. A eso le sumamos que tenia depresión postparto y estaba necia por que él fuera papá como lo era mi ex, y eso solo me decepcionaba. 
La gota que derramó el vaso fue llegar a casa y encontrar que me había puesto un citatorio para acordar la pensión del bebé de siete meses. Rompí en coraje e ira; recuerdo llamarle y hablarle bastante fuerte. Imagínense que me llamó por mes y medio y jamás conteste. 
Y así paso un año, durante el cual sus familiares entraron al terreno neutral porque estaba bastante enojada, no solo por el citatorio, sino por más situaciones que había pasado. 
Justo cuando muere mi mami, él me llamó y acepté hablar con él. Pude sentir otra actitud, y no le negué convivir con mi hijo y su familia fuera de casa. La relación es algo seca, pero yo no dejo de ser buena persona y trato que el ambiente sea relajado, al final es el papá de mi hijo y élo ama, lo reconoce, y de mi parte queda que sienta un buen ambiente. 
Él es una persona muy fría, “piquis”, fresón, y sí, de repente tenemos nuestras diferencias pero he aprendido a conocerlo. En cierta forma veo que me trata con pincitas y a veces hasta quiere cotorrear conmigo como si apenas me conociera. Yo soy una persona súper tolerante y a veces sí se me olvida el pasado. Yyo sola me echo porras bajo la convicción de ser buena persona, y que el mal no esta en mí. 
Los papás de mis hijos son lados opuestos. Con el segundo he tenido que hablar con él para que intente cambiar su patrón, que comprenda que debe ser diferente, que mi hijo es un niño amoroso, y que por él al menos debe ser correspondido. 
Y así es como yo llamo a mi familia multifuncional, mi novio y yo; mi hijo Nestor, su papá y su nueva hermana (aunque es media para la sociedad, para mí lo es por completa), la ex de él, mamá de la nena; el papá de Luis con su novia... somos muchos y tenemos una gran labor: criar niños felices y buenas personas. Y por ello, a trabajar en equipo, no son los hombres con quienes tuve hijos, son los papás que desean ser y son, y ahí estaré como una guardiana del amor y la justicia (como Sailor Moon). 
Amen mucho. 

¡Besos con labios rojos!
 

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