¿Suicidio por honorabilidad?

Cuando las políticas republicanas fueron remplazadas por el abuso de los monarcas, en la época en que Roma se regía por la dictadura de los emperadores, el tema del suicidio era común, sobre todo cuando la desgracia tocaba a personajes importantes. El suicidio los salvaba de ser cruelmente ejecutados, era el escape que evitaba la deshonra y también la vía que impedía que sus bienes fueran embargados por el Estado.

Morir por mano propia para los romanos no era algo extraño, en esa época se quitaban la vida los guerreros, enfermos, esclavos y algunas veces esa práctica entre los líderes cívicos e intelectuales, se consideraba signo de honorabilidad.

Cuando Nerón pierde el trono después de una conspiración, el senado lo condena a morir apaleado, por esa razón decide quitarse la vida utilizando una pócima de veneno griego, el cual por falta de valor no pudo beber y recurrió a la ayuda de su secretario obligándole a clavarle una daga en la garganta.

Amable lector: la honorabilidad en este tiempo es algo que casi no se practica dentro de la clase política. Quienes dejan el trono, lo que menos sienten es miedo a ser condenados y obviamente, ni locos se suicidarían; ¿por qué hacerlo cuando una incalculable fortuna les espera?

Sin embargo, habría que preguntarles: ¿qué hay de la condena que imputan a su pueblo?, ¿qué pasa con las políticas de salud pública para evitar que nuestra juventud recurra a esa práctica que cada día crece más y no sólo acaba con sus vidas, sino también con la de sus familias?

Aquí las cosas son al revés, lo vemos en el actuar y en la forma de gobernar de muchos, eso es lo que ha condenado a más de 52 millones de mexicanos a morir de hambre, de frío, de abusos, de soledad, de olvido, de desesperanza y de tristeza.

* La autora es profesora

lucygarayzar@hotmail.com