Handel en noviembre

El Coro Pro Música Ensenada A. C presentará una selección del Mesías de Handel a finales del próximo mes de noviembre.

Durante casi 30 años, G. F. Handel (1685-1759) escribió óperas que atrajeron multitudes de londinenses a los teatros. Eran muy bien recibidas, pues tenían un característico sabor italiano. Pero un día ocurrió que, de pronto, dejaron de estar de moda. El eminente músico y exitoso empresario, a sus 56 años, en la cima de su genio creador, se sintió de pronto con la salud quebrantada, el orgullo maltrecho y el cerebro vacío. Entonces ocurrió que gobernador de Irlanda lo invitó a dar una serie de conciertos en Dublín, en 1741.

Mientras planeaba su viaje escribió la música de un nuevo oratorio, El Mesías, en sólo 23 días. Tal vez por eso no es completamente original (aunque sí es completamente hermosa). En por lo menos cuatro de los Coros, Handel recurrió a música de obras anteriores, concretamente de un par de Cantatas italianas. No sólo le perdonamos, sino le aplaudimos el auto-plagio, porque la música que eligió es sencillamente exquisita.

Dice la leyenda que, cuando terminó el coro del Aleluya, le señaló a su asistente: “Creo que he visto el cielo delante de mí, y también a Dios”. De ahí tal vez nació la leyenda de que El Mesías fue concebido por inspiración divina.

Hay que decir que, aunque Handel era profundamente religioso, su decisión de escribir El Mesías y concentrarse, a partir del gran éxito que tuvo, en la composición de Oratorios se debió, en gran parte, a motivos estrictamente mundanos. El Oratorio fue percibido por él como una forma singular de ópera que captaba el espíritu de la época, con historias musicalizadas de las Sagradas Escrituras, interpretadas por solistas, coros y orquesta. Y no sólo eso. Dada su índole religiosa, los oratorios tenían una ventaja muy práctica: podían representarse durante la Cuaresma, época en que los teatros se veían obligados cerrar.

El estreno de El Mesías, que se llevó a cabo el 13 de abril de 1742 en Dublín. Las ganancias se destinaron a obras de caridad y tuvo un éxito rotundo.

El estreno inglés se realizó ese mismo año, en el Covent Garden, de Londres.

Justo es mencionar que los textos (formados por fragmentos bíblicos) son del libretista inglés Charles Jennens, quien presentó la obra como si fuera una ópera, dividiéndola en tres actos subdivididos a su vez en escenas.

La primera parte tiene por tema el Adviento y la Natividad. Se anuncia la venida de Cristo, por lo que nos encontramos con algunos momentos de exaltación marcados de una gran intensidad expresiva.

La segunda parte ilustra la Pasión, la Resurrección y la Ascensión y finaliza con el famoso “Hallelujah” (Aleluya). Así, lo que había iniciado con el dolor y la tristeza de la Pasión, concluye con el júbilo del “Hallelujah” interpretado por el Coro, las trompetas y los timbales.

En la tercera parte se relata el Juicio Final, la victoria de Cristo ante la muerte y su glorificación. La palabra “Amén”, cantada en una asombrosa fuga a cuatro voces corona de manera espléndida la obra.

Una de las versiones que yo prefiero es casi cien por ciento inglesa, con el excelente Coro Tenebrae, Sir Colin Davis y la Orquesta Filarmónica de Londres. Los solistas son Elizabeth Gritton, soprano, Sara Mingardo, contralto, Mark Padmore, tenor y Alastair Miles, bajo: http://bit.ly/11jh7Nb