MUNDO DIGITAL: Julian Assange: de hacker a revolucionario

 

La relación del joven Julian Assange con los sistemas informáticos inició cuando tenía unos 13 o 14 años. Su madre se había mudado a un apartamento a las afueras de Melbourne, Australia, situado frente a una tienda de aparatos electrónicos, en donde al chico le permitieron jugar un poco con una computadora Commodore 64.

 

Cuando su madre logró reunir suficiente dinero para comprar la computadora, Assange se dedicó a aprender todo lo que podía. Primero fue la programación y después vendría el hacking.

 

Desde finales de la década de los 80 se erigió como una figura muy conocida en el mundo del hacking, en particular bajo el pseudónimo de Mendax.

 

En 1989 formó parte de una operación de un grupo antinuclear montada desde Australia, para atacar una computadora de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), via una especie de virus o gusano electrónico al que llamaron WANK.

 

Mendax y otros dos hackers, bajo los pseudónimos de Trax y Prime Suspect, formaron un equipo al que llamaron International Subversives (Subversivos Internacionales), cuya política era totalmente en contra del establishment; estaban motivados por la curiosidad intelectual, y tenían estrictamente prohibido lucrar con sus acciones.

 

Mendax escribió un programa llamado Sycophant para llevar a cabo una serie de ataques a computadoras de la milicia de Estados Unidos (EU), y según dijo luego "tuvimos control total por unos dos años”.

 

También tenían acceso a las computadoras de la Universidad Nacional de Australia y de la compañía canadiense de telecomunicaciones Nortel. La policía federal de Australia ya rastreaba a los International Subversives y, eventualmente, Trax terminó por confesar, delatando a sus otros dos compañeros.

 

El año de 1991 fue particularmente malo para Mendax, pues recibió varias veces la visita de las autoridades australianas a horas de la madrugada, llegando a catear su casa para llevarse discos, computadoras y otra evidencia que pudieran usar en su contra; en ese año también fue abandonado por su novia, quien estaba embarazada y posteriormente tendría un hijo de ambos.

 

El proceso montado en contra de Mendax duró varios años, hasta que en 1996 se le dictó sentencia; a pesar que el juez encontró que éste había cometido actos graves, dijo no haber encontrado evidencia que indicara lucro con la información obtenida, y que sus acciones fueron guiadas por mera curiosidad intelectual.

 

Con ese episodio terminaron las actividades de Mendax, quien por ese entonces escribió "entre más secreta o injusta es una organización, más miedo y paranoia infundirán en sus líderes las filtraciones... puesto que los sistemas injustos, por naturaleza, inducen oponentes y en muchos casos tienen desventajas, las filtraciones masivas los dejan exquisitamente vulnerables ante aquellos que buscan reemplazarlos por formas más abiertas de gobernanza”.

En 1996, Julian Assange se encontraba sin empleo, al cuidado de su hijo (pues las autoridades le habían otorgado la patria potestad) y sólo percibiendo una ayuda gubernamental. Pero esto no fue impedimento para seguir luchando por sus ideales.

 

En su blog publicó una especie de llamado a la acción: "Si solamente vivimos una vez, entonces que sea una aventura que se nutra de todos nuestros poderes... Hombres en su mejor momento, si tienen convicciones, tienen la tarea de actuar en consecuencia con ellas”. Creó una lista de correo donde informó a sus seguidores "esta es una lista restringida para w-i-k-i-l-e-a-k-s-.-o-r-g, por favor no mencionen esto directamente en las discusiones y hagan mejor referencia a ella como WL”.

 

Aquí ya no se trataba de una comunidad exclusivamente de hackers, sino también de activistas ambientales, luchadores por los derechos humanos, revolucionarios políticos, y otros que en algún tiempo hubieran sido caracterizados como la contracultura.

 

La primera aparición pública del proyecto Wikileaks se dió en en World Social Forum de Kenia en 2007. Assange quedó tan impresionado con la energía que descubrió allí que pasó la mayor parte de los siguientes dos años en Nairobi con activistas de Médicos Sin Fronteras y otros grupos.

 

Fue precisamente en Kenia donde se dió el primer gran golpe periodístico de Wikileaks, al producir un gran reporte sobre la corrupción del ex presidente Daniel Arap Moi, filtrado hacia publicaciones importantes en todo el mundo.

 

Desde entonces, Wikileaks ha filtrado información sobre una variedad de temas, descubriendo cómo algunos gobiernos espían a sus ciudadanos (e incluso a los de otras naciones), cómo se tortura a prisioneros de guerra, cómo algunas empresas transnacionales depredan recursos naturales, e incluso cómo sectas o iglesias (como la de la cienciología) tienen prácticas abusivas contra sus miembros.

 

En todo esto la guía ha sido la transparencia, pues como ha dicho Assange "es imposible corregir los abusos, a menos que sepamos que están sucediendo”.