Enfrenta reto al escribir sobre ciencia

México, D. F. - La escritora Elena Poniatowska reconoció que no sabe nada de ciencia, así que ser lo más exacta posible fue uno de los principales retos de escribir El universo o nada: biografía del estrellero Guillermo Haro (Seix Barral), que presentó el pasado 25 de octubre durante la edición 13 de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo.

Poniatowska confesó que se decidió a realizar la biografía del astrofísico considerado fundador de la astronomía moderna de México, y quien fuera su esposo, por admiración y porque a los científicos no se les hace ningún caso.

"Todo es para los escritores o pintores que son vedettes y a los científicos nunca.

"Tenía la ventaja de tener su archivero en casa. Para mí fue muy conmovedor porque él (Guillermo Haro) siempre estaba ausente, estaba en Tonantzintla, Puebla donde está el observatorio. Después estuvo en Baja California; entonces era una manera de enseñarle a mis tres hijos quién fue su papá.

"Me gustó mucho retratarlo, releer sus cartas”, dijo.

Aseguró que Haro era un gran escritor y crítico de libros.  "Los libros que no le gustaban los aventaba contra el techo y se desencuadernaban toditos”, contó entre risas.

Comentó que lo interesante de ese libro es leer cómo un hombre que es de izquierda desde su juventud muere siendo de izquierda.

Se preocupó siempre por los campesinos. "Me contó que una vez en la carretera de Puebla a México vio a un campesino que caminaba y le dijo que se subiera al coche, que le daba un aventón, y para hacerle la platica le preguntó cuáles eran sus sueños, y el hombre le contestó: ‘Nosotros no nos podemos dar el lujo de soñar’”. 

Contó que Haro solía levantarse muy contento, muy alegre y "hasta se oían muy alegres sus pasos sobre la madera”, pero una vez que leía el periódico se enojaba mucho y se ponía triste por las malas noticias. 

Por otra parte, comentó que su hijo Felipe ideó crear una fundación con su nombre luego de que en Princeton y Stanford le pidieran todos sus documentos.

"Allá en Stanford está lo de Elena Garro y en Princeton está lo de Octavio Paz y Carlos Fuentes; y pagan muy bien.

"Mi hijo Felipe dijo que no, que era una traición a México, que, por ejemplo, todos los grandes documentos históricos de México están en Austin, Texas y los historiadores mexicanos tienen que ir hasta Austin si quieren leer un documento especial de la historia de nuestro país; por eso él quiso que todo se quedará en México y hacer una fundación”, explicó.