PROYECTOVINO

“Salió inquieto el muchacho”

Por Araceli Velázquez Córdoba
jueves, 12 de octubre de 2017 · 00:00

“¡Muy bien! Ya te vi platicando con Hugo” le dije a mi amigo Roberto en el pasado Festival de las Conchas y el Vino Nuevo.

“¿En serio él es Hugo D ´Acosta? ¡Qué pena! Y yo preguntándole sin tener idea con quien hablaba de todos los proyectos que tiene y de manera muy sencilla me respondió: -Salió inquieto el muchacho-”.

Así es Hugo D´Acosta, uno de los mejores enólogos, pilar de la revolución y el resurgimiento del vino de calidad en México. Tan reconocido como incógnito. Protagonista sin desearlo.

Terminando su segundo año de preparatoria, y buscando un trabajo de verano, encontró un curso de fruticultura. Esto hizo que su vocación se inclinara a estudiar la carrera de agronomía en la ciudad de Querétaro. Eran los años 80’s y apenas cursando los primeros semestres, una oportunidad imposible de rechazar hizo cambiar su destino. Una de las universidades más prestigiadas de Francia, la Escuela Superior de Agronomía de Montpellier, abrió sus puertas a estudiantes extranjeros, otorgando becas con requisitos aún menos complicados que los que le solicitaban a los estudiantes franceses.

Otra de las versiones ancestrales europeas de lo que es hacer vino, lo llevó a Italia. Fue en Piemonte, región Italiana conocida por las uvas Barolo, Nebbiolo, Barbera y Dolcetto, en donde se amplió aún más el panorama. Porque Italia, con costumbres más parecidas a las mexicanas, pero con mucho más tradición vinícola, tecnología, logística y grandes talleres enológicos, redondeó su conocimiento.

Don Julio D´Acosta Esquivel Obregón tuvo a bien formar una familia rodeada de valores muy fuertes y hasta poco convencionales en las familias mexicanas. Con una idea metida en la cabeza, les otorgó a sus 8 hijos una educación académica, pero sobre todo una conciencia social fuerte. Teniendo mucho más arraigadas las conductas humanas. Con toda esta formación y trabajo social en zonas indígenas y rurales, Hugo no solo se enamoró de esta industria sino que le tiene un profundo respeto a la actividad que escogió. Aunque también puede ser que esta industria lo haya escogido a él.

Después de un tiempo regresa a México contratado por Casa Martell en Tequisquiapan, Qro. Tiempo después decide irse a California, en esta búsqueda, manda innumerables cartas solicitando empleo. Y fue la bodega Chappelet, en Napa Valley, la que le ofrece que si quería ir a ayudar con la cosecha, era bienvenido. Así fue como Cathy y Tony, propietarios de la bodega conocen a Hugo, y se vuelven receptivos y abiertos de todo su conocimiento con él.

En 1988 Hugo era parte fundamental del cambio de vinos en Santo Tomás, la bodega más antigua de Baja California. Por convencimiento propio, cambia la producción de este vino mexicano. Apuesta por la calidad y no por el volumen, logrando reivindicar al vino de México en esta zona.

Después de 12 años, D´Acosta decide dedicarse de lleno a sus propios proyectos. Cosechando a la fecha importantes logros. Como Casa de Piedra, Estación de Oficios el porvenir, conocida como La Escuelita, Aborigen, Paralelo, La Contra, Contraste, Tropósfera, Proyecto Firmamento, La Borde Vieille, Feilluns (En Francia)

¡Y los que faltan! Porque además de su descendencia directa como Lucas D’Acosta, ya siendo reconocido como uno de los nuevos valores del vino en México, están muchos discípulos y socios que se suman a una gran lista de este “inquieto muchacho”.

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