PROYECTOVINO

“El gran dilema”

Por Araceli Velázquez Córdoba
sábado, 23 de diciembre de 2017 · 00:00

Al estar en medio de una junta, oigo que suena mi celular y veo que la llamada es de una de esas personas que sólo me marcan para felicitarme en mi cumpleaños o por algo sumamente urgente, por lo que me disculpo y tomo la llamada.

“Oye, te llamo porque como tú andas en esto del vino, tengo una duda. Estoy en el súper y tengo que comprar vino para una cena hoy, otra mañana y también para la cena de navidad. ¿Cuál compro?”

Siempre me ha provocado mucha risa que la gente me pregunte esas cosas. Porque para empezar, aunque fuera una experta (que para nada lo soy), no creo que exista una sola persona en el mundo que tenga la respuesta correcta.

Todo esto viene, porque muchos nos preguntamos siempre y más en esta temporada, cuál podría ser nuestra mejor elección de vino para ofrecer en la cena de navidad o fiesta de año nuevo.

Hay muchísimos factores que pueden influir en esa decisión. Entre otros, con que se acompañará el vino, el presupuesto, cantidad de invitados, tipo de evento, etc.

Sin entrar en detalles sofisticados de maridaje. Sí podemos medianamente seleccionar nuestro vino de acuerdo a la cena que se ofrece. Y digo medianamente, porque creo de verdad que un buen vino acompaña a la perfección a cualquier platillo, a un extraordinario tamal, un mole o un filete.

Justo hace rato que estaba en el súper, escuché a una pareja que estaba junto a mi buscando un vino. Él le decía que tenía que ser un vino tinto, ella le dijo que ya lo traía en las manos, a lo que él contestó “pero tiene que ser chileno”. Siempre he dicho que no toda la gente tiene por qué conocer de vinos, lo que sí es muy importante, es saber que en México se hacen magníficos vinos que también podemos encontrar en las tiendas de autoservicio.

Existen muchos mitos alrededor de este tema, con los que deberíamos de terminar: Tintos para carnes, blancos para pescados y casi nunca rosados, esto es incorrecto, con decirles que uno de mis maridajes favoritos es una gordita de chicharrón con un Blanc Zinfandel de L.A Cetto (tienen que probarlo). Con esto quiero decir que seguro existen mejores “acompañamientos” para lo que vamos a comer, pero aunque se establezcan este tipo de reglas, la última palabra siempre la tendrá nuestro paladar.

Mis recomendaciones son:
No gasten de más por quedar bien. Es mucho mejor que compren la cantidad suficiente de un buen vino, a acabarse su presupuesto comprando un vino caro que no alcance para la cena.

Sirvan el vino que llevan sus invitados. Si ellos llegan a su cena o evento con un vino, es el primero que se debe de servir. Lo conozcan, les guste o no. No hay nada más desagradable para una persona que dedicó tiempo pensando cuál vino llevar a tu evento, e irse con la sensación de que no gustó su elección, además de que, creo, es una regla de cortesía.

No se le puede dar gusto a todos. Por más que nos rompamos la cabeza tratando de encontrar la elección perfecta, no lo vamos a lograr. Es cuestión de gustos y preferencias. Siempre habrá el que dirá que iba mejor un blanco en vez de un tinto, o viceversa.

Nosotros que somos privilegiados de vivir en la Capital del Vino Mexicano, contamos con un abanico enorme de opciones.

Existen vinícolas que ofrecen muy buen vino presentado en mini barricas de diferentes capacidades a excelente precio por litro, como lo hace Vinícola Roganto, además la experiencia es sensacional ya que te sirves el vino directamente de la barrica.

Como les digo, el privilegio de estar aquí, nos permite comprar directamente en la vinícola de nuestra preferencia. ¡Hay más de 130 para escoger!

Y si de festividades y burbujas estamos hablando, para las fiestas de año nuevo, tenemos a nuestro alcance, el que para mí es el mejor vino espumoso que se hace en México, “Espuma de Piedra” de Hugo D´Acosta, mucho mejor que una Möet Chandon, créanme.

Me da muchísimo gusto poder desearles, por primera vez a todos los que leen esta columna, que disfruten al máximo estas fiestas con sus personas y vinos favoritos, y si éstos últimos son mexicanos, ¡qué mejor!

Para mí que no nací en el campo, es sumamente satisfactorio coincidir con la filosofía del vino. Cada año hay que sembrar y cuidar el proceso de nuestros sueños. Trabajar sin descanso, a pesar de las adversidades. Cosechar el resultado. Aprender de lo que se hizo bien, pero sobre todo, de lo que se hizo mal. Volver a empezar, porque cada ciclo lo podemos hacer mejor. ¡Les deseo que el 2018 se convierta en su mejor cosecha!

aracelivelazquez@proyectovino.com.mx
www.proyectovino.com.mx
Twitter: @proyectovino
 

...

Comentarios