LA BUFADORA

¿Cambio como solución?

Por El Mosquito
viernes, 13 de octubre de 2017 · 00:00

Los anunciados cambios en la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Ensenada, en los que Emilio Camarena Castillo deja los bártulos a Jorge Iñiguez, representa la enésima modificación en el organigrama de dicha dependencia a diez meses de la administración.

Los constantes nombramientos en la Policía probablemente están siendo colisionados por el altísimo índice de crímenes cometidos en el municipio desde que comenzaron los ayuntamientos de la zona costa de Baja California.

Sin embargo, esta escalada de violencia es un tema más íntimamente ligado a la esfera federal, en su caso militar y sin duda estatal, no sólo municipal por cuanto a facultades para la procuración y persecución del delito se refiere.

Íñiguez no llega al máximo cargo dentro de la corporación con una línea de mando previa, pero ese no necesariamente ha sido la constante de la Dirección de Seguridad Pública, que ha sido ocupada por abogados, políticos, empresarios y de vez en cuando policías, que es el caso.

El nuevo titular tiene varios puntos a favor. Tiene la confianza del alcalde Marco Novelo, y por lo que se vio ayer de los integrantes del Cabildo. Su tarea sin duda será ir por la anhelada coordinación institucional entre todos los órdenes de gobierno, y no estaría mal que etiquetara a cada quien con la responsabilidad que constitucionalmente les compete.

Según se pudo ver en sus primeras palabras, también tiene la actitud de su parte. El nuevo jefe llega a una posición con actitud de conciliar hacia dentro, coordinar hacia afuera e involucrar a los liderazgos de la ciudad, tan proclives al aplauso como al deslinde. Se ven casos.

Dumas y los tres mosqueteros
En los movimientos independentistas deben saber que buenos resultados obtenidos en campaña, obedecen al entusiasmo y al contagio que hacen en la población quienes forman parte de los equipos. No hay caudillos ni genios, es una chispa que se enciende en una campaña y que cualquiera puede percibirlo. No hay magia.

Debieran entenderlo decimos, porque de otro modo, los buenos resultados parecieran por causa del mesías que se construye terminado el proceso. Sobran ejemplos, en el país y en lo local.

Viene tal perorata -diría Catón- por el destape y bendición, sí, tal cual como en los más rancios procesos de todos los partidos políticos, hecho por Omar García en favor -quien sabe- de los aspirantes a candidatos independientes para las diputaciones de los distritos 03 y 07, Marisol Prado y Darío Benítez, la primera de Ensenada y el segundo oriundo de Tecate.

A menos que García alimente el deseo de ser presidente municipal de Ensenada otra vez -porque ya una vez lo tuvo-, no se explica el formato de dicho lanzamiento.

Marisol tiene su propia historia y sus valores -incluso los equipos- para emprender el proyecto de construir la candidatura. El joven Benítez de Tecate, que proviene de Morena en esa ciudad, tendría por igual sus propios escenarios políticos y sociales.

Eso de que “aquí les dejo a mi potrillo, para que lo traten igual que a mí”, hay que dejárselo a Chente.

La política, si pretende ser auténticamente ciudadana, no es así, porque eso tiene visos de autoritarismo.

¡Lássssstima Margarito!
Para conocedores: Del brazo de una Margarita llegó a la presidencia municipal de Ensenada: contra otra Margarita (Ortega) logra la gubernatura, y en la lucha por la presidencia de la república, por otra Margarita (Zavala), se coloca en el debate nacional.

Moraleja: si usted se llama Margarita aléjese de Ruffo. Más vale.

Otro…
El lector sabe que en el largo, a veces violento y sin duda politizado conflicto de los ocupantes de la zona turística más emblemática de Ensenada conocida como La Bufadora, recién se dio a conocer que los antiguos residentes son los verdaderos dueños del espacio, gracias a un fallo judicial que sobreseyó el amparo interpuesto por los prestadores de servicios turísticos del lugar.

Quien resulta representante legal del ganador de este juicio es el abogado Jaime Palafox Granados, conocido en el ambiente político como “El Diablito” o “El Chamuquín”, sin afanes peyorativos, claro.

Pero, ¿sabe usted el número de ese amparo? Es el 666/2010

¡Chanfle!
 

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