Donald Trump, sólo otro gangster gringo en Baja-2005

Este artículo fue escrito por mí para una publicación en inglés en 2005, doce años antes de que Trump se convirtiera en presidente.

Los 52 millones de dólares que los “inversionistas” perdieron en la estafa de Trump Towers es otro ejemplo de un equipo de mercadotécnia de los Estados Unidos con un “nombre creíble” que estafó a sus conciudadanos en México. Muchas de las víctimas eran inversionistas-especuladores. El “volteo” de condominios, celebrado con grandes depósitos durante la “preventa”, se hizo popular y altamente rentable en los días de auge de Baja California -2002 a 2007-.

Durante la construcción, los condominios a menudo se triplicaron en valor antes de la finalización. Los mismos especuladores, en los sobrevalorados mercados inmobiliarios y bursátiles de los EE.UU, hicieron de Baja California una alternativa atractiva para los condominios “flipping”. A pocas millas al sur de la frontera, en la costa de Tijuana, hubo un retorno más atractivo, pero, al igual que las hipotecas “subprime” y las manipulaciones de acciones derivadas, las leyes, la regulación y la protección de la aplicación son muy deficientes. Como consultor de inversores en México durante 30 años, estos son los días más sombríos de mi carrera. Y al igual que Punta Banda, en el año 2000, cuando 200 familias fueron desalojadas de hogares que costaron un total de 90 millones de dólares, la prensa mundial culpó erróneamente a México de la catástrofe (ver www.mexicomatters.net / Secretos de Punta Banda).

Mi observación, en ese momento, fue que hicieron estas inversiones de alto riesgo en un estado de trance. Lo llamé “éxtasis de Baja” (rapture of Baja). Quisieron tan desesperadamente realizar su sueño de un hogar asequible en la playa, abandonaron su lógica. Pero, como decía el viejo: “Si es demasiado bueno para ser verdad, probablemente no es”, y así fue. Una de las principales causas del desastre de Punta Banda es que los inversores creyeron que el equipo de marketing persuasivo (todos blancos). Afirmando que fue sólo una demanda por molestia.

Por cada cien “problemas inmobiliarios” que se encuentran en mi escritorio, noventa y nueve podrían evitarse con una pequeña dosis de diligencia debida. En California, los constructores deben mantener los depósitos en “certeza” (un depósito garantizado) o pagar bonos para proteger los fondos. Mientras que la ley de Baja California permite que los depósitos se utilicen para financiar proyectos. El agente inmobiliario o desarrollador, que le vende la propiedad, se convierte en el agente de custodia. Un caso de “El zorro que guarda la gallinero”. Abusos de confianza son muy común entre bienes raíces en México. En el ejemplo de Donald Trump, los compradores se dejan llevar por la complacencia debido a una marca de los EE.UU, como Century 21, Remax o Coldwell Banker. Los controles regulatorios no son más estrictos para una franquicia basada en los EE.UU, que para el agente inmobiliario mexicano independiente. Coldwell Banker México y Remax San Felipe han estado involucrados en algunas de las mayores estafas. Estas empresas hicieron lo mismo que Trump. Les dieron la espalda a los problemas que crearon para los inversores.

Trump creó un video de ventas para el complejo turístico Trump Ocean Resort, alardeando de que él, como constructor, desarrollaría un producto de calidad del que podrían depender. Nunca se emitió un permiso de construcción para el proyecto. Los compradores de EE.UU acudieron en masa a las presentaciones de ventas para ver un modelo arquitectónico y el famoso video de Trump. Cincuenta y dos millones de dólares en depósitos desaparecieron. El terreno nunca se rompió para el proyecto. Donald Trump no aceptó ninguna responsabilidad: “Acabo de vender mi nombre al desarrollador. Niego la responsabilidad de los depósitos perdidos. No recibí ninguno de esos fondos.

* Productor y locutor de Soul Street, Calle de Alma-Jazz, Blues, Soul y Latin Jazz a las 8:30 pm. El domingo 26 de agosto un homenaje a Aretha Franklin, su vida y su música.

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