Columnas

Día del Señor

Por Padre Carlos Poma Henestrosa
domingo, 23 de julio de 2017 · 00:00
Domingo XVI Tiempo Ordinario Ciclo "A”

Padre Carlos Poma Henestrosa
"El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los ciudadanos del Reino, la cizaña son los partidarios del maligno, el enemigo que la siembra es el diablo” (Mt 13, 24-43)

En el Evangelio de se nos presenta tres parábolas: la del grano de mostaza, la de la levadura en la masa y la del trigo y la cizaña. El Reino de los Cielos se parece a una semilla de mostaza, que es muy pequeña, pero que cuando germina en el suelo, crece una planta que llega a ser más grande que las hortalizas, pues se convierte en un arbusto en cuyas ramas los pájaros hacen nidos.

El Señor se refiere a lo que puede llegar a ser un alma que crece impulsada por la Gracia Divina, alimentada con la Eucaristía y fortalecida con la oración: crece tanto la Vida de Dios en ella, que puede así servir de apoyo espiritual a otros. Esta imagen del árbol de mostaza puede referirse también a la Iglesia, en la que las almas se apoyan y allí hacen su nido.

La Parábola de la levadura en la masa, se refiere a algo similar: la levadura escondida en la masa, fermenta y hace crecer la masa. Para ser levadura, el alma del católico debe alimentarse con la Eucaristía y fortalecerse con la oración. Entonces, la Vida de Dios que lleva dentro de sí es levadura en el mundo, pues con su presencia, con su trabajo, con su entrega a Dios, esa persona contribuye a que la Vida de Dios crezca en medio del mundo.

Jesús cuenta en la primera parábola, que después de haber sembrado trigo en un campo, "llegó el enemigo del dueño, sembró cizaña entre el trigo y se marchó”. Al comenzar a crecer las plantas, el "Dueño” reconoció enseguida que había sido "su Enemigo” quien había hecho el daño. Pero decidió no arrancar la cizaña, sino dejar crecer juntas la buena y la mala hierba, para separarlas en el momento de la cosecha. Al final, quemaría la cizaña y almacenaría el trigo en su granero.

¿Y qué dice de los ciudadanos del Reino de Dios? ¿Qué dice de los que son fieles a la Voluntad de Dios? Dice lo siguiente: "Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre”.

En estos tiempos, crecemos junto a la cizaña. Y crecer junto a la cizaña hoy, es crecer en Dios, mientras otros se van por caminos equivocados, cuando pretenden desconocer a Dios. Otros ponen a Dios de lado o los que le dan la espalda y Lo rechazan. Otros utilizan a Dios. El mal se adhiere a las almas cual cizaña, como hierba en forma de enredadera que va ahogando al trigo.

La oración es medio indispensable para reconocer los engaños del Maligno, para poder mantenernos siendo trigo y no intoxicarnos con la cizaña. Orando así, no sólo recibiremos lo que realmente nos conviene, sino que estaremos libres del mundo de la cizaña, del mundo en el que el Enemigo de Dios puede engañarnos. Al final, entonces, podremos ser trigo que Dios colocará en su granero que es el Cielo, y no cizaña que se quemará en el fuego, que es el Infierno.

Que la grandeza de Dios misericordioso los bendiga hoy, acompañe y proteja siempre.

cpomah@yahoo.com

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